Los estudiantes que cursan estudios de Maestría en Salud son menos propensos a encontrar un trabajo en esa disciplina el primer año de graduarse que otras personas que cursan una educación más corta.

Así lo detalló un proyecto llevado a cabo por el Buró del Censo de Estados Unidos, donde además tabulan los lugares donde terminan trabajando los egresados de instituciones superiores.

Se desprende de la investigación que varias personas que cursan estudios de Maestría en Salud terminan trabajando en el sector de la Educación (22.2%) y en administración pública (7.2%).

Por otro lado, el proyecto tambien mide los sectores a los que se unen aquellas personas que terminan estudios superiores. En el caso de Ciencias Sociales son más propensas a entrar a la industria de la Salud y la Educación que otras ramas.

Mientras que aquellas personas que se gradúan de estudios en mercadeo, negocios y administración son más propensos a laborar en la industria de las finanzas y el servicio profesional.

Los egresados de programas de periodismo, comunicación y otras áreas relacionadas, tienden a lograr trabajo en el sector de la informática.

En la nación estadounidense, la discusión sobre la educación postsecundaria ha sido un elemento clave abordado por varios de los precandidatos demócratas a la Presidencia, particularmente por la inmensa deuda de prestamos estudiantiles y su efecto en los problemas financieros a nivel individual y colectivo.

Pese a que por años la figura de un universitario fue vista como la de un joven que duerme poco, ya sea por irse de fiesta o estudiar, una investigación de educación postsecundaria de un grupo de expertos en Carolina del Norte reveló otro escenario. El estudiante universitario de hoy es decididamente no tradicional, y lo ha sido por un tiempo.

Los expertos sostuvieron que los universitarios de hoy son financieramente independientes de sus padres, tienen un hijo u otro dependiente, asisten a la escuela a tiempo parcial y están empleados a tiempo completo. Sobre los particulares se indica que uno de cada cuatro estudiantes universitarios cuida a un niño, cuyo trabajo implica mantenerlos.

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