Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Vida

Di Blasio promete 'magia' nueva en Bellas Artes

Para Raúl di Blasio, la música instrumental está en el aire. Es difícil asociar la canción con el título, el compositor, el interprete - quizás pasen los años y uno nunca conozca esos datos - pero está ahí, presente, en algún recoveco de la memoria. 'Es hermoso, es mágico, es raro', dice.

Di Blasio, con su distintivo bigote negro, entra al salón luego de tomarse fotos con las aguas mansas del paisaje de Condado a sus espaldas. Se sienta al piano de cola. No se detiene a acariciar las blancas y negras. Solo empieza a tocar, a arrebatarle las notas a ese instrumento de dos siglos ya, sus dedos ágiles, y la melodía que conmueve. Toca 'Corazón de niño', que grabó en 1992, después de escuchar los latidos de su hijo en el vientre de su madre.

El pianista y compositor argentino presentará este sábado, 5 de septiembre, a las 8:30 p.m., su concierto 'Piano Man' en el Centro de Bellas Artes de Santurce. Allí, tocará un repertorio nuevo, con su afán de mantenerse vigente, conectado con algunos de sus éxitos como 'Piano', 'Chiquitita', 'El día que me quieras' y 'Amarraditos'.

La música es un misterio, le decía un maestro. Aún no sabe con certeza cuándo una nota enlazada a otra puede alterar la rutina musical, para convertirse en un éxito o en una fuga. Con una trayectoria de más de 40 años, 24 discos con su nombre, éxitos radiales, bandas sonoras, duetos con Marco Antonio Solís, José José, Michael Bolton, José Feliciano, Rocío Dúrcal, Armando Manzanero, London Symphony Orchestra, Yolandita Monge, entre otros, Di Blasio asegura que el misterio persiste.

Pero algo ha notado. Cuando hay inspiración, la canción nace, corre y vuela sola, como 'Corazón de niño', firme en la memoria 23 años después. 'Cuando escuché los latidos del corazón de mi hijo latiendo en el vientre de su madre, se me encendieron muchas luces... Yo lo pude traducir de la manera más inocente e ingenua en una canción. La grabé de puro enamorado que estaba en ese momento, pero no porque dije que esto iba a ser un éxito', comparte.

No solo regresa cargado de nuevas melodías, influida por sus incursiones musicales recientes al Oriente Medio, donde se ha enamorado de la melancolía del laúd y de otros instrumentos por sus colores, sus valores rítmicos y percusivos. No solo trae la música del Líbano, donde recientemente tocó, como un souvenir para otras partes del mundo.

Di Blasio regresa a una tierra a la que le debe mucho, asegura. Cuando el pianista sudamericano, oriundo de Zapala, un pueblito pequeño de la Patagonia, compuso su primer disco, lo presentó en México y en Estados Unidos, no le hicieron caso. Fue Puerto Rico quien se interesó y lo catapultó a una carrera fértil.

'Llevaba remando dos o tres años y no pasaba nada, y ustedes, los puertorriqueños me dieron la posibilidad, pero por qué, porque son sensibles, porque el sistema radial en aquellos años era fantástico, había más de 113 emisoras en una isla de 3 millones de habitantes, y pegó, le gustó a la gente lo que yo hacía, y yo creo firmemente que si no hubiese pegado aquí, no hubiera pegado, porque no sé cuánto tiempo más hubiese seguido insistiendo', cuenta.

Di Blasio cuenta que por unos nueve años, desde el 1991 - fecha en que grabó su primer disco 'Sur de América' - hasta el 2000, Puerto Rico era su visita necesaria todos los años, tierra natal de su primer promotor Rafo Muñiz. Como un homenaje a la isla que adoptó su música, grabó en su momento 'Verde Luz', por el 'significado para la isla a nivel social'.

'Cuando lo grabé estaba yo conmovido por el sonido del coquí, por la independencia de Puerto Rico y no la independencia, y lo que te cuenta la gente te va influyendo. Lo grabás porque es un acto de amor, crees que estás haciendo un acto de identidad', pronuncia cada palabra con ímpetu, con su distintivo acento argentino.

El concierto también espera ser 'una experiencia' para el público, que más que dos horas de la melodía que brota del piano a pulmón, también será dos horas de historias de la vida de Di Blasio, que ya no concibe un concierto sin dejar parte de sí, de sus memorias, de su jocosa manera de acercarse a la gente.

En un concierto al que dice que entró más irreverente que nunca - su esposa diría más arrogante que nunca y él sonríe -, se dirigió al público: 'El que vino a escuchar piano exclusivamente, se puede ir. El que vino a escuchar piano y a conocer el alma del artista, que se quede. Porque hoy tengo ganas de contarles mil historias junto con la música'.

Ese es el grado de importancia que le da a todo lo que hay detrás de una melodía, todas las circunstancias que llevaron a que en ese preciso instante, se topen el artista y el piano ante un auditorio.

'Y es que, qué hubiera sido yo si mi viejo no hubiese puesto los billetes para que yo estudiara piano, qué hubiera sido de mi vida si mi madre no me hubiera dado esa milanesa de pollo cuando llegó el maestro para ver si me agarraban para estudiar piano en Argentina, y empecé a contar historias así... Ir a verte tiene que ser una experiencia', repite.

Y toda esa historia - su origen modesto, su pueblito pequeño, aquellos tangos que silbaba su papá y él buscaba las notas en el piano, aquellos días sin el instrumento, aquellas clases básicas de do, re, mi sin tener acceso a una biografía de Chopin, Mozart o Beethoven -, desde hace unos años, todo ese origen lo ha puesto al servicio de un proyecto para motivar a jóvenes latinoamericanos con la educación.

De no ser por aquella orquesta sinfónica que presenció Di Blasio a los ocho años en su pequeño pueblito, quizás no hubiese asumido las posibilidades de su futuro. 'Cuando te educan es cuando hay cambios, es cuando evolucionas', dice.

En las charlas de motivación, autoestima, superación, Di Blasio encarna el papel de un tío que aconseja a su sobrino, ni más ni menos. Y les habla en contra del uso de drogas, a favor de tomarse en serio los sueños, no importa el contexto, el origen, la pequeñez del pueblo. Habla en contra del 'bullying', que sufrió en carne propia cuando era un chico menudo que tocaba piano y eso 'no era natural'.

'Todo te va sensibilizando, y creo que nuestra América Latina tiene un potencial enorme pero basado en la educación, esa es la herramienta para vencer la pobreza y lo dijo Nelson Mandela... Creo que con una charla atractiva puedo tener una influencia en la juventud, mínima, pero es mejor que nada', apunta el músico.

Precisamente, es la educación el único camino que le aconsejaría tomar a alguien que quiera ser músico, sin importar lo arduo de la carrera, las trampas, los obstáculos. 'Para ser músico tienes que estudiar. Estudia la carrera que quieras, pero estudia, practica. Tiene que ser especial, que seas feliz, pero lo que vayas a ser hazlo lo mejor que puedas', aconseja a cualquier joven que empiece en la música y enfrente la incertidumbre.

'Cuidado con eso, está mal puesto, eh?', interrumpe de repente la entrevista. Alguien abrió la tapa del piano de cola y la sostiene de forma errónea en el soporte. El piano, como el mejor amigo. El piano, como el hijo. El piano. Di Blasio.

Raúl Di Blasio durante presentación en el Líbano. (Suministrada)
Foto: