El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) tiene en su poder el arma de fuego que el corredor de seguros, Pablo Casellas Toro, alegó le fue robada el pasado Día de los Padres en un supuesto 'carjacking' que nunca ocurrió.

Según informes del periódico El Vocero, el arma fue ocupada por la Policía el pasado viernes a una persona no identificada en un pueblo al oeste de Bayamón. En el lugar se corroboró el número de serie de la pistola FN, calibre 5.7 X 28, propiedad de Casellas Toro.

A Casellas Toro se le acusó de utilizar la misma pistola para asesinar a su esposa, Carmen Paredes, el pasado 14 de julio en su residencia ubicada en la exclusiva urbanización Tierralta III en Guaynabo.

El arma incautada será sometida a una serie de pruebas periciales en el ICF, entre estas, para conocer la compatibilidad de las estrías del cañón con los proyectiles encontrados en la escena y la autopsia de Paredes.

El diario publicó que las pruebas realizadas por el ICF, deberán estar listas pronto y sus resultados serían entregados a los agentes del CIC de Bayamón que investigan el caso, así como a la Fiscalía de Bayamón, quienes utilizarán el arma como evidencia contra Casellas Toro.

Al hombre se le radicaron cuatro cargos el pasado martes por asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas, destrucción de prueba y reportar falsamente un delito.

Por los cargos presentados, a Casellas Toro se le impuso una fianza de $4 millones que fue pagada por su padre, el juez federal Salvador Casellas.

Casellas Toro deberá permanecer bajo arresto domiciliario en la residencia de su padre con un grillete durante todo el proceso legal que continuará el próximo 18 de septiembre con la vista preliminar del caso.