El misterio de porqué estoy bien rica
La semana pasada había quedado en contarles por qué estoy tan rica. Aunque parezca un mero asunto de vanidad, les garantizo que no lo es. Puede que sea más bien algo fundamentado en el discurso macharrán que aún predomina.
No sé si a ustedes, las chicas, les ha pasado pero en mi caso en particular, desde un tiempo para acá cada hombre con el que me acuesto siempre se tira la mismas líneas que se resumen en 'Mami, que rica tú estás, que rica la tienes'.
No tengo idea si las aprendieron en algún manual que circula secreta y exclusivamente entre hombres sobre qué decirle a las mujeres, o si es que realmente mi coño está exquisito. Yo que lo he probado realmente no estoy convencida de que sea la última Coca Cola del desierto.
De lo que no tengo duda es que me lo comenzaron a decir ya después de haberme estrujado con unos cuantos galanes y que ha sido una constante desde entonces. Así que, quién sabe si es cosa de pura experiencia.
La primera ocasión que me lo susurraron al oído, me creí una diosa. Primero, por el alivio que me provocó que un truco no me estuviera diciendo un te quiero o algo comprometedor y segundo porque me sentí rica de verdad.
Ya para la segunda, la tercera y la cuarta, además de saber que estaba toda sabrosa, comprendí que hay algo en el meniao de mis caderas que los trae locos y que mi Templo es verdaderamente Sagrado.
De todas maneras, quise hacer una encuesta entre mis amigas para ver si, en efecto, era parte del discurso macharrán, o si era una línea que yo provoco en cuanto hombre se revuelca conmigo entre sábanas, paredes, muebles y cocinas.
Al día de hoy sigue siendo un misterio, ninguna me pudo contestar con certeza... a algunas nunca le han dicho que están ricas, y otras se lo dicen de cuando en vez y de vez en cuando.