Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
La Calle

Qué pasó hoy?

Martes, 1 de noviembre de 2011 - Nace Víctor Pellot.

Un día como hoy, hace 84 años, nació en la ciudad de Arecibo un boricua que hubiera tenido todas las excusas disponibles para haber fracasado en la vida. No obstante, se convirtió en una de las mejores primeras bases de béisbol que Puerto Rico haya visto nacer: Víctor Pellot. Contra viento y marea, y frente al agobio, pesimismo y desdén, Víctor Pellot fraguó un legado de milagrosa esperanza que se mantiene inmortal hasta el presente.

Pellot, conocido en Norte América como, Vic Power, luego de ser rebautizado mientras jugaba en Quebec, Canadá, en su camino hacia las Grandes Ligas, fue una verdadera fábrica de milagros y de cambio social, no sólo por sus habilidades beisbolísticas, sino también por cómo enfrentó los obstáculos con los que tuvo que lidiar y bregar por el discrimen racial que pretendió batirlo a lo largo de su niñez y su larga carrera como pelotero y dirigente de béisbol.

Su padre le había prohibido jugar pelota y se cuenta que no llegó a jugar con más regularidad hasta que su progenitor falleció cuando Víctor tenía 13 años de edad. A pesar de su entrada tardía al juego, tres años más tarde Pellot fue firmado por los Criollos-Brujos de Caguas-Guayama, en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico. Allí comenzó una trayectoria que habría de transformar el beísbol como lo conocimos. Entre su inmensa lista de hazañas, Pellot Power fue el segundo puertorriqueño negro en jugar en las Grandes Ligas, y el primer boricua en romper la barrera racial que enfrentaron las personas de raza negra en la Liga Americana, fueran latinoamericanos o no. Dentro del diamente, 'Vic Power', se dio a conocer como audaz y arriesgado en su juego. Varios recuerdan aún con gran emoción y nerviosismo la manera en que este primera base tomaba la pelota. 'Con una mano por detrás de la espalda!' recuerda verlo una entonces niña, fanática de los Criollos de Caguas, Ana Matanzo Vicéns. Para aquella época, esto le supuso a Pellot grandes críticas por parte de la prensa, de sus compañeros y algunos fanáticos que conservaban una visión ortodoxa del juego. No obstante, más adelante, el estilo de Pellot empezó a ser imitado por otros primeras bases al darse cuenta que coger la bola con una sola mano les brindaba mayor flexiblidad en el juego. De hecho, hoy por hoy, ésa es la norma en el juego de la primera base a través del mundo.

Según recuerda su hermana y sus compañeros, Pellot enfrentó las vicisitudes de la vida con un sentido del humor y una chispa impresionante. Esta manera de trascender las situaciones difíciles de la vida lo llevaron a ser considerado por muchos como un genio de la irreverencia que hacía de las suyas en todo momento frente a los que pretendían encajonarlo o limitarlo por prejuicios u otras barreras al trato justo y equitativo.

Una anécdota interesante que narró uno de los más reconocidos historiadores de Estados Unidos, Howard Zinn, rememora cómo Víctor Pellot enfrentó las dentenciones de la Policía y la usual exigencia de que abandonara los establecimientos 'para blancos solamente' por el prejuicio institucionalizado que prevaleció en gran parte de los Estados Unidos. Mientras jugaba en una región del sur de dicho país, Víctor entró a un restaurante a conseguir algo de comer. Cuenta Howard Zinn que al ver a Pellot, la mesera le dijo:

'We dont serve Negroes.' (No servimos negros.)

Ni corto ni perezoso, Víctor Power Pellot respondió:

'Thats okay, I dont eat Negroes. I want rice and beans.' (Está bien, no como negros. Quiero arroz y habichuelas.)

En más de una manera, Víctor Power Pellot, un hombre de más educación formal que la mayoría de sus compañeros jamás hubieran imaginado, sobrevivió la vida más bien gracias a su inmensa cantera de inteligencia emocional y genio para sobrepasar lo pequeño y olvidable para que, en su lugar, pudiera florecer el milagro de una sociedad transformada. Hasta el día de hoy, en la prensa de lugares tan lejanos como Syracuse, New York, y Sean Kirst recuerda a 'Vic Power' en el periódico Post-Standard ('Vic Power, hope and baseball in the city'), como el gestor del gran entusiasmo y amor con que la juventud de esa ciudad vive el béisbol y se desvive por jugarlo con la pasión que siempre mostró Pellot.

Hoy, en el día en que Víctor Power Pellot hubiera cumplido 84 años, tenemos presente su legado y su gesta milagrosa en y fuera del diamante.

Para más información histórica, sigue a Hans Perl Matanzo y a Ana Gabriela González Oliva en Rico Puerto Rico.