Luis Fonsi se desahoga contra Adamari
En una amplia carta de tres páginas, el cantautor puertorriqueño Luis Fonsi respondió lo que a su entender ha sido un ataque en su contra por parte de la actriz Adamari López, con quien mantuvo una relación de matrimonio.
Según el artista, la publicación de la mantenedora del espacio televisivo 'Un nuevo Día' (Telemundo) en su libro titulado Viviendo, no hace justicia a la verdad que ambos vivieron mientras sostuvieron la relación, por lo que decidió no quedarse callado.
A continuación el texto íntegro de la carta:
He aguantado y he callado. Por ser un caballero, por respeto a ella y a lo que vivimos, porLuis Fonsi
respeto a mí mismo. Portada tras portada, entrevista tras entrevista, de forma insensible y
cruel se dicen cosas que nunca sucedieron.
Esta vez callar sería un error.
Tomo por única y última vez la palabra.
La historia que se cuenta, aunque muy dramática y rentable, no solo está incompleta sino que
NO es fiel a la verdad. Convenientemente describe a un hombre insensible que abandonó a su
esposa en medio de su lucha por vencer una difícil enfermedad.
Yo no soy esa persona.
Lo que se ha dicho es una falta de respeto absoluta a mi integridad como ser humano, a mi
pareja, a mi hija, a toda mi familia.
Cuando en el 2005, Adamari López, la mujer que yo amaba, fue diagnosticada con un tumor
maligno en el seno, yo puse mi vida en pausa. Grabaciones, discos, giras, conciertos, TODO
quedó detenido.
Me sentí diagnosticado por igual.
Me dediqué 100% a estar a su lado, para mantenerla positiva, para celebrar cada pequeña
batalla ganada, para llenarla de amor. Siendo yo el primer testigo de cada uno de sus cambios,
apoyándola, animándola, amándola. Fueron meses intensos, difíciles, pero de alguna manera
mágica la misma situación nos acercaba más como pareja.
Juntos vencimos.
Yo estuve a su lado durante TODO el tratamiento. La cuidé y limpié sus heridas.
Esa guerra la peleamos y la ganamos juntos. Con amor, paciencia, dedicación y respeto.
Me casé con ella un año después, en el 2006. Enamorado de una mujer hermosa, para ese
entonces ya libre de cáncer.
'Yo no te deseo como mujer'…. Esas palabras JAMÁS salieron de mi boca.
Los tiempos y las fechas no concuerdan con lo que se dice públicamente.
Cómo es posible que un hombre le diga a su pareja, a la mujer que ama, que no la desea, y
meses después se case con ella? Acaso soy yo el único que se da cuenta que esto no tiene
sentido?
Cuando decidimos separarnos y eventualmente divorciarnos ya habían pasado casi 4 años libre
de cáncer. Todo se ha mezclado para culpar, difamar, destruir y finalmente lucrarse con la
venta de un libro. Nunca pedí, esperé o necesité gratitud o reconocimiento alguno.
Todo lo que hice lo hice por amor.
Mi único deseo es que se escuche la verdad de lo que vivimos.
El divorcio no es un delito…El amor en ocasiones se transforma, en ocasiones se acaba. La
responsabilidad es compartida. No se puede ignorar lo que uno siente. Busqué ayuda
profesional, hablé mucho con mis padres. Sólo me di cuenta que nuestro matrimonio no tenía
futuro. No es lo mismo rendirse que darse cuenta que ya es suficiente.
Y le hablé con la verdad. Los sentimientos, una separación, un divorcio, no se hablan en un día,
no se dicen por teléfono.
No soy perfecto; no somos perfectos, AMBOS cometimos errores.
No voy a describir o a enumerar en un libro mis fallas ni mis problemas, jamás ninguna de las de
ella. Si durante nuestro noviazgo o matrimonio pude equivocarme o fallé como cualquier ser
humano, NADA de esto fue irreparable, NADA ocurrió durante su enfermedad/tratamiento,
NADA de esto tuvo que ver con nuestro divorcio.
Repito, nuestro fracaso como pareja NADA tuvo que ver con su enfermedad.
NO me arrepiento de haberme casado con una mujer maravillosa, de haber amado
intensamente. NO me arrepiento de haber puesto mi carrera en pausa para acompañar a la
mujer que amaba a atravesar un camino difícil. NO me arrepiento de finalmente haber
aceptado mis sentimientos.
Ya en el proceso de divorcio, Adamari me pidió quedarse con los embriones. De inmediato le
contesté que yo no tenía corazón para privarle del sueño de tener un hijo. Que si su única
opción en ese momento de convertirse en madre era esa, yo no le iba a dar la espalda. Estaba
consciente que ninguna corte, ningún juez podría obligarme a tener un hijo luego de
divorciados. No tenía obligación legal ninguna. De hecho actué en contra de las
recomendaciones de mi abogada.
Entendía claramente lo que esta decisión podría significar al pasar los años si yo tenía otra
relación y otra familia.
No obstante esto, decidí que yo estaría presente como padre, emocionalmente y
económicamente.
Tomé esta decisión con mi corazón, con amor, y lo hice por ella.
Si hoy tomo la palabra por única vez, es sólo para refutar las mentiras, los datos tergiversados,
los comentarios sensacionalistas respecto a este tema.
No me corresponde juzgar o tratar de entender las razones para la publicación de su libro.
Este es un ataque personal, que falta a la realidad de lo que vivimos, que se contradice
particularmente con las declaraciones que se hacen públicamente fuera del libro y que busca
confundir al público usando como herramienta letal algo tan difícil y tan serio como una batalla
triunfadora contra el cáncer.
Me entristece que se haga sin pensar en las consecuencias y en el daño que se le hace a una
familia y a terceras personas. Jamás lo imaginé, no lo esperaba, es increíble que estemos
hablando de esto, a casi 4 años de nuestro divorcio.
Doy Gracias a Dios que mi hija aún no sabe leer y que no se enterará de las atrocidades que se
han dicho de su padre. Es mi responsabilidad demostrarle día a día quien soy y como me
comporto ante una mujer.
Este es un capítulo cerrado.
No voy a dar entrevistas, no voy a abusar de esta situación usándola como tema de canciones,
series o libros…
Yo soy una persona seria y respetuosa que mira hacia el futuro con optimismo y alegría...
Estoy agradecido a Dios por lo que me ha dado.
Pero sobre todo, tengo la conciencia tranquila, estoy en paz.
Rezo porque un día Adamari también pueda encontrar paz y darle paz a los demás.
Los mejores actos de generosidad se hacen desde el silencio y se guardan en la conciencia.