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Opiniones

De tres, tres: uno, dos, tres, ponchao

Columna de opinión de Víctor García San inocencio.

Víctor García San Inocencio.
Foto: Juan R. Costa

El Partido Nuevo Progresista ( PNP) tuvo el cuatrienio pasado tres gobernadores. La incompetencia de Ricky Roselló, quien huyó del cargo; siguió a una ocupación golpista de otro ---Pedro Pierluisi--- y la tercera, Wanda Vázquez tuvo una administración aparatosa plagada de escándalos mayores. A esta última, quien enfrentó investigaciones y procesos judiciales locales por otros casos en su contra, le llega hoy, 4 de agosto, un arresto de madrugada, esta vez federal.

Los abogados de la exgobernadora quien nunca fue electa, ya habían anticipado hace par de meses que ella sería acusada por el Departamento de Justicia Federal. Anticiparon que la acusarían por tres cargos, e incluso se intimó que sería un caso muy técnico y que lo ganarían. Cada vez que escucho a un abogado decir que un caso será muy técnico, anticipa uno múltiples dolores de cabeza. No es fácil acusar a una gobernadora, pero más difícil es defenderla, especialmente si se trata de un caso que se dilucidará en un foro algo más lejano a posibles influencias insulares.

Más difícil que defender a una exgobernadora, es defenderla además, cuando lo que nunca es defensa, la ignorancia de la ley por tecnicismos, menos puede ser invocada por una acusada que fue fiscal, jefa de fiscales de un distrito, procuradora y Secretaria de Justicia.

Hoy 4 de agosto, marca la ruptura de una alianza no oficial. Esta es la primera vez que los federales acusan a una exprimer mandataria del PNP. A la hora que escribo sólo sabemos la inusual teoría presentada hace dos meses por su defensa. En aquel momento no se conocían quienes serían los coacusados, cuáles serían realmente los delitos imputados y su defensa se aventuró a dar detalles y teorías. Conforme a su versión y otros detalles que afloran, Vázquez a petición de algún banquero foráneo habría botado al Señor Joyner encargado de fiscalizar esas operaciones, y habría aceptado promover aflojar las normas o leyes aplicables, mientras al mismo tiempo mediarían donativos a su campaña primarista o a la gobernación.

Los únicos donativos prohibidos en el sistema inversionista político estadounidense son los que provienen de extranjeros. De ahí, que todo recibo de sumas o donativos en especie, que se rumoró sería la materia donada por parte de un extranjero está vedado por las leyes de Estados Unidos. Si se configurara algún tipo de conspiración para hacerlo, o un intento de esconderlo, o alguna declaración falsa u obstrucción a la investigación, se complicaría el asunto y el caso.

Hay mucho de ironía que un tránsfuga como Ricky Rosselló y un golpista como Pedro Pierluisi, nunca hayan sido denunciados, ni hayan sido acusados por sus tropelías, y que sea, la "no política" metida a la política de súbito, quien haya caído en este proceso judicial. Es correcto que a Vázquez Garced se le presume inocente, que el tiempo dirá, al igual que sobre los acusados de participar en el esquema, que se dice son otros dos, a quienes también se les presume inocentes.

Tampoco sabemos quiénes serán los testigos cooperadores y los alertadores cuyos nombres irán aflorando.

Tres gobernadores tuvo el PNP el cuatrienio pasado y juntos demolieron la institución de la Gobernación que no ha podido iniciar su rehabilitación y reconstrucción porque la ocupa uno de los tres, Pierluisi, el golpista del verano del 2019.

Si en efecto fuese este un caso de influencia indebida, soborno o extorsión, sería más paradójico aún que lo intercambiado supuestamente fuesen beneficios para la campaña de Wanda Vázquez frente a Pierluisi.

Ya escucharemos las declaraciones alisadas y tersas de parte del actual gobernador de "Quien la hace la pague". Pero claramente, Pierluisi no tiene entendimiento de que lo que él, Ricky Roselló y Wanda Vázquez han dinamitado es la credibilidad del PNP y de la Gobernación. Quizás este evento marque el principio del final de las gobernaciones de corretaje e influencismo PNP; o de la corrupción acunada, escondida o enaltecida, y quien sabe si hasta del influencismo político.

Sabremos pronto que es lo comienza.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).