Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Salud

El autismo y la apraxia: guía para diferenciar estas condiciones en niños

La doctora Nellie Torres de Carella explicó a NotiCel cómo diferenciar ambas condiciones en menores de edad para evitar un diagnóstico erróneo.

La patóloga del habla y lenguaje; y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico, Nellie Torres de Carella, resalta la importancia de distinguir el autismo y la apraxia.
Foto: Suministrada

La patóloga del habla y lenguaje; y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico, Nellie Torres de Carella, resaltó que en ocasiones se confunde la apraxia con autismo, y dijo que pese a que estas condiciones no causan la muerte de ningún niño, afectarán su vida presente y futura.

La doctora explicó que las consecuencias de confundir los diagnósticos pueden ser terribles en la vida de un niño, ya que un diagnóstico equivocado conduce a un tratamiento equivocado. Además, cada diagnóstico conlleva necesidades diferentes, y se debe proveer una ubicación escolar que tome en consideración las particularidades de cada menor al momento de aprender.

“La ubicación escolar idónea solo ocurre si el diagnóstico es el correcto”, aseguró la patóloga en comunicado de prensa.

Pero para poder lograr una ubicación escolar adecuada es necesario conocer cada condición.

El trastorno del espectro autista (TEA) es un desorden del desarrollo neurológico que afecta adversamente la manera en la que un individuo percibe su ambiente y socializa con otras personas. Asimismo, este diagnóstico causa problemas significativos con la interacción social y la comunicación, dijo Torres Carella.

Mientras que, la apraxia del habla infantil (AHI) es un trastorno motor del habla, que también es neurológico, en el que los niños tienen dificultad para planificar, coordinar, secuenciar, producir y combinar los movimientos orales necesarios para producir fonemas, sílabas, palabras, frases y oraciones.

La patóloga explicó que los menores con autismo, frecuentemente, tienen dificultad con la comunicación no verbal, como gestos para señalar, afirmar o negar con la cabeza; y expresiones faciales. Mientras que, los niños con apraxia dominan el lenguaje no verbal, y se ayudan con gestos.

“Generalmente, el niño con autismo tiene dificultad con la pragmática, con la comunicación social, inclusive con la destreza de intención de comunicación. Suelen comunicarse por necesidad o por algo de sumo interés. Mientras, el niño que tiene apraxia quiere comunicarse, se frustra porque no logra hacerse entender; es un niño muy social”, añadió la directora.

Pese a que los problemas de conducta son comunes en ambos diagnósticos, particularmente en el autismo, son secundarios a un trastorno de procesamiento sensorial. Por esta razón, suelen presentar conductas atípicas, repetitivas, como las siguientes: aleteo de manos, los gritos constantes, la tendencia a dar vuelta o darle vuelta a los objetos. Sin embargo, la doctora resaltó que, en la apraxia, los problemas de conducta surgen “por la frustración de no poder comunicarse”, y consisten “en rabieta o llanto al no poder conseguir lo que desea”.

“Aunque ambos niños producen un habla ininteligible, el niño con autismo produce una jerga sin propósito comunicacional, solo para estimular auditivamente. Lo contrario ocurre con el niño con apraxia, que produce la misma con la intención de comunicarse, intentando expresar lo que desea, siente o piensa”, explicó Torres de Carella.

Luego de distinguir ambos diagnósticos, surge la siguiente pregunta: ¿Puede un menor tener los dos diagnósticos? A esta interrogante la doctora contestó “sí”.

“Sí, lo que complica aún más el cuadro. En estos casos el autismo es el diagnóstico primario porque es el que más afecta el desempeño de los niños por la complejidad del mismo. Cuando esto ocurre, el pronóstico de que desarrollen comunicación verbal es reservado, no porque tienen la dificultad con el planeo motor verbal, con producir los sonidos y las palabras, sino porque a esto se une a una dificultad con la intención de comunicación, con querer comunicarse socialmente”, destacó la patóloga.

Para evitar un diagnóstico erróneo, la doctora exhortó a la orientación entre la ciudadanía para que se conozca sobre la apraxia del habla infantil. Asimismo, enfatizó en la responsabilidad que tienen los especialistas en trastornos de la comunicación, ya que son los profesionales idóneos para orientar a los padres y madres de los menores.

“No todo problema severo del habla, de comunicación, es por la presencia de autismo. La apraxia es tratable y se puede superar con el tratamiento especializado para ese diagnóstico si lo recibe a tiempo. Los niños con apraxia suelen presentar dificultades para aprender a leer y escribir, sin embargo, ellos pueden aprender si se ubican en una escuela con un currículo diseñado para estudiantes con ese diagnóstico”, abundó la patóloga.

La profesional aprovechó el momento para resaltar que el 14 de mayo fue declarado como el “Día para la Concienciación de la Apraxia del Habla Infantil”, sin embargo, según Torres de Carella, “todo se ha quedado en papel”.