Padres del Perpetuo Socorro se precipitan a defender director (galería)
Decenas de padres, madres y exalumnos de la Academia Perpetuo Socorro en San Juan marcharon hoy martes frente a la escuela para exigir que se le de un trato justo al principal Jose Leavitt, a quien se le removió de su puesto temporalmente luego de que sostuviera una discusión con una estudiante al ondear una bandera LGBTT, rompiendo las normas institucionales.
Con cartelones impresos y escritos a mano, las voces de protesta se unían al coro cada vez más intenso de 'Leavitt es Perpetuo'. Se detuvieron frente a la entrada principal de la escuela. Allí, parada, con los brazos cruzados y el rostro serio, sobrio, estaba Gabriela Báez Reyes.
La estudiante de 17 años fue suspendida por dos días la semana pasada por ondear la icónica bandera del arcoiris que representa a la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT). El Manual de Estudiantes de la Academia prohíbe utilizar banderas de cualquier naturaleza, de partidos políticos, de países, de asociaciones o ideologías.
Cuando la noticia fue divulgada, algunas personas lo interpretaron como un claro ejemplo de homofobia. Otros lo visualizaron como un caso común de un principal de una escuela poniendo en vigor las normas establecidas y una estudiante incumpliéndolas.
Los padres y estudiantes entrevistados repitieron en varias ocasiones que esto se trataba simplemente de un caso interno de indisciplina, que se ha sacado de proporción, añadiéndole las motas de homofobia.
Todos los padres entrevistados mencionaron una y otra vez que la Academia Perpetuo Socorro se basa en un fuerte compromiso con la libertad de expresión y la tolerancia a ideas divergentes. Se sumaron las frases repetidas de que en Perpetuo Socorro hay padres, niños y profesores abiertamente gays y se les respeta, que el mismo día del incidente se estaba hablando de la diversidad, que no era el foro.
Por el contrario, un día después del incidente, en su perfil en Facebook, Gabriela publicó: 'Supuestamente, fui suspendida por retar la autoridad ya que aparentemente rompí las normas y doctrinas de la institución. Sin embargo, creo que esta suspensión subyace el problema mayor... la homofobia, la desigualdad y el discrimen... Cómo es posible que nos rechacen y nos humillen de esta forma, en especial a los estudiantes que se identifican como LGBTQIA?'
Gabriela estuvo unos largos minutos mirando el coro de protesta que se iba intensificando. Muchos rostros enfurecidos, muchos gritos graves y agudos, iban agigantándose frente a la joven. Gabriela se coló por el hueco de la puerta y no salió más. Luego una fuente dijo a NotiCel que ya se había ido y que estaba muy afectada.
'Quería sus cinco minutos de gloria antes de graduarse', dijo Mari Carmen Bosch. 'Protagonismo. Una lucha no se gana solo', comentó Ichy Pedreira. 'Quiso hacer un ‘statement', pero lo hizo por encima de la norma', añadió Antonio Bauzá. 'Fue un abierto desafío a la autoridad. Tiene que haber disciplina. Por eso Puerto Rico está como está, porque todo el mundo hace lo que le da la gana', agregó Bosch.
Por su parte, la abogada de derechos civiles Leticia Acevedo, dijo con voz pausada que ella entiende a la estudiante, que a su edad y si ha recibido algún tipo de rechazo en su vida, debe tener la necesidad de expresarse, pero la también madre de la Academia entiende que la alumna escogió el foro equivocado.
La presidenta del Consejo de Estudiantes de la clase graduanda, Lilliana Colón, quien estuvo en el lugar de los hechos, explicó a NotiCel lo ocurrido el pasado 29 de abril.
En la tradicional celebración de la clase senior en la que se reúnen para el conteo regresivo de los días que quedan para graduarse, un estudiante solicitó colocar la icónica bandera del arcoiris LGBTT para tapar el número correspondiente. La administración indicó que estaba prohibido colocar banderas, pero que podía dibujarla y escribir la palabra diversidad. Sin embargo, a la hora del almuerzo, Báez ondeó la bandera frente a todos. Según una carta que escribieron estudiantes de undécimo y duodécimo grado, en que se califica el acto como 'desafiante', la discusión entre el principal y la estudiante fue 'intensa y pública'.
'Ambos alzaron la voz y ambos se acaloraron. La estudiante estaba articulando con las manos de forma apasionada, comprotamiento que puede interpretarse como otra falta de respeto a la autoridad... El principal le aguantó las manos para tratar de tranquilizarla, porque estaba muy alterada', lee la carta.
El también miembro de la Directiva de la clase, Roberto Talavera, admitió que de todas formas hubo estudiantes que aplaudieron y apoyaron a Gabriela cuando esta alzó la bandera, aunque señaló que muchos de ellos no sabían las directrices que había recibido la estudiante.
Apartándose de lo ocurrido con la alumna, Bauzá opinó que el reclamo de la manifestación giraba en torno a que se le otorgue un trato justo e imparcial al principal Leavitt. Con el apoyo de otros manifestantes, juntos criticaron la forma en que la prensa manejó el asunto, por limitarse a brindar una sola parte de la historia, y prejuzgar al principal Leavitt sin haber concluido el proceso investigativo.
José Leavitt es el principal de los niveles intermedio y superior de la Academia ubicada en el corazón de Miramar. Ha trabajado durante 40 años como profesor de historia e italiano, y desde el año pasado ejerce en dicho puesto administrativo.
Según la exalumna Ichy Pedreira, quien se graduó en 1990, Leavitt es 'un profesor, administrador, líder y persona intachable, con un gran amor por la educación, que ha dedicado su vida entera a la Academia Perpetuo Socorro'. Agregó que Leavitt nunca había estado involucrado en un conflicto como este.
En la carta citada, también aclararon que Leavitt 'goza del respeto y del amor de toda la comunidad escolar' y calificaron como una injusticia que su reputación 'se vea mancillada por un incidente aislado que salió de proporción'.
Cerca de las 2:30 de la tarde, la masa de niños comenzó a filtrarse hacia afuera por las estrechas puertas. Algunos miraban con ojos grandes la marcha y abrían la boca. 'Ese es mi papá?', gritó uno de ellos, seguido por la risa cómplice de sus compañeros. Una niña abrió los ojos muy grandes, y abrió la boca para luego cerrarla con el ceño fruncido.
Los niños salían, todavía hablando de juegos y lugares, mientras el coro los seguía desde la calle. Una joven caminaba con los oídos tapados en gesto atormentado. Un grupito se reía por lo bajo. Otros coreaban junto a los padres, y alzaban los brazos en señal de apoyo. Incluso, un grupo de muchachos se unió a las filas de protesta y gritaron 'Leavitt es Perpetuo'. Un joven los miró, viró el rostro, y dijo 'Lol' (laughing out loud).
Para los manifestantes entrevistados, lo que toca es llevar a cabo un proceso de investigación dentro de la escuela, pero con un comité imparcial que puede contar con apoyo externo. Luego de la deliberación, se podrá juzgar o no a Leavitt.
NotiCel intentó comunicarse con los administradores correspondientes, pero al momento, no estarán ofreciendo declaraciones. A su vez, intentamos conversar con la estudiante Gabriela Báez, pero aún no hemos recibido respuesta.