Pasado el mediodía del lunes 6 de agosto de 2012, la tensión arropaba a Puerto Rico y no era para menos; uno de sus nuevos héroes deportivos estaba pautado para ?correr por un país? y tratar de colgarse un histórico oro sobre su cuello con sello ponceño.

La presea dorada ya se saboreaba y brillaba ante los ojos hambrientos de toda una nación caribeña que miraba al vallista boricua Javier Culson.

El desenlace se daba por sentado, y aunque casi toda la afición de Borinquen seguía pensando en la amenaza del bocón británico David Greene, en la diáspora quisqueyana de San Juan, aún confiaban en un zorro viejo de nombre Félix Sánchez.

Aturdido por tanta promoción de un banco nacional y la presión inmensa que yacía sobre Culson, mi raciocinio se nubló y terminé en esa seudo-plaza 'pública' localizada en la Avenida Roosevelt de Hato Rey y que muchos llaman 'El Centro de Todo'. Inmediatamente identifiqué al fotoperiodista de NotiCel entre el bullicio de gente que se aglomeró alrededor de un quiosco de un proveedor de televisión por satélite que presentaba la transmisión de 'Puerto Rico TV' en las veteranas voces deportivas de Elliott Castro y Raúl Cintrón.

'Qué mucho hablan esos tipos', gritó una señora ansiosa porque comenzara la carrera de Culson.

De repente, se escucha una gritería y el mar de gente aplaude. Pero no era para Culson, sino para el honorable boxeador Félix Verdejo, quien se enfrentaba a un ucraniano de apellido Lomachenko de quien dicen que es el mejor del mundo.

'Ahh, pero esa no es la carrera de Culson', dijo otra señora loca por que comenzara la carrera de los 400 metros con vallas para ver a su compatriota o tal vez para continuar haciendo 'window shopping'.

Así las cosas, el rostro de Elliott se reduce en la pantalla y aparece el estadio olímpico.

Plaza se quería caer!

De repente, presentan a Culson y el todo el mundo comenzó a vitorear su apellido como si se tratara de un festival en una plaza pública (Sí, ese es el tipo de ilusionismo que se crea en Plaza las Américas.).

Comienza la carrera! Pero… yo no la podía ver. El mar de gente era inmenso.

Escucho a la gente gritando de la emoción y a mi lado había un señor que decía 'olvídate de eso que Félix Sánchez va a ganar'.

La emoción inicial se iba disipando. Aunque no podía ver nada, me olía que el boricua estaba en problemas.

'Ganó Félix Sánchez!', gritó un señor contento entre un mar de gente decepcionada porque no se cumplió la profecía de aquel banco y la portada de periódico que leía 3:45 p.m. (Espero que no publiquen mañana que ahora Dios no es boricua.).

Culson obtuvo un honroso bronce.

Procedí a platicar con el hombre de nacionalidad dominicana que aplaudió a Sánchez minutos antes.

'Es un atleta que vino de varias lesiones y hoy se reivindicó. La comunidad dominicana en el mundo tiene que sentirse orgullosa por ese representante que tenemos llamado Félix Sánchez. La Placita Barceló en Barrio Obrero, yo estoy seguro que está lleno de dominicanos celebrando ese merecido triunfo que hemos obtenido con sacrificio y orgullo patrio', dijo el contentísimo dominicano en Plaza, quien se identificó como Julio Sepúlveda y dijo que lleva 14 años como residente de Puerto Rico.

El tumulto se disipaba lentamente en Plaza y la gente regresaba al placer consumista con dosis de Victoria's Secret luego de unos minutos de nacionalismo al estilo de Mrs. Universo.

'A dónde vamos ahora?', me preguntaba el insigne fotoperiodista Josian.

'Podemos ir a Barrio Obrero donde hay buena concentración de dominicanos. Allí podemos estacionarnos en la placita Barceló', opinó.

'Me parece bien, pero voy a echar gasolina primero que mi tanque está en rojo. Te veo allí', yo le contesté.

Decidí partir. Nadie tocaba bocina. Hubiese sido bueno ese tumulto, después de todo, es la primera medalla olímpica boricua fuera del deporte del toma y dame.

Por alguna razón, terminé en una estación en la Avenida Ponce De León, la misma en que la legisladora popular y candidata a alcaldesa capitalina Carmen Yulín Cruz había sido 'fotografiada' por un fan enamorado psicopáticamente.

Me bajo a echar gasolina y me dolió ver que había aumentado de precio nuevamente.

Procedí a montarme en el carro que sustituyó al que me robaron hace dos meses cerca del Choliseo José Miguel Agrelot, pero mi ritual fue interrumpido por un hombre dominicano que se dirigió a una empleada de la estación diciendo 'hoy dame gasolina gratis porque ganamos oro'.

El jocoso comentario del hombre fue un buen presagio para lo que me auguraba en Barrio Obrero, Santurce. Allí la tarde transcurría con normalidad, pero la alegría era evidente.

En el trayecto prendí el radio y escuchaba al colega Julio Rivera Saniel de Radio Isla 1320 atendiendo llamadas del público. Me reí cuando un dominicano llamó para decir que le iba a Culson porque Sánchez disque era 'un gringo'. Pensé que nuestros hermanos caribeños se parecen a los boricuas más de lo que pensamos.

Finalmente, llegué a Barrio Obrero!

Procedí a entrar a un negocio del cual no recuerdo un nombre, pero que tenía una gran fiesta con la música del merenguero Sergio Vargas y las botellas verdes de cerveza para acompañar el ambiente a todo dar.

Allí me topé con José Rafael Ramírez, quien vio la carrera y admitió que su emoción era doble porque cuando vivía en su amada República corría la carrera de 400 metros con vallas en representación del Liceo Ramón Emilio Jiménez en Santo Domingo.

'Aquí en Puerto Rico, ésta era la carrera más esperada. Mi deseo es que las medallas se quedaran entre latinos y qué bueno que Sánchez y Culson se subieron al podio con sus medallas. Fue una gran emoción para mí y te digo que Puerto Rico debe de estar de fiesta porque esa medalla de Culson vale por cinco', expresó Ramírez a este medio digital.

La tentación de quedarse celebrando con los dominicanos era muy grande. Sin embargo, había que escribir y dirigirse a los respetados lectores y lectoras de NotiCel.

Por alguna razón, me acordé de Franklin Gómez, quien aunque no ha sido tan reseñado por los medios nacionales puertorriqueños, podría traer la segunda medalla para orgullo de Borinquen. Recordé que Gómez es un dominico-boricua viviendo en Puerto Rico desde que su madre lo trajo a la Isla vía República Dominicana cuando éste tenía cinco años de edad.

Gómez lucirá el uniforme boricua cuando este sábado suba a escena en el deporte de lucha olímpica. De ganar medalla, los boricuas tendrán la oportunidad de ver la monoestrellada izando en Londres nuevamente.

Mientras reflexionaba sobre esa posibilidad, me topo con una simpática joven dominico-boricua nacida en Puerto Rico. Le pregunté sobre la carrera de Sánchez y Culson, y hasta le hablé de Gómez.

Me dijo que sus padres son inmigrantes dominicanos, pero ella se 'sentía dominicana y puertorriqueña también'.

'Me encantó ver a Félix Sánchez ganar, fue un orgullo, pero hubiese estado igualmente alegre si Culson ganaba oro', dijo la joven Christmary Muñoz poco antes de retirarme de la emblemática 'pequeña Quisqueya' en la Plaza Barceló de Santurce.

Me acordé de Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos… Qué gran día!