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Periodista boricua relata cómo encontró obras de arte confiscadas por Hitler

El periodista y escritor Hector Feliciano trabajó durante ocho largos años en una investigación que ha cambiado para siempre la historia del arte mundial. En su obra El museo desaparecido reveló los detalles del saqueo de más de 140,000 obras de arte que llevó a cabo el ejercito Nazi en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Este jueves participará de una conferencia en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, en la calle del Cristo, para contar cómo la palabra le ganó la batalla al olvido y la censura, y dar detalles del metodo de investigación que utilizó.

En su libro,Feliciano narra cómo miles de lienzos de maestros del arte clásico y moderno fueron a parar en sótanos, en manos de nazis, o en el mercado de arte de la guerra. Casi un siglo después más de cien mil obras de arte continúan desaparecidas. La palabra, sin embargo, salió al rescate de muchas otras. Desde que se publicó el libro ha habido una restitución de cerca de 60,000 obras. Esa, precisamente, ha sido una de las satisfacciones de Feliciano tras ocho años de minuciosa investigación. 'Como periodista me he creado con la idea que las palabras tienen valor y tienen peso. El haber visto que unas palabras puedan cambiar el curso de las cosas, ha sido de gran satisfacción personal', aseguró en entrevista con NotiCel.

El corresponsal cultural recordó cuando participó de la recuperación de unas obras del impresionista Edgar Degas y fue invitado a una cena en el instituto que acogió las piezas. Llegó temprano y se sentó en una sala del centro a esperar a los demás invitados. Unos minutos más tarde llegó la familia del impresionista, quienes se sobrecogieron al ver la pieza. Era la primera vez que los nietos, ya adultos, veían el cuadro, que antes colgaba en la pared del cuarto de su difunta abuela. 'Me di cuenta el valor que tenía para ellos. El arte no es un par de zapatos. Es otra cosa mucho mayor. Mucho más importante', comentó.

Otra gran satisfacción fue poder establecer concretamente el lugar dónde estaban guardadas algunas de las piezas. 'Son temas que son como un embudo que vienen a unificar un montón de intereses y necesidades que uno tiene. Son cosas muy íntimas y emotivas. Aquí está la historia de arte que estudié, el periodismo que estudié, pero también está la fascinación por lo detectivesco, de poder descubrir y revelar'.

Admite que el tiempo que empleó en la búsqueda en archivos y en bibliotecas, en la realización de miles de entrevistas, así como en el análisis y la edición de éstas, fue largo y extenuante. 'El trabajo cansa, pero cansa con gusto', resumió.

A Feliciano le sorprendió que no habían ya otros libros sobre el tema. Medio siglo después de la Segunda Guerra Mundial, los archivos permanecían cerrados. Mucha gente no quería hablar porque eran víctimas y no querían recordar todo eso. También, según e investigador, había mucha complicidad entre las casas de subastas y los museos porque muchas de esas obras las habían vendido o comprado ellos. 'Era una especie de hojaldre, una capa tras otra de razones por las cuales nunca se había hablado del saqueo'.

La guerra, en pocas ocasiones, se había relacionado de una forma tan directa con el arte. En esta ocasión, sin embargo, se trataba de un dictador que estaba obsesionado con fundar un museo que fuese la cumbre del arte mundial, aseguró Feliciano. Cada vez que entraban a una casa, galería o museo, el ejército nazi establecía un inventario muy detallado con códigos para cada pieza, así como las descripciones y fotos de las obras, según se desprende de su investigación.

'Hitler de todos los dictadores de la época, es el único que se interesaba particularmente en el arte. Antes de la guerra, encomienda a los historiadores que preparen una lista de las obras que confiscarían', contó Feliciano, al detallar que el líder nazi había intentado ingresar fallidamente a escuelas de bellas artes y arquitectura.

La exportación literaria e investigativa

La obra de Héctor Feliciano ha viajado por toda Europa y América. La investigación condensada y refinada en El museo desaparecido ha sido traducida a nueve idiomas. El libro, publicado inicialmente en francés en 2000, y en español en 2004, no ha cesado de dar la vuelta al mundo. Tan es así que en noviembre de este año, buscará adeptos en un país nuevo con la traducción de sus páginas al portugués.

No fue una mina de oro al principio. Feliciano reveló que recibió el espaldarazo de trece editoriales estadounidenses cuando les llevó su propuesta por primera vez. Publicó poco después en francés, y desde ahí la obra siguió creciendo por su cuenta. La trascendencia mundial de la guerra y del expolio de obras fue, sin duda, un factor significativo para su alcance mundial. Pero Feliciano insistió en que el secreto está en el tesón y en el método. Aseguró que Puerto Rico tiene muchos temas que pueden ser de interés universal. 'Lo que hace falta es mucho trabajo y mucho método para lograr que cualquier tema, puertorriqueño o de afuera, se convierta en un tema de interés general'.

El periodista boricua Héctor Feliciano dará una conferencia esta noche en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. (Fnpi.org)
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