FEMA aprendió de la 'bola curva' que le tiró María
Pese a las innumerables quejas por la respuesta parsimoniosa al huracán María y las múltiples investigaciones en su contra suscritas por senadores del Congreso de los Estados Unidos, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en ingles) no considera un fracaso su misión en Puerto Rico.
Al contrario, la agencia se siente satisfecha por su desempeño en la Isla y adjudicó sus fallas al constante cambio y la necesidad de adaptación que requiere una respuesta de emergencia en sí misma.
Por eso, el coordinador Federal de FEMA, Mike Byrne, rechazó la noción de que la agencia no estuviera preparada para atender la destrucción dejada por María, una que provocó el colapso de la infraestructura de energía electrica y dejó a más de 250,000 con daños sustanciales en sus hogares.
'Nosotros planificamos para lo que creemos es lo más probable que pase. Nosotros tomamos decisiones de riesgo prudentes por la causa envuelta y todo el esfuerzo envuelto, pero a la misma vez tenemos que ser ágiles porque la Madre Naturaleza y nuestro ambiente nos puede tirar bolas curvas a las que nos tenemos que adaptar y todos nuestros ciudadanos deben responsabilizarse por su preparación personal', señaló Byrne en conferencia de prensa en el Centro de Distribución 'DC Caribbean' de FEMA, en Caguas.
Tal como se desprende de los reclamos ciudadanos, informes de progreso y partes de prensa, FEMA no estaba preparada para la magnitud del desastre, pues no contaban con el material suficiente en la Isla para resolver los problemas.
Como si fuera poco, el Congreso de los Estados Unidos le puso el ojo a las operaciones de FEMA debido a problemas de fraude e incompetencia entre las compañías contratadas para suplir comidas y toldos.
Incluso, 15 días despues del huracán, FEMA solamente había colocado 8,380 toldos del estimado de 250,000 casas que perdieron sus techos.
Byrne, a quien NotiCel abordó sobre las lecciones aprendidas a raíz del descalabro de la misión, se resguardó en que FEMA respondió de la manera más rápida a un evento atmosferico sin precedentes como lo fue María, en una Isla cuyas necesidades de la ciudadanía se expandían a cada recoveco de sus 100 x 35.
Sin embargo, han tomado 'acciones deliberadas para remediar cada una de las lecciones que debieron ser aprendidas', apuntó el Coordinador, quien se encontraba junto al secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP), Hector Pesquera.
En eso, Pesquera intervino para subrayar que la atención a Puerto Rico se retrasó por las características que la distancian de lo que sería una misión en los Estados Unidos. Por esto entiendase que se trata de una isla, en donde todo se recibe por aire o por agua y el punto federal más cercano se encuentra a varias horas de distancia por esos medios de transporte.
'Nosotros no podemos planificar para todas las eventualidades, hasta el sector privado sufrió. El desempate aquí fue que esto impactó a cada persona en la Isla, lo que incluye al personal que supone responder a la emergencia. Así que, si quisieras responder o no, no podías porque los puentes colapsaron, había siete millones de yardas de escombros y las carreteras estaban llenas de agua', afirmó el Secretario.
'No es que ellos fallaron, es solo que el evento en sí era tan grande y tan inmenso, que nosotros aprendemos. Ahora nos preparamos, en vez de un almacen, tenemos cuatro', añadió, en referencia a que antes del huracán María, FEMA contaba con un solo almacen de distribución en que se mantenían los suministros, como cajas de agua --o paletas--, la comida y el material para bebes, entre otros.
Ahora, previo al inicio de la nueva temporada de huracanes el viernes, 1 de junio, FEMA opera cuatro almacenes, número que vislumbran continuará en aumento.
En el Centro de Distribución en Caguas planifican tener comida para 600,000 personas y tres días. En el recorrido de las instalaciones, la prensa pudo constatar la existencia de múltiples cajas de agua y comida con marcadores que indicaban la fecha de expiración de los productos --algunos de ellos a cumplirse en el año en curso--, así como toldos para 8,000 viviendas, catres, sillas, y pañales, entre otros.
Los demás centros disponibles se encuentran en Ponce, Mayagüez y Ceiba.
'No era que no había el material, pero ahora hay siete veces de lo que había antes. Ahora nosotros tenemos 100 por ciento de lo que teníamos. Tenemos los almacenes, tenemos 80 mil pies cuadrados y ellos tienen ciento y pico de miles. Nosotros aprendemos a preposicionar los recursos, que no se había hecho. Esas son las lecciones que se aprenden', aseguró Pesquera.
Sumado a eso, un grupo de trabajo se albergará en Jacksonville, Florida, para acortar el tiempo que tomaría trasladarse desde los Estados Unidos hasta Puerto Rico de siete días a cuatro.
Igualmente, antes del paso del huracán, FEMA destacó nada más que 80 personas para laborar en la emergencia, pero ahora, según Pesquera, son 3,000.
No obstante, gran parte del exito de la respuesta de emergencia dependerá de la preparación ciudadana, pues ambos funcionarios reiteraron la postura de que los habitantes de Puerto Rico deberán almacenar suministros suficientes para abastecerse por al menos diez días.
Ese es el tiempo estimado en que las agencias encargadas de la respuesta de emergencia tardarán en acudir al llamado de auxilio, basado en las lecciones aprendidas del huracán María el 20 septiembre.
'Mientras más preparados esten los ciudadanos, mejor estaremos nosotros. La preparación empieza por uno mismo, la familia, los vecinos, la calle, el bloque, el barrio, el municipio, la ciudad y el Estado. De abajo para arriba. No esperen que el Gobierno sea el primero en llegar el primer día y que provea todo. No. Estamos pidiendo diez días por ustedes mismos y que aseguren que puedan sustentar a su familia', declaró Pesquera.
El viernes, justo cuando comienza la temporada de huracanes 2018, Pesquera y Byrne sostendrán una reunión con los 78 alcaldes de la Isla para cuadrar los planes basado en cada necesidad particular de los ayuntamientos y compaginarlos con los de las agencias y el Estado.
Al ser cuestionado sobre la fecha, ya que es el primer día de la nueva temporada de huracanes, Pesquera observó que, en el caso de Puerto Rico, 'estadísticamente' la temporada comienza entre agosto y septiembre.