La depresión climática
Vivimos en un mundo donde existe la posibilidad que en menos de treinta años el planeta Tierra sea irreconocible. Países y territorios como Venecia, Micronesia y hasta nuestro propio hogar, Puerto Rico serían gravemente golpeados. Es fácil angustiarse, abrumarse y hasta deprimirse con esta información. Este fenómeno psicológico se conoce como 'Climate Grief' o depresión climática.
Hemos visto la conversación sobre la crisis climática cambiar y evolucionar a traves de los años. Antes era más un asunto a nivel individual, tal como 'necesitas reducir tu huella de carbono' o 'necesitas una botella reusable'. Esto es evidenciado por la reciente conversación sobre la contaminación y uso de sorbetos plásticos.
Se ha encontrado que solo cien compañías son culpables por 71% de emisiones de gases invernaderos. Eso significa que tenemos doce años antes de que haya daño irreparable sobre la Tierra. Por estas tenebrosas estadísticas, ahora existe un temor existencial por el futuro de nuestro planeta, la previamente mencionada depresión climática. La misma causa que veamos nuestras acciones como inútiles, que no importa que hagamos con nuestro tiempo, ya que el calentamiento global, la erosión de costas, la perdida de biodiversidad, los incendios, las sequías, los huracanes y mil otros asuntos seguirán ocurriendo.
Pero esto no significa que deberíamos resignarnos ante la crisis. Aunque ya es extremadamente tarde para priorizar al cambio climático como la crisis que es, un cambio a nivel sistemico sigue siendo necesario y posible. Tal vez una persona no pueda resolver esta crisis, pero miles o millones podrán. Organizaciones como el 'Sunrise Movement' en Estados Unidos han creado un ambiente político diferente al que existía hace cuatro años. Antes, formular o priorizar el cambio climático como crisis no era un requisito. Ahora, entre todos los candidatos demócratas existe un plan detallado para combatir la crisis climática.
Por eso el 20 de septiembre paramos delante del Capitolio. Vemos la acción legislativa como una necesidad fundamental para el futuro de Puerto Rico. El gobierno no puede seguir vendiendo sus costas y recursos naturales con fines lucrativos. Por ignorar a sus ciudadanos, tras María, miles de puertorriqueños emigraron a Estados Unidos en búsqueda de nuevas oportunidades. Esto es un fenómeno que se ve alrededor del mundo, en Somalia, en las Maldivas, miles de ciudadanos emigran en búsqueda de comida, agua y recursos básicos.
El Cambio Climático y la inacción gubernamental declaró sus hogares como inhabitables. Las costas, arrecifes y manglares son nuestra barrera ante fenómenos atmosfericos como huracanes, y con su desaparición, nosotros seremos esa barrera. La agroindustria, la explotación de recursos naturales y el uso de combustibles fósiles todos aceleran este proceso de calentamiento global; así que todo está interconectado.
Uno no puede separar la crisis climática de los derechos laborales, del derecho a propiedad privada, del derecho a la seguridad, porque esta crisis nos abarca a todos. Este 20 de septiembre, de 10:00 a.m. a 2:00p.m., nos cuidamos.
*El autor es estudiante de la Escuela Superior de la Universidad de Puerto Rico.
(Juan R. Costa/NotiCel)