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SAN JUAN WEATHER
Huracanes

Prometió ayudar a su familia de crianza y cumplió

Reencuentro familiar luego de María

'Les dije que no me iba a olvidar de ustedes', exclamó entre lágrimas, y lo reiteró con un extenso abrazo, de esos que compensan una prolongada ausencia. El apretón comenzó con dos personas, luego tres, despues cuatro. En ese momento el barrio Barrancas, sector La Gallera, volvió a conocer la esperanza.

Se trata de Xiomara Carrasquillo, a quien el azote del huracán María en Puerto Rico le imposibilitó visitar a su familia de crianza en Barranquitas. Puesto de otra forma, 16 horas de vientos y lluvias sostenidas del fenómeno atmosferico categoría 5--uno que provocó deslizamientos de tierra, derrumbes e inundaciones-- separaron a un clan por más de 17 días.

'Desde que venía por el camino, venía con un sentimiento porque ver tu pueblo, a tu gente y por lo que están pasando es fuerte. Cuando los vi, me dio una alegría inmensa. Todavía se me forma un taco. Bueno saber que están bien y que los pude ayudar', aseguró Carrasquillo, quien labora en un banco del área metropolitana.

La llegada al pueblo de Barranquitas, al igual que el estado de otros municipios de la Isla, se dificultó por la falta de acceso en las vías públicas, por lo que el encuentro entre familiares no sucedió antes.

En esos días de escasa comunicación telefónica, Carrasquillo avistó una publicación en las redes sociales sobre las necesidades del pueblo y, a traves de las fotografías compartidas, identificó las casas en las que tanto había estado de pequeña. Luego, se comunicó con su familia de sangre en Naranjito, quienes le informaron que el camino hacia Barranquitas estaba más despejado.

Carrasquillo entonces hizo un llamado por medio de su perfil para recibir donaciones. Del Departamento de Salud recibió cereales y comida, mientras que de otros individuos obtuvo cajas de agua embotellada y, NotiCel, por ejemplo, tambien hizo una entrega de leche, galletas, meriendas y suministros para el cuidado personal.

Las casas de sus seres queridos sobrevivieron al huracán, aunque con dificultad. En la vivienda de su madre de crianza, por ejemplo, el viento se llevó el techo de la terraza y socavó parte de la base. 'Los troncos aguantaron, esas raíces nos aguantaron. Si no hubiera sido por los palos, nos caíamos con todo', contó. En una casa vecina, la lluvia bajaba por los receptáculos del hogar.

En el barrio habitan alrededor de 50 personas, casi en su totalidad ciudadanos de mayor edad y niños que asocian los huracanes con menos tiempo de juego en sus patios o balcones.

Como los residentes del sector La Gallera en Barranquitas hay manifestaciones similares alrededor de Puerto Rico, casos en los que familias continúan incomunicadas, con daños significativos en sus hogares y carencia de agua, comida o calor humano.

'Esta es familia lejana, pero no importa. Porque sea lejana, uno no se tiene que olvidar. Yo los quiero como si fueran mis papás y mis primos', exclamó Carrasquillo.

Habitantes de municipios del área montañosa del país aún sufren por la escasez de suministros, como una familia en Barranquitas. (Nahira Montcourt / NotiCel)

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