Los goles diarios de un padre especial con hijos especiales
Cuando los gemelos de Omar Álvarez fueron diagnosticados con autismo, en su camino se interpuso una cuesta sumamente empinada. Sus opciones eran dos: comenzar a subirla o quedarse inmóvil ante el reto. Hoy, a ocho años de su trayecto, los hijos de Omar son su motivación para seguir subiendo con valentía y paso firme.
La cuesta es la imagen que Omar utiliza aunque reconoce que al principio el panorama era turbio. El padre de Mauro, de 16 años, y de Darío y Lorenzo, de ocho, dijo haberse dado cuenta de que algo andaba mal con sus mellizos cuando los vio jugando con otros niños.
'Tenían dos años y medio cuando vi la forma de jugar de otros niños y vi la forma de jugar de los míos. Supe que había algo raro. Los niños con autismo no tienen juego imaginario. Un niño coge el avión y empieza a volarlo como si fuera el piloto y a hacer los ruidos del avión. El niño autista no tiene eso. Por ejemplo, Darío en vez de jugar con el carrito, lo volteaba y lo que hacía era darle vuelta a las gomas, y eso era lo que el quería, darle vueltas y vueltas a las gomas', recordó.
Luego vino el diagnóstico en el que se descubrió que Lorenzo tiene un autismo leve y Darío uno severo. Omar explicó que Darío no habla y necesita asistencia para realizar todas sus tareas diarias.
'La comunicación es los más difícil porque se hace difícil saber qué es lo que él siente, qué es lo que le molesta', explicó.
Por otra parte, Lorenzo es verbal, comunicativo y expresivo, pero tiene un desorden de comportamiento no persuasivo, lo que lo hace obsesionarse con ciertas cosas.
'A él los sobrecoge demasiado el calendario, la hora, los horarios. Por ejemplo, yo no le puedo decir a Lorenzo, 'Lorenzo el sábado vamos al cine a ver Spider Man' porque de aquí al sábado su vida va a girar en torno a la hora y a que llegue ese momento',explicó.
Omar cuenta que para él y para su esposa, recibir el diagnóstico 'fue un momento muy duro'.
'Hay muchos sentimientos encontrados pero el primer sentimiento que aflora es uno de culpabilidad, sobre todo para mi esposa que sentía que ella había hecho algo mal. Y no fue que hicimos algo mal, es que Papá Dios nos envío eso y eso es algo con lo que hay que trabajar. Al principio es muy duro aceptar el diagnóstico y lo más difícil es asimilarlo pero eventualmente hay que empezar a buscar ayuda y a entender que hay otro camino que hay que recorrer y empezar a aprender a caminar por ese camino', reflexionó.
A la pareja le tomó aproximadamente ocho meses procesar la noticia. A partir de entonces todo cambió. El papá de tres relata que ahora todo gira en torno a Darío y a Lorenzo.
'Todo tiene un propósito que tiene que ver con satisfacer sus necesidades y cumplir con lo que se ha programado, terapias y demás', dijo.
'En el caso de el autismo severo se limitan muchos las salidas a la calle porque el comportamiento del niño no es el más correcto y lamentablemente en Puerto Rico todavía falta mucha educación. Uno llega a un lugar y las personas comienzan a mirarte de cierta forma, sin comprender, y comienzan a llegar a conclusiones sin ver el caso completo y eso duele como padre. Eso duele porque uno se siente rechazado. No hay empatía', argumentó.
Aún así, Omar ha creado espacios en los que puede compartir con sus niños. Él los lleva a la playa, van al supermercado y a la panadería donde los conocen, pero sobre todos esos espacios, su favorito es el campo de fútbol. De ascendencia colombiana, Omar no podía concebir que sus hijos no pudieran disfrutar del fútbol por su condición. Para éste, aprender a jugar el 'fut' era un regalo que le había hecho su padre y al igual que él le había transmitido el conocimiento y la pasión por el deporte a su hijo mayor, lo quería hacer con sus mellizos. Fue entonces que creó la fundación sin fines de lucro Golitos.
Golitos, porque son pequeños goles pero de gran significado, es un programa que Omar creó en conjunto con el Departamento de Educación Física Adaptada de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón. En éste los niños conocen el fútbol pasando por estaciones en las que se les desarrollan destrezas emocionales, sociales y físicas.
Además de servir como terapia para los niños, para Omar las prácticas 'son un espacio de liberación. Un grupo de apoyo entre papás. Un momento para estar libres, para sentirnos tranquilos'.
El proyecto ya ha llegado a 300 familias y ofrece servicios en San Juan, Bayamón y Rincón. De hecho, Golitos es una parte de lo que le trae a Omar felicidad en su paternidad.
'Me hace feliz lograr que Darío y Lorenzo se sientan parte de un grupo. Ver que aunque tengan sus limitaciones, ver que son felices y aunque no somos una familia que lo tiene todo, con lo que tenemos estamos contentos. Me hace feliz seguir tratando de darle lo mejor porque siempre se puede hacer más', sostuvo.
A aquellos padres que se acaban de enterar que sus hijos tienen una condición Omar les exhorta a que 'no se desanimen, no desfallezcan, hay esperanza. Tienen que luchar por sus hijos y lo único es que esto es una forma diferente de ver la vida. Es la misma vida, pero con otro cristal y a veces es más satisfactorio porque uno encuentra en sí mismo fortalezas y virtudes que uno no sabia que uno tenía. Uno también conoce lo mejor de otras personas'.
Durante la Copa del Mundo en la casa de los Álvarez todo será celebración. Este año Lionel Messi, uno de los mejores futbolistas del mundo, les ha enviado una camisa autografiada para que recauden fondos para la fundación. Para participar en la rifa de la misma visite la página de Facebook de Golitos.