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Opiniones

La oligarquía: el colapso de la colonia y de sus muñecos de trapo

Según García San Inocencio "la corrupción y la incompetencia ha puesto a sudar a los distintos bandos que representan a la oligarquía, a la cual no le importa tampoco la aspiración democrática".

Licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Juan R. Costa

Ganar en las urnas con los dados cargados y las cartas marcadas ha sido siempre fácil para la oligarquía que ha merodeado y se ha beneficiado del “cambia-cambia” electoral del PNP y del PPD que azota al país desde 1968, mientras a la mayoría de los puertorriqueños sólo le ha tocado empobrecerse cada vez más y migrar ante la aceleración y profundización del colapso colonial.

Entre el corretaje ---la gestión financiera y contractual--- y el carretaje --- el acto de cargar en sus generosos puestos a gobernantes “perpetuadores” de la colonia o del status quo, esta oligarquía intermediaria siempre ha favorecido que las cosas no cambien, que el paraíso fiscal para sus ganancias y la de sus socios extranjeros no cese, aunque el precio pagado haya sido, reitero, el empobrecimiento y la migración de dos terceras partes de nuestra población. En realidad, de verdad, estos oligarcas beneficiarios de los mantengos corporativos y contributivos no creen ni en la estadidad ---para la cual se cerró la última plaza en Hawai hace casi tres cuartos de siglo--- ni en el difunto ELA, que dejó de existir por confesión y decreto de las tres ramas constitucionales de Estados Unidos.

El estatus político de Puerto Rico, especialmente hacia donde no puede navegar, junto al dejar las cosas como están, han sido el deseo cumplido de esa oligarquía que ni sufre, ni siente, lo que el resto de los millones de puertorriqueños pasan. Eso sí, esa oligarquía debe esforzarse para que el andamiaje que sirve a sus intereses locales y extranjeros se mantenga en pie y controle entre otras, la opinión de la gente, sus aspiraciones y el peso profundo de un sistema que se derrumba.

Los poderosos intereses económicos de esa oligarquía no son monolíticos. Ahí hay bandos desde siempre. Se ven reflejados en las divisiones que experimenta especialmente desde su fundación a raíz del plebiscito de 1967, el PNP. Que los representantes políticos visibles de esa fractura perpetua sean hoy Pierluisi y Jennifer González y no Luis Ferré y Miguel Angel García Méndez, ejemplifica el tamaño de la devaluación y decadencia de ese movimiento hacia la nada.

En el caso del PPD, ya ni los americanos los quieren. Derruido su modelo económico --si es que lo hubo--- doblemente sepultado ahora por el impuesto mundial a las ganancias que barrerá con los huesitos que quedaban de la autonomía fiscal, el PPD dependía cada vez más del escándalo generado por la corruptela de los gobiernos PNP y del acarreo que los medios de comunicación hacían de barrer sus corruptelas bajo la alfombra. Esto ya no es posible hoy, porque hay nuevos medios electrónicos, y por la abundancia de corruptos a vuelta redonda de ambos partidos que suman cientos en las pasadas ocho administraciones.

La corrupción y la incompetencia ha puesto a sudar a los distintos bandos que representan a la oligarquía, a la cual no le importa tampoco la aspiración democrática, porque ellos son el gobierno, los otros ocupan los cargos aparentando serlo. Así, han importado desde los Estados Unidos los famosos PACś que sólo responden a la voluminosidad del billete y se han traído al país la perversa modalidad del “lawfare”. En Puerto Rico a través de litigios judiciales, quieren conservar lo que no han ganado en las urnas y hasta lo que no quieren perder ----su sistema de privilegios, inmunidades e impunidad--- aunque sea a la cañona. De hecho, los pleitos judiciales refuerzan las leyes amañadas en un sistema judicial que cada vez más parece poner en juego su credibilidad.

Sabemos bien lo que provocó la Ley Electoral aprobada unilateralmente por el PNP cuando estaba ya de salida, la socia de Velutini, ahora acusada, Wanda Vázquez, quien había prometido no firmar, si la misma no era producto del consenso. Sabemos la reacción del PPD, prometiendo en la campaña del 2020, derogarla y hacer , por fin, un ordenamiento electoral justo y equitativo. Sabemos del ataque de amnesia que sufre el PPD desde que juramentaron sus funcionarios electos en enero del 2021, en torno a esa promesa incumplida ---una raya más para el tigre--- y de los riesgos que ello comporta al proceso eleccionario…

Pero… a la oligarquía intermediaria, aún frente a todas las trampas, no le gustó el resultado electoral donde los candidatos a la gobernación del PIP y Movimiento Victoria Ciudadana obtuvieron el 27.8% de los votos. “Cero reforma” le gritaron desde el “dugout” a los “outs vestidos de pelotero” del PPD y del PNP. Parecieron razonar: “¿ Con ante esa anemia con la que sacaron ---el PNP y el PPD--- los peores resultados de la historia, le van a dar vitaminas a los que de seguro van a ganarles? Los oligarcas dirigentes dieron la señal. Así murió la promesa de una nueva ley electoral.

Paralelamente, las intentonas de seguir traqueteando con el ya trasquilado sistema electoral han continuado y se han añadido las impugnaciones electorales vía judicial. El PPD se está especializando en la materia con la ayuda del PNP. Creen que ese colegio electoral lo tienen gano.

La próxima herramienta son ahora las encuestas y su dictadura. Un periódico de papel que se publica también en enredadoras redes, consigue con acertijos estadísticos y malabarismos en las muestras borrar de sus imaginativos resultados, el hecho del 27.8% de votos para la Alianza de hoy entre el PIP y Victoria Ciudadana, cuando todo apunta a una fuga eventual de electores del PNP, principalmente a Proyecto Dignidad, cuando faltan tres meses de guerra civil primarista en ese partido; mientras el PPD no reconoce la diferencia entre sus codos y sus rodillas; mientras el triángulo entre San Juan, Ponce y Mayagüez es ahora para el PPD su triángulo de las Bermudas. Todo ello coronado por una larga lista de alcaldes y legisladores convictos por corrupción, que claro está localmente, ni ellos mismos investigan.

De esta manera, la oligarquía está recargando los dados y haciéndole más marcas a su baraja para tratar de que sus jugadores vuelvan a lo mejor ya fundidos, a ganar las elecciones.

No los culpo, a la oligarquía dirigente y a sus soldaditos electorales. Saben lo que viene. Saben que las elecciones las ganará quien acumule más de un tercio de los votos. Temen a la Alianza del PIP con el Movimiento Victoria Ciudadana, pues recuerdan que de una manera mucho menos organizada, el Pueblo ya dispuso de uno de sus muñecos de trapo, el fugitivo Ricky. Esa oligarquía sabe que demasiado sufrimiento se ha acumulado en toda la sociedad y grupos de edad a causa de la pérdida de derechos, de la inflación rampante, de las privatizaciones, de los aumentos de las tarifas, los peajes, la luz y el agua, y a consecuencia de los abusos de las aseguradoras de salud. La oligarquía conoce que el Pueblo está listo para dictar sentencia y que la violencia que se vive y la que mata es el efecto de los males sociales catapultados por la violencia de la corrupción y de la incompetencia, y por la Quiebra de García Padilla y Pierluisi y la Junta que trajeron al amparo de la impunidad.

Anticipo que a la oligarquía quien no le importa cuál de sus muñecos prevalezca en sus primarias --- Pierluisi-Jennifer, Zaragoza-Ortiz---- pues le da igual, mantendrá sus cañones en lo que puede representar el inicio de un cambio estructural y fundamental en el país a favor de los exprimidos. Sus cañones van a estar puestos en la Alianza PIP- MVC, pues es diversa, inclusiva, atrae a personas de todas las creencias y credo, lleva las de ganar y dejar huella. El olfato de la oligarquía capta que huele a Vieques, a Ricky-renuncia al final del bipartidismo que los ha alcahueteado.

Lloverán los PACś, lloverán encuestas “trabuloqueadas”, y hasta posiblemente neve. El tramo de ocho meses hasta noviembre promete una de las campañas más interesantes de la historia, eso sí, del PNP, ni del PPD no esperen propuestas de contenido. Sólo tienen trucos en su arsenal, estribillos y componendas. Echarán el resto, pues la oligarquía sufre el colapso de la colonia y de sus muñecos de trapo.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).