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SAN JUAN WEATHER
Opiniones

El atraco de hoy

Columna del abogado y exlegislador Víctor García San Inocencio

El licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Archivo/Juan R. Costa

A las 8:50 de la mañana del viernes 29 de abril, surcaba la bahía de San Juan el navío a vela Juan Sebastián el Cano. Sobre la Puerta de San Juan más allá de la muralla, entre las hojas de flamboyán y las palmeras podía divisarse remolcado yendo lentamente hacia los muelles. Sus cuatro velas gigantes la Blanca, la Almansa, la Asturias y la Nautilus no estaban recogidas. Del otro lado de la bahía, acaso columpiándose entre la impunidad que puede dar la cooperación del delincuente o la discreción judicial que puede enviarlo a prisión, estaría acaso, otro, al que apodan El Cano.

Cataño, hasta la renuncia del alcalde Delgado, ha sido el municipio con la administración más naufragada del país, donde se ha entronizado por décadas la corrupción y el derroche del dinero público para satisfacer apetitos banales y para servir de contratadera y alcancía partidista a la de-formación política que preside el residente provisional del castillo del lado norte, el señor Pierluisi, a quienes algunos ya apodan Pier-luma.

Hay personajes que se meten a navegar en aguas profundas sin saber, o a sabiendas de cómo agilizarle las cosas a los panas, a parientes sanguíneos y no-sanguíneos, al apparatchik, al grupo de aportadores de campaña, y al enjambre de sanguijuelas que privatiza lo público o lo pervierte, poniéndolo al servicio de saqueadores con licencia.

Estos últimos, saben remar siempre a favor de la corriente, pues el derecho, muchas veces reptilíneo, legaliza lo ilegitimable. Prueba fehaciente ésta, de que hay conducta corrupta que puede ser legal o que será legalizada siempre que medie la unción y el combustible monetario o influencista político suficiente.

Por otros mares y mareas discurren las embarcaciones y anclajes de in-narcos y de narcos que invaden reservas naturales. Casi siempre es la mar la que está de frente igual que burópatas que de tanto cruzarse de brazos, hacerse los ciegos y mirar para el otro lado semejan momias contrahechas, o a los proverbiales tres monitos cada uno de los cuales, ni ve, ni oye, ni habla. Necesitan leyes defectuosas ambiguas con delegaciones de discreción hiperbólica, hechas a la medida de los malhechores, o la implantación acomodada a su servicio. Todo ello sumado al pase misín de la papa caliente a la agencia de gobierno vecina, resulta en un mamarracho diabólico.

Es en esos laberintos donde necios, tontos y delincuentes se confunden en un abrazo para destrozar la naturaleza, privatizarla, apropiársela y engañarnos a todos. Su lema sigue siendo "Cojemos de p...... hasta a los de nosotros mismos" como decía el exgobernador fugitivo.

Todo está "aceitado" en estas narco costas donde flotan o llueven los embalajes de la no tan subterránea economía, donde el crimen RICO-organizado bulle, mientras se atrapa sólo a los más afrentados y torpes. Combustibles todos ellos, sus acciones y omisiones de titulares de consumo morbo que tienen tan incestuada su quema que hasta se autoriza por un ente público en el 2019 ---en la Autoridad de Transporte Marítimo, sin contrato, sin permiso de OGP, botando a quien se niega a expedir el cheque y falsificándole la firma electrónica como informa la Oficina del Contralor esta semana--- en uno de los pocos casos en que los perpetradores se sacan la mala Lotto de que los agarren. Recordemos que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que agarren a algún miembro de esta zoología de la mala administración y de la corrupción.

Mientras tecleo estas líneas cosiéndolas con algunas noticias del día, el buque Juan Sebastián El Cano, debe haber atracado ya en el puerto. Cuidado tripulación del navío, que en Puerto Rico atracar es un acto típicamente de complicidad entre el gobierno y la cleptocracia público-privada. No vaya a sucederle a nuestros visitantes del buque escuela que por un claro e improbable accidente alguno vaya a ser arrestado por haber atracado.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).