Extranjeros abrazan las Navidades puertorriqueñas
Juanjo Mejías es un estudiante mexicano que llegó a la Isla hace cuatro meses para estudiar música. Ya pasó su primer día de Acción de Gracias lejos de su familia y, aunque nos cuenta que la tecnología lo ayudó a sentirse un poco más cerquita de ellos, esperaba viajar en Navidad para gozar del calor de su hogar en una fecha tan especial.
El joven soltero de 26 años de edad se propuso estudiar en el Conservatorio de Música de Puerto Rico ya que su interés particular era estudiar música afrocaribeña y jazz. Cuando llegó a la Isla se dio cuenta que aquí había mucho más que ofrecer que ritmos tropicales.
'Llegué hace cuatro meses. Es la primera vez que estoy aquí. Me gusta mucho, hay mucha diversidad y mucho respeto', expresó.
Esa afinidad que ha logrado con los puertorriqueños le ha permitido sentirse a gusto. Juanjo viene de un núcleo familiar que se compone únicamente de cuatro miembros: dos hermanos, papá y mamá. Sin embargo, su familia es muy extensa y siempre se busca para celebrar ocasiones especiales.
'Se extraña mucho la comida, la familia, los amigos… En las fiestas especiales siempre está toda la familia, primos, abuelos de ambas partes, sobrinos… estamos hablando de más de 70 gentes en una fiesta. Y en cada fiesta, cada uno lleva algo de algún plato típico y nos reunimos a comer, cantar y bailar', rememoró. Por eso, adquirió sus pasajes para irse unos días y disfrutar en familia.
Pero esta no es la realidad que viven todos los extranjeros que se han radicado en la Isla. Paula Moreno, de 34 años de edad, está radicada en Puerto Rico desde 2011 cuando salió de Colombia con la idea de explorar nuevos rumbos. Actualmente, vive en Aguadilla y labora en un restaurante del área oeste. Allí, cerca del mar, es muy feliz. Sin embargo, desde su llegada a la Isla, extraña mucho a su familia.
'Eso es algo con lo que tengo que lidiar. Cuando decidí irme de casa, sabía que no podría estar viajando todo el tiempo, así que, de cierta forma, ya estaba preparada para esto. Cada Navidad procuro compartir con mis amistades o asistir a alguna fiesta para asegurarme de que no la pasaré sola ni me deprimiré. Esa es la manera como lo manejo. Siempre hablo con mis papás el 24 de diciembre a eso de las 7:00 de la noche y después me voy de fiesta', nos contó.
José Luis Vásquez, venezolano de 32 años, lo maneja de una manera algo distinta. Él tampoco puede darse el lujo de viajar cada Navidad, así que procura hacer una fiesta navideña a lo venezolano, en su apartamento.
'Todos mis amigos venezolanos saben que aquí es que nos juntamos para celebrar desde el 24 hasta el 25. Ellos son mi familia y, aunque no se sustituye a una mamá o a un papá, siento ese calorcito de mi Venezuela aquí, en mi nuevo hogar', nos dijo.
'En esa fiesta nos aseguramos de tener hallacas, dulce de lechosa y turrones. También nos reunimos para despedir el año, somos ya una gran familia acá en Puerto Rico', añadió.
Y aunque esta ha sido su manera de lidiar con la lejanía de su familia, nos confesó que ya para el próximo año ha comenzado a ahorrar para poder disfrutar en familia y darse un viajecito a Venezuela.