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Alta incidencia de niños con autismo con problemas de alimentación

Se estima que un 70% de los niños diagnosticados con autismo también presentan problemas de alimentación desde leve hasta severa.

El próximo 2 de abril, se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo
Foto: Luis Alberto López

A pocos días de conmemorarse el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo el 2 de abril, Nellie Torres de Carella, patóloga de habla y de lenguaje, está alertando a los profesionales y a los padres de niños y niñas autistas sobre la alta incidencia del diagnóstico y los serios problemas de alimentación que presentan.

A pesar de que no hay estadísticas en Puerto Rico que evidencien el incremento de niños con estas necesidades, se estima que un 70% de los niños diagnosticados con autismo presenta problemas de alimentación desde leve hasta severo.

“No hay datos específicos en Puerto Rico. Los que hay son tomados de Estados Unidos, pero en términos del autismo, prácticamente los dos países se comportan de igual forma. Es bien preocupante porque estos niños algunos están desnutridos y otros están mal nutridos porque apenas comen y otros mal nutridos porque, aunque tú los ves en peso muy bien, realmente lo que están comiendo es comida chatarra que nada está ayudando en su desarrollo”, explicó Torres de Carella a NotiCel.

Torres de Carella sostuvo que algunos niños con autismo limitan su dieta a cierto tipo de alimentos con cierto sabor y textura, rechazando todo lo que sea diferente.

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“Otros comen sin saciarse y se llevan grandes bocados a la boca. Sin embargo, son los padres de niños con dietas restringidas los que viven constantemente preocupados por la nutrición de sus niños. Un niño que solo come papas fritas únicamente de determinado restaurante de comida rápida, todos los días, para almuerzo y comida, no está recibiendo todos los nutrientes que necesita para crecer y, además, está ingiriendo un alimento no saludable que le podría causar eventualmente problemas de salud”, continuó.

La licenciada alertó a los padres que la mejor alternativa para ir mejorando la alimentación de un niño autista es procurando las evaluaciones correspondientes a tiempo.

“Primero hay que hacerle una evaluación que eso solamente lo hace un patólogo del habla que tenga experiencia con problemas de alimentación que junto con el padre va a determinar que es lo que el niño come, cuál es el inventario de lo que el niño come en proporciones, en colores, en forma, en texturas, en sabores, en temperaturas, en todo porque el niño puede estar presentando problemas porque solo está comiendo alimentos sin color o cosas que sean salada, muy dulce…o de una forma en particular”, explicó la licenciada.

De acuerdo a Torres de Carella, los niños con autismo presentan suma dificultad con las transiciones o cambios. Así, se apegan a las rutinas o presentan conductas extremas cuando tienen que pasar de una actividad a otra.

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También pueden sufrir de neofobia o temor irracional a lo nuevo o desconocido, como una de las causales de la resistencia a probar alimentos nuevos en niños con autismo.

El desarrollo de las destrezas de alimentación en estos niños es uno gradual, que según la licenciada, y va desde alimentos líquidos a espesos y luego a sólidos. Además de mezclas de texturas, olores, características visuales (colores y formas) sabores y temperaturas que para un niño con dificultad para tolerar transiciones y cosas nuevas, es un reto muy grande.

Las conductas obsesivas o fijaciones, también son comunes en estos niños.

Según Torres de Carella, algunos se obsesionan con cierto personaje, juguete, color, película o canción. Lo mismo puede ocurrir con los alimentos al desarrollar una fijación con alguno de ellos y solo aceptar el mismo, presentado de cierta forma, solo comer trozos de pollo procesado y empanado ("nuggets"), pero no los que tienen forma alargada (no redonda o de alguna otra forma), o solo aceptar alimentos rojos o de otro color.

“Los niños con autismo generalmente tienen un tono muscular bajo lo esperado, por lo cual masticar alimentos duros les cuesta y la hora de comer se hace interminable, así que evitan alimentos de textura dura y prefieren los blandos porque los pueden manejar mejor. Las dificultades señaladas son suficientes como para afectar la ingesta de alimentos y no se resuelven con castigos ni obligando al niño a comer. No obstante, ignorar el problema y aceptar la dieta restringida del niño para que ‘al menos coma algo’, tampoco es una alternativa”, apuntó.

Aun así, Torres de Carella dijo que sí se puede lograr que a través del tiempo los niños con autismo experimenten otros sabores y alimentos, permitiéndose a una mejor alimentación.

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“Mientras más rápido se comience (las terapias) mejor. Así que, no es lo mismo trabajar con un niño de cinco años con autismo que con un adolescente de 15 años y que tras de eso, tenga problemas de conducta con agresividad. O sea, que mientras más temprano se comience, mejor”, sostuvo.

La licenciada también adjudicó la alta incidencia de niños autistas con problemas en su alimentación por los cambios en el estilo de vida y la accesibilidad a la comida rápida.

"Es necesario tomar este asunto con la mayor urgencia posible. Una evaluación para determinar que un niño con autismo tiene problemas de alimentación y en qué consiste el mismo, es algo sumamente importante. Primeramente por la salud del niño para que el niño reciba los nutrientes necesarios para desarrollarse y funcionar...La salud del niño podría estar en riesgo. Es imperativo que trabajemos con este asunto", puntualizó.

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