Requiere transformación industria alimentos en PR
La industria de alimentos de Puerto Rico necesita una transformación para incrementar su competitividad dentro del mercado global, en donde se ponga especial énfasis en un aumento de las investigaciones científicas, se mejore su capacidad técnica y se establezca mayor impacto social.
Así determinó el doctor Manuel Coco Morales, chairman de Intelligence Forecasting, Corp., durante su participación en una actividad que realizó la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), en la que se discutía a donde se dirige este sector.
Coco Morales puntualizó que 'ningún sistema se transforma con una política estreñida de gastos y de costo. El control de gastos es una actividad necesaria, pero dramáticamente insuficiente para transformar un país, sus sectores productivos y ninguna empresa'.
Aunque a nivel global la competitividad de los mercados se delimita en su capacidad de producir productos y servicios más barato, o de mejor calidad o por su innovación. En el caso de Puerto Rico, Coco Morales opinó que la industria se debe ir alineando para ser más competitiva en todo lo que representa la innovación. Pese a esto, advirtió que el desarrollar ideas creativas debe ir de la mano de una buena ejecución, porque sino se pone en la cuerda floja tanto el negocio como la sociedad.
De acuerdo a Coco Morales, para poder lograr este objetivo este sector tiene que superar tres problemáticas: la rentabilidad vs el crecimiento, la cultura de metas a corto plazo vs. largo plazo y si se busca impactar a todo el sistema o se trabajará por partes.
De otro lado, argumentó que el dilema de la situación alimenticia no queda aislado de otros desafíos que tiene Puerto Rico en aspectos como la política energética, el sistema educativo y cultural, la tecnología, el sistema financiero y económico, la pobreza, los cambios climáticos, la globalización y las oportunidades que representa la industria de alimentos como motor de desarrollo económico. A su entender, estos elementos de algunas manera inciden a la situación que enfrenta actualmente el sector.
En esa línea, resaltó que el problema social de la pobreza que afecta a muchos puertorriqueños, de alguna manera limita la competitividad de Puerto Rico de cara al futuro.
Para Coco Morales todo estos retos 'hay que abordarlos con esperanza'. En ese sentido, apuntó que existen grandes oportunidades dentro de la cadena de suplido de alimentos. Y sentenció que si la industria de alimentos sigue operando como lo ha hecho hasta ahora 'en diez años el 50% de las empresas que trabajan en el sector desaparecerán'. Si la gestión de la industria es poca por cambiar la dirección que llevan hasta ahora, hay mayor riesgo que el sector se debilite. No obstante, si se hace lo que se tiene que hacer 'satisfactoriamente', solo se lograría mantener la industria.
Por lo tanto, recomendó dar un paso hacía al frente y transformar la industria. Destacó que las claves para que este sector se siga desarrollando y creciendo está concentrado en fortalecer las investigaciones y la educación, fomentar las aplicaciones científicas, incentivar una mayor creatividad e innovación y establecer una nueva cultura empresarial.
Mientras tanto, Manuel Maldonado, presidente de Intelligence, detalló que la seguridad alimenticia de la Isla está a merced de aspectos económicos, políticos, ambientales y sociales. En el aspecto económico enumeró la volatilidad en los precios de los alimentos, el alza en el costo del petróleo y el gas, una merma en los fondos ARRA, un 'discreto' paquete de estimulo criollo, entre otros. En términos políticos mencionó la apertura del mercado cubano, el crecimiento de República Dominicana, la inestabilidad de Venezuela. Sobre el ambiente indicó la temporada de huracanes, la posibilidad de terremotos y el establecimiento de nuevas fuentes de energía renovable. Al tratar el área social sostuvo que tiene gran impacto la baja participación laboral, el incremento en la población de edad avanzada y la migración del talento local.
Por su parte, el economista Joaquín Villamil de Estudios Técnicos, Inc., abundó que la industria de alimentos en Puerto Rico, es uno de los sectores que impulsan la economía del país, precediendo a la manufactura, los bienes raíces y alquiler, el Gobierno y las finanzas y seguros. De igual forma, estableció que la Industria de Alimentos generó más o menos el 5% del Producto Interno Bruto y entre el 7% y el 8% del Producto Nacional Bruto, con alrededor de $4,684.3 millones. El mayor ingreso de esta industria se obtiene por la manufactura de alimentos y bebidas no alcohólicas, luego en el servicio de alojamiento y alimentos, el comercio al detal, el comercio al por mayor, la producción de animales y la producción de cosechas.
De acuerdo al Retrato de la Industria de Alimentos del Tercer Trimestre 2011, los consumidores locales gastaron $8,500 millones en la compra de alimentos anualmente. Esto representa el 14% de su gastos totales, tras aspectos como servicios médicos y de salud y la vivienda.
Se estima que 109,200 personas trabajan en la industria de alimentos. Lo que quiere decir que el 17% de los empleados privados en el área no agrícola del país, están en este sector. La nómina anual es de $1,200 millones. En este sector solo se ha desatado una disminución de 5,525 empleos, mayormente en supermercados y colmados.
De otro lado, en su evaluación Villamil apuntó que desde el 2009 para acá los consumidores han reducido las compras que acostumbraban realizar en las cafeterías y restaurantes. Mientras esto ocurrió las ventas en las tiendas de alimentos se incrementaron 'levemente'.
Más aún, de total de las quiebras registradas en Puerto Rico entre enero a junio 2011, el 17.7% correspondía a la industria de alimento. Los negocios que más quebraron fueron restaurantes, supermercados, y panadería y reposterías.
En otra línea, dijo que ha ocurrido una moderación en los precios de los productos importados y un alza en las importaciones.
Asimismo, ocurrió una reducción en los recaudos por los arbitrios de bebidas alcohólicas que 'sugieren una disminución en su consumo'.
Entretanto, Villamil aseguró que aunque ha habido fluctuaciones en los precios de los alimentos, la inflación 'ha estado bastante controlada y no debe ser un problema en Puerto Rico'. De hecho, añadió que 'hemos visto una volatilidad bien grande en los precios, pero el temor que había hace un año de que iba haber un aumento extraordinario en los precios, realmente no se ha dado. Por lo menos, no al nivel que decía la Food and Agriculture Organization'.
Algunos productos que los precios se han disparado es el azúcar, el Ethanol, el pollo, entre otros. A su juicio los cereales, los productos lácteos y las carnes se ha mantenido a niveles 'razonables'.
Finalmente, Villamil concluyó que en Puerto Rico hay que considerar las tendencias globales en cuanto a la disponibilidad y los precios de los productos de alimentos, los cambios demográficos de la población, que no se convierta en una práctica permanente la gran demanda de los consumidores a los productos congelados vs. los frescos, la recesión que enfrenta la economía, los cambios en la estructura de los hogares de crianza, las diferencias de los canales de distribución y la entrada de grandes competencias al mercado.