Gobierno de Puerto Rico botó el agua en Guajataca al filo de la sequía
'Hace tres días que aquí no habido ni gota de agua'. A sus 75 años, Cruz Perez Cabrera y su esposo Paulino Vega Román, de 83, sobreviven a diario a las consecuencias del racionamiento de agua en el barrio Charcas de Quebradillas.
Aunque la pareja vive a siete millas del embalse de Guajataca, uno de los más grandes de Puerto Rico, hace dos meses tiene que almacenar agua en pailas de pintura sin tapa y galones de plástico para suplir todas sus necesidades diarias.
'Es bien difícil estar cargando agua. No aguanto ya los brazos', agregó la anciana mientras se apretaba el hombro derecho.
Las vicisitudes que sufre la pareja junto a más de 200,000 personas que se suplen del embalse de Guajataca en el noroeste de Puerto Rico -- impactadas por un racionamiento de agua hace dos meses -- fueron inducidas por el gobierno, encontró una investigación del Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
En noviembre de 2018, dos meses antes de que las autoridades anunciaran el racionamiento, el hidrólogo Ferdinand Quiñones, experto contratado por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) para evaluar el estado de los embalses tras el paso del huracán María en 2017, advirtió que la Autoridad de Energía Electrica (AEE) -- que administra Guajataca-- debía disminuir la cantidad de agua que descarga al río debido a la baja en lluvia que se empezó a notar a finales del 2018. En la comunicación estaba copiado el Cuerpo de Ingenieros, que realiza reparaciones en el embalse tras el huracán María.
Sin embargo, la AEE ignoró la advertencia y siguió botando casi el doble de agua de lo recomendado por Quiñones y la AAA. La situación duró hasta el 7 de febrero cuando la AEE cerró la pluma, pero ya era muy tarde. El 22 de febrero, a penas dos días antes de que comenzara el racionamiento, el flujo del descargue finalmente llegó a los 33 pies cúbicos recomendados originalmente por el experto.
El director ejecutivo de la AEE, Jose Ortiz, dijo desconocer sobre la alerta de Quiñones y evadió contestar otras preguntas del CPI sobre la denuncia.
Sin embargo, el CPI confirmó con personas cercanas a la operación de la AAA, que pidieron anonimato porque no están autorizados a hacer expresiones públicas, que no fue hasta febrero que el gobernador Ricardo Rosselló ordenó detener el descargue despues de que el director ejecutivo de la AAA, Elí Díaz, llevara a su atención el reclamo. Rosselló no concedió una entrevista sobre el tema, a pesar de que fue solicitada desde noviembre de 2018. Tampoco respondió preguntas del CPI que fueron enviadas vía correo electrónico. El CPI solicitó a la AAA copia de todos los intercambios de comunicaciones con la AEE sobre el asunto y los documentos no fueron provistos.
Ortiz negó que haya recibido alguna directriz del gobernador y se amparó en que el control de Guajataca lo lleva el Cuerpo de Ingenieros desde 2017.
Quiñones denunció que la falta de liderato con Guajataca llevó a que se indujera a un racionamiento de agua en la zona debido a 'la negligencia del Cuerpo de Ingenieros y la AEE'.
'Yo dije [al Cuerpo de Ingenieros] que ese escape no se podía sostener. Ahora tienen que hacer racionamientos por el descontrol en el embalse', expresó el hidrólogo.
Felix Aponte Ortiz, planificador e integrante de la Junta de Gobierno de la AAA, coincidió en que el gobierno tardó en tomar acción.
'Yo lo empece a ver con preocupación en enero. Le pregunte a la vicepresidenta de operaciones de la AAA [Doriel Pagán], pues veía la merma en Guajataca. Le dije que veía que estaba lloviendo poco y que el lago en algún momento iba a tener que tomar medidas extraordinarias', precisó.
La dinámica, que ha dejado por el momento a siete municipios sin servicio constante de agua potable, es solo lo más reciente en un patrón de dejadez, falta de previsión e inacción de parte del Gobierno de Puerto Rico ante el patrón de sequía que el cambio climático cierne sobre el Caribe, encontró el CPI.
A pesar de que Puerto Rico sufrió el impacto de huracán María en 2017, que ocasionó que los ríos arrastraran sedimentos a los embalses, casi dos años despues la AAA aún no realiza los estudios correspondientes -- denominados batimetrías -- para saber cómo se impactaron las represas. De hecho, según el estudioso de ecosistemas acuáticos Jose Ortiz Zayas, hace 15 años el gobierno no hace batimetrías a todos los embalses, por lo que se desconoce la capacidad real de estas reservas.
La AAA maneja el impacto del huracán en los embalses a partir de una proyección matemática realizada por Quiñones en el que estimó la cantidad de sedimentos que pudieron haber arrastrado los ríos a partir de la lluvia que trajo el huracán y los deslizamientos que estas provocaron.
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