Carlos Javier Correa Oppenheimer nació el 22 de septiembre de 1994 en el pueblo de Ponce y se crió en Santa Isabel. Con veinte años de edad, está entre los peloteros más jovenes activos en las Grandes Ligas. Su debut con los Astros de Houston en la Major League Baseball (MLB) fue precedido con gran expectativa, tanto en la prensa local como internacional. Aunque Correa sólo está comenzando, lo que ha hecho hasta el momento es impresionante. Ya que si de presión se habla, sólo hay que leer todos los adjetivos que se han utilizado para describir las grandes habilidades deportivas de este joven que mide 6'4'' y pesa 211 libras, además de batear y lanzar a la diestra.

Si te cuestionas por qué tanta atención a Correa, considere que desde el 2013 ha estado en las principales listas de los mejores treinta prospectos del béisbol, el año pasado en los mejores diez y en este año en los mejores cuatro. Esto, dado a que su paso por el béisbol profesional ha sido exitoso desde que fuera la primera selección en el draft, o sorteo de jugadores de la MLB. Por lo que, si usted no sigue muy de cerca el béisbol y se ha preguntado por qué se habla tanto de este muchacho, que ni siquiera es mayor de edad, sepa que en el presente se está desarrollando quien se espera que sea nuestro abanderado en la mejor liga de béisbol del mundo por los próximos años.

Aunque por su gran potencial se perfilaba como una de las primeras diez selecciones del sorteo, el ser escogido como primero no lucía como algo muy cercano a Correa. El lanzador Mark Appel, quien en ese entonces era estudiante-atleta de Stanford University, era el principal candidato a ser elegido primero. Byron Buxton -proveniente de escuela superior- también aparecía como una opción viable en sustitución de Appel. Finalmente los Astros seleccionaron a Correa.

La decisión de los Astros fue comparada con lo ocurrido en el sorteo de 1992. En ese entonces, Houston seleccionó a Phil Nevin, un gran jugador con experiencia universitaria, sobre Derek Jeter, quien era un campocorto con gran potencial que provenía de escuela superior. Jeter fue seleccionado por los Yankees de Nueva York, quienes tenían el sexto turno del sorteo. Entre las razones para que los Astros no escogieran a Jeter estaba que este exigía una gran cantidad de dinero en bonos por firmar, contrario a Nevin. Veinte años después, los Astros hicieron lo opuesto y seleccionaron al campo corto de escuela superior con gran potencial sobre el jugador universitario.

En el caso de Appel, este era asesorado por Scott Boras -famoso por tener clientes que piden mucho-, por lo que se esperaba que hiciera grandes exigencias económicas. Appel fue elegido en el octavo turno por los Piratas de Pittsburgh y no llegó a un acuerdo económico con la organización, por lo que jugó su último año de elegibilidad en Stanford. La jugada le salió bien a Houston, ya que además del gran desarrollo de Correa, Appel fue seleccionado en el sorteo del año siguiente (2013) por los Astros, quienes tuvieron de nuevo el primer turno.

El potencial de la combinación Correa-Appel ha traído comparaciones tanto con las combinaciones de Ken Griffey Jr. y Alex Rodríguez en los Mariners de Seattle durante la década de los noventa, y de Stephen Strasburg y Bryce Harper con los Nationals en el presente, como primeras selecciones del draft con gran impacto en sus equipos. Correa y Appel fueron compañeros en varios equipos de las menores, siendo la primera ocasión desde 1981 en que dos primeras selecciones jugaban en el mismo equipo en ese nivel. Esto sólo ha ocurrido en cinco ocasiones.

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Ser la primera selección de por sí es un logro que trae consigo gran presión. Muchos son los ejemplos de primeras selecciones en el draft que a nivel de liga menor tardan en tener buenas ejecutorias, como otros que no lo logran. Fuera de su primera experiencia luego de ser 'drafteado', en la cual bateó para promedio de .258 con tres cuadrangulares y doce carreras impulsadas en cincuenta juegos, Correa deslumbró en las menores.

En sus cuatro temporadas en las ligas menores, desde que debutó en el 2012 clase rookie hasta Triple A este año, Correa en total tuvo promedio de .313 con un porcentaje en base de .392. Además, se robó cincuenta y cuatro bases (54) en setenta (70) intentos. Resalta su temporada de 2014, la cual fue acortada por una lesión en el tobillo, ya que culminó con cincuenta y siete (57) carreras impulsadas en sesenta y dos (62) partidos, algo que puede lucir desproporcional al considerar que sólo llevaba seis (6) cuadrangulares. Esta temporada, entre nivel Doble A y Triple A, Correa llevaba diez (10) cuadrangulares, lo que era mayor a cualquier temporada previa, además de cuarenta y cuatro (44) carreras impulsadas.

Correa no es solo una amenaza para el equipo contrario en el aspecto ofensivo, ya que también ha sido resaltado por su buena defensa. Fuera de varias excepciones, el campo corto tradicionalmente es una posición que la tienen jugadores que se destacan más por su defensa que por su bateo. No es raro ver cómo jugadores que en las ligas menores juegan campo corto, son movidos de esa posición. El último campo corto seleccionado en el primer turno que llegó y se estableció en las mayores en esa posición fue Alex Rodríguez, seleccionado en 1993.

En los 19 años entre el sorteo de Alex y el de Correa, tres jugadores que aparecían como campos cortos fueron seleccionados en el primer turno. Entre estos se destaca Justin Upton –seleccionado en el 2005–, quien desde las menores fue cambiado a jugar en los jardines.

Aunque por su estatura y su gran bateo puede que Correa eventualmente termine jugando la tercera base, sus grandes ejecutorias ofensivas y defensivas no hacen difícil dejarlo en su actual posición. En su carrera en las menores tuvo un porcentaje defensivo de 96.7%. O sea, el 96.7% de las ocasiones que tuvo participación en una jugada defensiva, no cometió error. Especialmente para un campo corto, este porcentaje es excepcional.

Lo presentado son sólo algunas de las razones por las cuales Correa es la figura principal de una camada de grandes prospectos puertorriqueños que están subiendo a las ligas mayores luego de años en que, a pesar de que subían buenos jugadores, no era en cantidades significativas. Impresiona, más aún, la madurez y el temple que Correa ha demostrado ante la presión de lo que conlleva el sello del prospecto que no puede fallar.

*El autor es colaborador en el programa radial Contacto Deportivo por 1110 AM. Tomado de 80 Grados.