Justicia federal pide conservar datos de la NSA más de cinco años
El Departamento de Justicia de EEUU ha solicitado la aprobación de una corte especial de Inteligencia para conservar los registros telefónicos recopilados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) durante más de cinco años de manera que puedan servir de prueba en las demandas contra la agencia.
Hasta ahora la NSA tiene permitido hacer acopio de estos datos (que no incluyen el contenido de las llamadas pero sí las horas y números) para investigar a sospechosos de terrorismo pero con la condición de que los destruya al cabo de cinco años, un plazo que el Departamento de Justicia quiere ampliar, según un documento al que han tenido acceso varios medios estadounidenses.
Esta sería una consecuencia paradójica de las demandas interpuestas por diversas organizaciones contra la NSA después de que el exanalista de la agencia Edward Snowden revelara el año pasado el polémico programa de espionaje.
El Departamento de Justicia argumenta que se deben conservar los datos telefónicos recopilados por la NSA durante más tiempo precisamente para que sirvan como prueba a la hora de resolver en los tribunales las demandas presentadas contra la agencia.
Lo que propone el Departamento es que los datos no se eliminen pero que se establezca un mecanismo para que los analistas de la NSA no puedan acceder a ellos para sus investigaciones una vez transcurridos cinco años.
Precisamente ayer trascendió que el presidente de EEUU, Barack Obama, estudia las cuatro alternativas que le han presentado el Departamento de Justicia y los responsables de Inteligencia para que la Agencia de Seguridad Nacional deje de custodiar millones de datos telefónicos y en su lugar lo hagan otras agencias o entidades.
Las opciones que están sobre la mesa de Obama son que estos metadatos telefónicos (datos de la llamada, pero no del contenido) pasen a estar bajo el control de las operadoras de telecomunicaciones privadas, de otra agencia federal como el FBI, o de una entidad ajena al Gobierno y a las compañías telefónicas, según informaron fuentes oficiales al 'Wall Street Journal'.
La cuarta alternativa, a falta de que cualquiera de las anteriores alcance el consenso total como parece ser el caso hasta el momento, sería poner fin a la recopilación de datos telefónicos de los estadounidenses y buscar un método alternativo para investigar a sospechosos de terrorismo y garantizar la seguridad nacional.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos comenzó a recopilar metadatos telefónicos, especialmente de operadores de líneas fijas, una práctica que reveló Snowden, refugiado en Rusia tras destapar el año pasado el escándalo del espionaje por parte de esta agencia.