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SAN JUAN WEATHER
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Amenazado Roe vs. Wade

En Blanco y Negro con Sandra

Se supone que mañana lunes, 9 de julio, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anuncie quien será su candidato para sustituir al juez del Tribunal Supremo, Anthony Kennedy. Todo el mundo sabe que quiere nombrar a alguien que elimine Roe vs. Wade. La pregunta es: ¿Por que de la noche a la mañana Trump aparece como el más 'pro-vida'? ¿Por que quiere trastocar el derecho de las mujeres a decidir si quieren o no tener un hijo? ¿Por que borrar ese avance en derechos que costó tantas decadas de luchas? Y más que nada, ¿por que ese debate tan trascendental no se discute en Puerto Rico? La respuesta a todas las interrogantes es sencilla: la hipocresía política.

Hipocresía allá, hipocresía acá. Allá Trump dice estar en contra del aborto, pero lleva toda una vida hostigando y vejando a las mujeres. Se ha casado tres veces, tiene decenas de imputaciones sexuales y fue amante de la actriz porno Stormy Daniels. Acá en la ínsula colonial, los políticos se pintan de los más conservadores para lucir bien ante los religiosos, aunque lleven vidas llenas de pecado. Lo peor es que ciertos líderes religiosos los aplauden, porque ocultan sórdidas vidas llenas de lujuria y transgresiones. Esa es una verdad irrefutable.

Son todos unos hipócritas que se venden como los más moralistas, pero tienen chillas y no les importa romper sus matrimonios o familias. Otros, cuando sus amantes salen preñadas, las mandan a abortar. Es así. Son 'pro-vida' ante la prensa, pero no les importa quitarle beneficios a gente que muere sin medicamentos. Lo dice la Biblia en Mateo 7:15: 'Cuídate de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces'.

Lo cierto es que nadie quiere hablar del verdadero interes por trastocar el derecho al aborto en los Estados Unidos y no se trata de un aspecto meramente moral. El verdadero interes es económico.

Los Estados Unidos tiene un serio problema de baja poblacional y disminución de nacimientos. Evidencia de esto es la crisis que tienen empresas como Procter & Gamble y Kimberly Clark que han tenido que hacer ajustes en sus operaciones porque las ventas de pañales para bebes siguen bajando y se enfocan ahora en los pañales para adultos. Como la administración Trump está cerrando las fronteras y no quieren inmigrantes de otras culturas y razas, hay que fomentar que la gente tenga hijos. Si son blancos y 'home grown' mejor, porque van a la medula de su estrategia de supremacía blanca.

Entonces se revive el tema del aborto con la campaña #HangersForCollins. Durante toda esta semana, los defensores a ese derecho han estado publicando fotos de ganchos de ropa en las redes sociales, recordando los miles de abortos ilegales que provocaron muertes. Desde el 1977 se usa esa imagen para evitar que se revoque el histórico caso de Roe vs. Wade, que legalizó el aborto desde el 1973. Ahora, con esta campaña, buscan que la senadora republicana por el estado de Maine, Susan Collins, cuyo voto será determinante en la confirmación del próximo juez del Supremo, escoja a uno que defienda el aborto.

El temor es la personalidad cambiante de Trump. Cuando el juez Kennedy anunció su retiro, Trump dijo que no les preguntaría a los posibles candidatos sobre Roe vs. Wade. Sin embargo, a los pocos días de haber ganado la presidencia en el 2016, Trump dijo en una entrevista con '60 Minutes' de CBS: 'Soy pro-vida. Los jueces que escoja serán pro-vida'.

Más allá de los Estados Unidos, esa discusión se está llevando a cabo en todas partes del mundo. El 28 de mayo, en Irlanda se despenalizó el aborto. En ese país tan católico, un 66% de las personas votó a favor de reformar su constitución para permitir el aborto. A los pocos días, la Cámara de Diputados en Argentina votó a favor de permitir el aborto antes de las 14 semanas. Esa medida pasa ahora al Senado argentino. En Mexico, hay una campaña amplia para que se legalice el aborto, considerado la tercera causa de mortalidad materna en ese país. El nuevo presidente Andres Manuel López Obrador, ha sido evasivo sin fijar ninguna postura personal sobre el tema, prometiendo que hará una 'consulta pública' sobre si se legalizará o no el aborto.

Y mientras tanto ese debate acapara la atención en la nación americana y en el resto del mundo, acá en Puerto Rico seguimos en las mismas. Líderes políticos usan el aborto como un escudo para ganarse votos o proyectar una imagen de seres de fe. Un ejemplo de esto es una legisladora que solamente en su casa la conocen, que lo que está es buscando pauta, la tal Nayda Venegas. Ella radicó un proyecto para limitar ese derecho, en el que obligaría a las mujeres y a los medicos antes de un aborto a escuchar los latidos del corazón del feto. La medida no fue ni considerada porque era claramente inconstitucional, según el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.

Las feministas en Puerto Rico siguen dando la batalla a nivel de base, pero cada día el trabajo se hace más cuesta arriba porque no hay dinero para educación sexual ni apoyo en el gobierno. Esta semana se designó a Lersy Boria como la nueva Procuradora de la Mujer, pero nada se sabe sobre su trayectoria en defensa de los derechos de las mujeres. Menos, sobre su postura en torno al aborto. Es más, que yo sepa nadie ha preguntado que pasó y cómo dejó la ACAA antes de esta nueva designación. Si los funcionarios llamados a defender este derecho no hablan, menos hablarán los demás.

En Puerto Rico se realizan cerca de 18,000 abortos anualmente. Cada procedimiento cuesta entre $275 y $475, según la página de Women's Medical Pavilion. Resta por ver que posiciones públicas van a asumir los políticos locales, y cuántos estarán del lado de defender el derecho humano de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

Ignorar el tema, como suelen hacer los políticos que no se quieren calentar, representa muertes. Muerte de los fetos y bebes, pero tambien muertes de las mujeres. Para evitar el aborto, la clave es la educación sexual y la prevención, pero ahí tampoco está el interes de los políticos, que siguen recortando ayudas para eso.

Yo defiendo la vida. No me gusta el aborto y estoy en contra, pero defiendo el derecho de la mujer a decidir. Despues de todo, los derechos son inherentes al ser humano, no a la opinión popular. Los derechos no se negocian. Los derechos de la mujer son derechos humanos.

El tema del aborto es controversial, pero tambien se que luego de esta columna, muchos repicarán este tema. Espero que lo hagan porque el debate es importante.

*La autora es relacionista profesional y mantiene el blog En Blanco y Negro con Sandra.

Sandra Rodríguez Cotto. (Archivo/NotiCel)

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