Día 4: 'Un padre' de Martinez le aconsejó no ir a Las Vegas
El tercer testigo presentado hoy por la Fiscalía en el caso contra el senador Héctor Martínez y el empresario Juan Bravo, el abogado Víctor Rivera Torres, quien se consideraba 'como un padre' para Martínez, confirmó que mientras trabajaba para el legislador, el segundo imputado propuso al primero dos proyectos de ley que beneficiarían a su compañía Ranger American. También aseguró el testigo que aconsejó al senador no aceptar el viaje a Las Vegas.
Rivera Torres era 'como un padre' para Martínez. Se conocieron cuando el abogado representó al ahora senador en un caso en su contra cuando Martínez era miembro de la Junta de Libertad Bajo Palabra en 2001. El año siguiente, Rivera Torres volvió a representar a Martínez cuando éste aprobó la reválida y le impidieron juramentar. Rivera Torres consiguió que Martínez juramentara y al día siguiente el nuevo abogado comenzó a trabajar con el letrado veterano.
El experimentado abogado también lo ayudó con su carrera política. 'Tenía muchas esperanzas en él, confiaba en él y yo lo ayudé, dijo Rivera Torres, de una histórica familia del Partido Popular Democrático (PPD).
Rivera Torres llevaba casos de famosos que todos los días aparecían en las revistas de farándula, algunos de ellos incluso en los medios de todo EE.UU., y puso a Martínez a dar la cara. 'Así se dio a conocer de una forma rápida para que corriera' a las elecciones como Senador por Carolina en 2004.
'Además, por las noches nos íbamos a hacer caminatas para seleccionar los lugares para los Billboard', explicó Rivera Torres, quien aprovechó la controversia que crearon precisamente esos carteles para darle publicidad a Martínez.
'A través de esa controversia lo lanzamos', insistió el abogado y mentor de Martínez, quien reiteró que se consideraba como 'el padre que (Martínez) había perdido hacía mucho tiempo'.
El 2 de enero de 2005, Martínez comenzó a ejercer como Senador y Rivera Torres seguía a su lado. 'Mi rol, mi trabajo, consistía en resolver asuntos de la oficina, estar bregando con los empleados, darle seguimiento a los trabajos asignados. También revisaba informes, los proyectos, preparaba informes, asistía a las inspecciones y tenía que ir por las noches a las comunidades a ver los problemas que tenía la gente. Tenía hora de entrada pero no de salida', dijo Rivera Torres, quien no dejó su bufete mientras tanto.
Hasta julio de 2006, Bravo visitó la oficina de Martínez, estando Rivera Torres, para presentar dos borradores de proyectos legislativos.
En febrero de 2005, según el testigo, Bravo presentó un proyecto sobre los centros comerciales ya que, como responsable de la seguridad en Plaza Las Américas, tenía problemas con los jóvenes de un residencial cercano, que robaban allí y volvían al poco tiempo. El proyecto le daba el derecho al centro comercial a llevar un récord de infractores para impedirles la entrada en el futuro.
En marzo, Bravo presentó en la oficina de Martínez un proyecto para enmendar la ley de detectives privados, ya que aseguró que había compañías 'satélites' que incumplían fácilmente la ley. 'Entendí que era un proyecto demasiado estricto y que el propósito era eliminar esas compañías en un intento de monopolizar el mercado', dijo el testigo.
La fiscalía trata de demostrar que un viaje de Martínez y Bravo a Las Vegas para ver una pelea de Tito Trinidad fue un pago para que el senador impulsara alguno de estos proyectos.
Sobre ese viaje, el testigo aseguró que Bravo se lo ofreció también a él, pero que rechazó la invitación.
'Le dije que no me gustan los aviones', sostuvo Rivera Torres, cuyo verdadero motivo para no viajar a Las Vegas, aseguró, es que consideraba 'impropio' aceptar la invitación cuando se estaban 'trabajando los dos proyectos'.
'La razón verdadera de que no aceptara el viaje es que no era ético', añadió.
Dijo que no volvió a hablar del viaje a Las Vegas y la pelea de boxeo en detalle con Martínez hasta que el senador se presentó por sorpresa en su casa el 3 de noviembre de 2009, cuando ya el antiguo mentor ni le contestaba ni devolvía las llamadas al legislador.
'Le dije que no le contestaba porque me estaban grabando las llamadas' y que el FBI lo había visitado en septiembre y octubre de ese año.
Martínez ya sabía para entonces que lo estaban investigando e incluso tenía un topo infiltrado en el equipo de investigación y pensaba que no lo iban a encausar 'por un boleto de avión'.
Rivera Torres aseguró que le dijo a Martínez: 'te dije que era impropio'; y que el senador le contestó: 'no recuerdo que me dijeras eso'.
Antes del testimonio del abogado Rivera Torres, en el segundo turno de interrogatorios fue llamada a testificar María del Carmen Ruiz, agente de viajes de Travel Boutique, quien confirmó que hizo las reservas para el viaje a Las Vegas para un grupo a nombre de Bravo, entre los que estaba el senador Martínez.
Ruiz confirmó que viajaron en primera porque Bravo era viajero frecuente de American Airlines y podía beneficiarse de ciertos privilegios.
La agente de viaje dijo que había realizado también las reservas de hotel, pero el abogado defensor David Chesnoff presentó evidencias de que Bravo había realizado, por su parte, diferentes reservaciones de alojamiento en diferentes fechas ese año.
Mientras se trata de dilucidar quién se alojó, pagó o reservó cada una de las numerosas evidencias presentadas en el Tribunal referidas a nombre de Bravo, Martínez o De castro Font, la testigo reiteró que entre 2005 y 2006 atravesó personalmente un momento muy delicado y que además mudó las oficinas de su agencia, por lo que perdió algunos de sus archivos.
El juicio contra el senador Héctor Martínez y el empresario Juan Bravo había comenzado en la mañana con la que era secretaria de Bravo en el momento de los hechos que se les imputan, Antonia 'Ony' Vélez González, en el banquillo de los testigos para un interrogatorio a cargo de la fiscal federal Deborah Sue Meyer.
Vélez confirmó que entregó los pagos que Bravo hacía al ex senador Jorge de Castro Font, mediante sobres llenos de efectivo, según testificó ayer Carlos Díaz de Hostos, ayudante del ex senador convicto por corrupción encargado de recoger las presuntas aportaciones ilícitas.
Por primera vez en el juicio un testigo señala presiones de parte De Castro, aunque de una manera indirecta, a través de Díaz de Hostos o de personal del ex senador en la Legislatura como una persona identificada como 'Lucy'.
Vélez González lamentó que Díaz de Hostos comenzó a presentarse en la sede de la empresa de Bravo sin anunciar, saltándose el protocolo que tenían establecido y que consistía en que desde la oficina de De Castro Font alguien llamaba antes para avisar.
Sin embargo, Díaz de Hostos cada vez era más insistente, según la testigo. 'Me molestaban tantas llamadas', dijo la secretaria de la Presidencia de la compañía de seguridad Ranger American ante las preguntas de uno de los abogados de la defensa de Juan Bravo, José Antonio Pagán.
Vélez González le dijo a Bravo que había sido contactada por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI), según admitió en el interrogatorio.
Todavía queda por dilucidar si por eso Bravo pudo avisar a De Castro Font y Díaz de Hostos de que el FBI los estaba investigando.