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Spiderman: Homecoming; clásica fórmula Marvel que deja mucho que desear (Reseña)

El superheroe, el villano malvado, la chica guapa y los chistes, Spider-Man: Homecoming tiene todo lo que hemos llegado a esperar de las obras de Marvel, y dentro de esa fórmula es donde tambien queda lugar para algo más.

Aunque la historia de trasfondo y el personaje son emulados a la perfección por el nuevo actor Tom Holland, quien nuevamente vistió el traje del famoso héroe tras su debut en Captain America: Civil War, la falta de algún elemento que cautivara a la audiencia con la narrativa le dio duro a lo que bien pudo ser un gran comienzo para la inauguración de Spider-Man en el mundo cinemático de Marvel.

La trama principal de la película se centra en cómo Peter Parker vive una vida de adolescente mientras a la misma vez trata de llevar a cabo obras de superhéroes, hasta ese momento clásico Spider-Man. Tras lo que se da a entender como meses de pequeñas obras de caridad, como detener robos de bicicletas y ayudar a ancianas, Parker pide un poco más de responsabilidad por parte de Stark, o una nueva misión, y es cuando la vida parece tirarle la oportunidad en la falda con el descubrimiento de armas de tecnología alienígena en manos de villanos en la calle. Es entonces cuando Peter comienza su investigación de las personas traficando y vendiendo estas armas para detenerlos.

Aunque una actuación estelar por parte de Michael Keaton -quien también es un veterano en las películas de superhéroes- como el antagonista, Adrian Toomes o Vulture, la motivación era algo trivial. El universo de Marvel a tenido villanos complejos y muy fascinantes como el carismático Loki, el Winter Soldier y los secuaces de la organización Hydra, pero Vulture no le llega ni a los tobillos a estos personajes, y llega a ser el clichoso villano en búsqueda de riquezas. Sin duda alguna Jon Watts tuvo oportunidad de hacer mejor uso del talento de Keaton con un mejor personaje.

A finales de la película un pequeño giro inesperado le dio un empujon bueno a la trama, pero para ese momento ya se habían perdido muchas otras oportunidades de buen desarrollo.

No obstante, una de las grandes virtudes es el buen uso y los giros que se le dieron a los antiguos personajes de las películas de Spider-Man. Mary Jane ya no es Mary Jane, Flash Thompson no es el típico atleta blanco, y el mejor amigo de Peter Parker, Ned Leeds, quien en los comics tiene otra historia distinta, hace de muy bien 'tipo en la silla'. De igual forma no se puede descartar la actuación de Donald Glover, cuyo personaje da a entender a los fanáticos que en este universo Peter Parker no es el único en llevar el nombre de Spider-Man. A la misma vez, Jon Favreau y Edward Downey Jr Ejecutan sus papeles de Happy y Tony Stark a la perfección (a pesar del poco tiempo que tienen frente a las cámaras).

De igual forma las escenas de acción y la filmación de estas son espectaculares. No hubo nada más emocionante que ver a Spider-Man brincar del Washington Monument para salvar a sus amigos, excepto tal vez la pelea que tuvo con Vulture en el ferry de Staten Island. Sin embargo luego de estas escenas espectaculares, el último enfrentamiento de Peter contra Vulture dejo mucho que desear, y aunque era parte de la trama, como quiera esperaba algo más llamativo para la contienda final.

Pese a esto, la película es un clásico ejemplo de como Marvel ha logrado cautivar a sus audiencias con sus personajes. A la misma vez, no todas las inauguraciones de superhéroes en el mundo de Marvel son grandiosas-como ejemplos les doy el mismo Captain America y Ant Man- y tengo fe de que para alguna secuela futura Marvel implementará algo trascendental que nos deje a todos los fanáticos de Spider-Man perplejos. Por el momento, hago eco a las palabras de un compañero y me quedo con las de Sam Raimi (Sin contar la 3. No hablamos nunca de Spiderman 3).