Casellas impugna el registro de su guagua por parte del FBI
Como parte de su juicio federal por mentir a un agente sobre el supuesto carjacking que sufrió, el convicto Pablo Casellas Toro pidió al tribunal que señale una vista para impugnar la búsqueda que el FBI hizo de su guagua Acura ya que el mismo fue ilegal, según su abogado.
La supuesta ilegalidad estriba en que el registro se basó en un consentimiento que Casellas ofreció cuando había reportado el carjacking a las autoridades, pero la búsqueda real del vehículo se hizo después de que su esposa fuera asesinada y la sospecha del delito se posara sobre él. Su abogado, Francisco Rebollo,sostiene que no es lo mismo consentir a la búsqueda con el entendido de que se investiga un delito denunciado por el propio Casellas, que realizar la búsqueda con miras a obtener evidencia de un asesinato.
Casellas, condenado a 109 años por el asesinato de su esposa, Carmen Paredes, reportó el carjacking el 17 de junio de 2012 y consintió a la búsqueda del vehículo por parte de las autoridaes el 25 de junio. Paredes fue asesinada el 14 de julio de 2012, y es el 16 de julio, primer día laborable después del asesinato, que los agentes desmantelan el interior de la guagua en bíusqueda de evidencia que, sostiene Rebollo, ya no era para probar un carjacking sino para probar un asesinato.
'El FBI se había contentado con dejar el carro languidecer bajo su custodia por un mes después del carjacking reportado, un escenario altamente improbable si los agentes en efecto creyeran que había un grupo de delincuentes armados y peligrosos sueltos haciendo carjackings y que había evidencia en el carro que los ayudaría a atraparlos y eliminar el peligro que representaban para el público, sin embargo, escogieron registrarlo en la primera oportunidad que tuvieron después del asesinato. En definitiva, que el propósito del registro fue buscar evidencia sobre el asesinato de la esposa del acusado, un delito para el cual el FBI no tenía jurisdicción para investigar', argumenta Rebollo.
El documento de solicitud de vista enfatiza que el agente que investigaba el carjacking era un policía en destaque llamado Rafael Díaz Berríos, quien, como policía, sabía de la investigación del asesinato de Paredes.
Además, el mismo día del asesinato de Paredes, los agentes ocuparon en casa del matrimonio el rifle calibre .22 que Casellas había alegado que el fue robado en el carjacking por lo cual, dice el abogado, el día que hicieron el registro sin orden de un tribunal en el vehículo ya tenían una base para creer que el carjacking no se había realizado por lo que ya no les servía el consentimiento obtenido de Casellas para el registro del vehículo porque, subraya, ese consentimiento fue en el marco de un carjacking, no de un asesinato en el que el propio Casellas era sospechoso.