En momentos en que se discute el desarrollo de las industrias creativas en Puerto Rico, y que se radicó un proyecto de ley para esos fines, el gobierno debería tener en cuenta los errores que se cometieron en el pasado, y que han provocado que el país no tenga una industria de diseño en la actualidad.

Aunque existe una concepción popular que entiende el diseño como un lujo, en lugar de parte integral de la producción, los estudiosos e integrantes de la economía creativa apuestan a su capacidad para crear empleos independientes,- y de remediar los problemas con servicios y productos innovadores.

De acuerdo al Perfil de la Economía Creativa en Puerto Rico, el diseño representa el 15% del total de negocios en las industrias creativas de Puerto Rico, lo que lo posiciona como el tercer campo de mayor tendencia dentro de esa clasificación, luego del sector de medios de comunicación, y el de artes visuales y artesanías.

Pero de acuerdo a los diseñadores y fundadores de Rubberband, Mari Máter Oneill y Arthur Asseo, se han hecho muchas iniciativas para impulsar esta industria en el pasado, que han terminado en el fracaso. Ya en la década de los 50, la Administración de Fomento Económico (AFE) había creado un centro de diseño tanto para adiestrar talento local, como para ofrecer incentivos a las industrias extranjeras que contrataran diseñadores locales. Esto, luego de que cerraron un programa que se había establecido previamente para suplir la demanda del mercado local y exportar diseño de manufactura de muebles, cerámica decorativa y textiles, entre otros.

'Por precaución a no parecer un programa socialista, el gobierno decide enfocar su programa de industrialización en hacer atractivo a Puerto Rico para inversionistas y empresarios extranjeros; en vez de explotar la oferta del talento local', comentó Asseo.

La AFE, además, creó un concilio de diseño que ofrecía servicios gratuitos desde el gobierno. 'El gobierno era la propia competencia. El concilio daba servicios gratuitos al mismo tiempo en que el sector privado estaba tratando de generar y desarrollar', resumió el diseñador puertorriqueño, al destacar que se han hecho muchas cosas, pero hace falta reforzar la cultura de empresarismo y diseño.

Losempresarios llegaron recientemente deChipre, donde presentaron su investigación sobre la caída de la primera corporación de diseño gráfico y comunicación visual en Puerto Rico,Graf, que llegó a generar hasta $1.3 millones en un año.

'Hace falta que haya un vínculo con las industrias de manufactura. Se carece de una cultura empresarial. En las mismas universidades no se le educa a los diseñadores para ser empresarios. Entonces salen del país, entran a agencias de relaciones públicas o hacen operaciones freelance, que no están incorporadas y debilita mucho la industria', coincidió O'Neill.

Una de las posibles medidas para el fortalecimiento de la industria es armar un gremio que reúna a los diseñadores profesionales. 'Al ser un gremio desorganizado, el impacto que causa la crisis es más fuerte todavía. Es necesario estar organizados para ser más activo en la creación de política pública', insistió Oneill.

En momentos en que se discute el proyecto del Senado 655, de la autoría de Ramón Luis Nieves y José Nadal Power, para crear Ia división de Industrias Creativas adscrita a la Compañia de Fomento Industrial de Puerto Rico (PRIDCO), es que se insiste en la importancia de organizar este gremio para velar por la aplicación correcta de las políticas públicas. El proyecto pretende sentar las bases para crear un plan estratégico para promover y desarrollar estas industrias - de diseño, las artes, los medios, y servicios creativos - en Puerto Rico.

'A diferencia de la mentalidad del pasado, donde se esperaba que el gobierno ofreciera la solución, yo entiendo que ahora la solución esta en el gremio mismo. A medida que nos organicemos como industria podremos exigir más derechos y nosotros mismos velar por la práctica ética y sustentable' puntualizó Asseo.

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