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Entre birra y celular, se asoma el espíritu de la Semana Santa

'Ay no. Yo vine a relajarme. Hoy no es domingo', alzó la voz la mujer de pelo rizo, sentada en la mesa a la izquierda.

El escenario fue el Vidy's, punto de encuentro de universitarios y vecinos de Río Piedras. Fue a las 7:30 p.m. y, cervezas en mano, los estudiantes que ocupaban las mesas tenían que levantar la voz para poder escucharse.

El sonido que competía con ellos provenía de la acera del frente, donde una banda musical se había instalado para cantar canciones religiosas y ofrecer sermones con motivo de la Semana Santa.

'Eso está permitido?', preguntó otra mujer con pinta de artista mientras conectaba su teléfono a un enchufe del local. Otro hombre se le acercó.

'Mira, tú no puedes estar cargando el teléfono. Tienes que escuchar la palabra del Señor', soltó en tono socarrón, y ambos se echaron a reír.

Fue la víspera del Jueves Santo

En la celebración de Semana Santa, NotiCel entrevistó a varias personas que compartieron sus visiones en cuanto a espiritualidad y religión desde su experiencia interna y desde el contacto con su entorno.

Omar Soto Fortuño, estudiante graduado de ingeniería en computadoras en el Recinto Universitario de Mayagüez, es un feligrés activo en su iglesia de corte Pentecostal en Ponce. Va mínimo tres veces a la semana. Hace desarreglos en el mundo entero para poder llegar a los servicios, contó.

'Es algo de fé, siempre he creído. He visto que la gente más inteligente tiene dificultades de tener fé, es difícil dejar a un lado el método científico de querer ver las cosas para creerlas', dijo.

El hombre de 26 años de edad trabaja con adictos, a través de las actividades de su iglesia que buscan tener un impacto social. Dentro de su proyecto de evangelización, en la Semana Santa, por ejemplo, realizan obras breves en las canchas de su barrio, para exponer la vida de Jesús, 'algo bien preparado y que la gente se convierta', afirmó.

Por su parte, Christopher Cuevas Feliciano cree enteramente en la existencia de Dios, pero no practica ninguna religión. Es precisamente esa labor de intentar convertir a la gente al cristianismo, uno de los factores que provoca su rechazo al sistema religioso.

'La forma en que te ofrecen la salvación es imponiéndote las cosas a través de un castigo, y las personas terminan más teniendo miedo a Dios que queriéndolo', enunció con firmeza.

Nació en San Sebastián, pueblo 'donde está la religión es como pandereta en la cara', comentó entre risas. A los diez años de edad decidió que no iba a volver a confesarse ni a comulgar.

'Le dije a mi mamá que yo no me iba a volver a confesar porque el cura también hacía cosas malas como yo y, si alguien me tenía que perdonar, era Dios y no el cura. Yo no tengo que decirle mis pecados a una persona. Mi relación es directamente con Dios, es bien personal', agregó.

Para Beatriz Miranda existe una gran diferencia entre espiritualidad y religión. La mujer de 25 años de edad, oriunda de Vega Alta, asistió a una escuela católica en Manatí durante toda su vida. A los 13 años, empezó a despertar un rechazo hacia lo que calificó de 'represión dogmática'

'Ese temor a Dios, ese castigo, esa autoflagelación que te hacían sentir por simplemente ser humano y sentir ciertas cosas empezaron a despertarme destellos de que esto no está bien', sentenció.

Recordó los retiros espirituales de su escuela, en la que le hablaban a alumnos de intermedia de cómo por masturbarse, y decir palabras soeces, eran la causa mayor de sufrimiento de sus padres.

'Tiene tanto elemento de manipulación, es igual de terrible que la política misma, y no es necesaria', definió su interpretación de la religión. Sus experiencias provocaron que Beatriz se considerara atea por un tiempo, sin embargo, ahora se considera agnóstica.

Por su parte, Armando Santiago Pintado, de 26 años, es ateo. Criado también toda su vida en el seno de una familia católica, recordó en sus primeros años disfrutar cantar canciones religiosas junto a su abuela pero, a cierta edad, surgieron preguntas que dijo nadie estuvo dispuesto a contestar.

A los ocho años, empezaron los castigos en la escuela por contestar, hacer monerías en las prácticas de la comunión, en la primera comunión por tirarle gomitas a la maestra en el altar, retención, suspensiones, por hacer preguntas que ellas consideraban ofensivas.

Por el contrario, Dianerys Calderón calificó como 'una bendición' haberse criado en una familia católica que le enseñó desde pequeña a involucrarse en los asuntos de la Iglesia. La periodista de 22 años participa activamente en la pastoral juvenil Jóvenes Unidos Fortalecidos en el Amor de Dios en la Diósesis de Caguas.

'A los 18 años, entendí que no es solo ir a la iglesia, sino hacer apostolado. Combinar, hacer un balance entre lo que es la doctrina y lo que es salir a la calle, la práctica'.

En su labor, se reúne con jóvenes de diversos barrios de Naranjito para conversar, ir juntos al cine, y reflexionar sobre la palabra de Dios. Participó además en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, encuentro mundial con el Papa Francisco, donde se reafirmó que lo que hacía en su comunidad, valía la pena.

El debate de todos los días

Mientras que para Beatriz y Christopher, hablar de religión puede resultar una conversación tranquila excepto por la posible intervención de extremistas, para Dianerys, hablar de religión en su entorno puede convertirse en una tarea tensa.

'Pienso que hay una resistencia y un miedo a hablar de esto, lo he vivido en la universidad, en el trabajo, con las amistades. Que no me averguence hablar de Dios es algo que he desarrollado, antes no era así, por eso me gusta trabajar con jóvenes para que también se sientan seguros'.

El matrimonio homosexual es ese tema que se levanta sólo, espontáneo, sin que se pregunte, como si ya hablar de religión contemplara el debate sobre los derechos que reclama la comunidad LGBT, indicó al menos uno de los entrevistados.

'Hablar de religión siempre es un tema un poco hostil, sobre todo cuando se toca el matrimonio homosexual, un tema de discusión bien fuerte', opinó Omar.

'Qué piensas tú? Yo creo que la iglesia a veces ha manejado mal el asunto... podría aparentar algo negativo hacia esas personas. Tengo amigos homosexuales, los trato con cariño, no los juzgo, aunque internamente sé que delante de Dios está mal... Amamos al pecador pero aborrecemos el pecado', agregó.

Dianerys coincidió en que el asunto del matrimonio homosexual es una de las preguntas que le han surgido en su relación con las doctrinas de la iglesia. 'El hecho de que yo sea católica no quiere decir que no surjan dudas en mí, por eso tengo un director espiritual', dijo.

'Qué piensas sobre el tema? Realmente no me siento capaz o con la sabiduría para hablar de ese tema', se detuvo y siguió buscando las palabras precisas.

Dianerys dejó claro la buena relación que sostiene con sus amigos homosexuales y repitió que su filosofía de vida se basa en no juzgar a nadie.

'La Biblia dice que son relaciones vergonzosas... pero estoy completamente de acuerdo con que son seres humanos y necesitan derechos laborales, de salud, todo lo que necesitan para una mejor calidad de vida. Es un tema que me ha afectado a mí, no me meto mucho en eso. La Biblia me dice que es algo que está mal, pero aun así ...', se interrumpió.

Además, la figura de la mujer, dentro del contexto bíblico también ha levantado la ceja de algunos de los entrevistados. Omar comentó que, aunque el hombre tiene la última palabra en la casa, eso no significa que no se dialogue el día a día.

'La Iglesia Adventista habla del hombre como figura central en una familia, como el pilar, y eso me parece absurdo. En mi casa mi mamá nos crió sola. Entonces quién es el pilar, no puede ser mi mamá porque es una mujer? A veces la Biblia no encaja en lo humano', concluyó Christopher.