Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Opiniones

La competencia deportada y la impunidad

"Es fácil entender el sentimiento de impotencia generalizado entre la inmensa mayoría de los puertorriqueños ante los desmanes, favoritismos, injusticias e insensibilidad de las pasadas administraciones", dice el licenciado Víctor García San Inocencio.

Licenciado Víctor García San Inocencio.
Foto: Archivo/NotiCel

La competencia lleva siendo deportada del país durante los pasados veinte años de patético gobierno. Aníbal, Fortuño, Alejandro, Ricky, Wanda, Pierluisi y la trompista Jennifer se han encargado de dilapidar no solo la integridad y las finanzas públicas, sino que han hipotecado la vida de la presente y próxima generación de puertorriqueños.

Es fácil entender el sentimiento de impotencia generalizado entre la inmensa mayoría de los puertorriqueños ante los desmanes, favoritismos, injusticias e insensibilidad de las administraciones de esos seis gobernadores. La corrupción ha recorrido todas las coyunturas del gobierno. El malgasto y la trampa han sido parte de la escenografía y de la trama interpretada por este elenco.

La impotencia ante quienes administran el bipartidismo de la dependencia percola y lacera a toda la sociedad. La gente sufre acosada por las contribuciones y por sistemas tarifarios que también son tributos para sostener, no sólo las ínfulas, parentelas y las maquinarias partidarias incrustadas en toda la estructura del gobierno, sino la enorme carga de favoritismos, francachelas y contrataderas, mientras la gente sufre, a veces en silencio, otras, expresándose como pueden los estragos del inversionismo político y de la ceguera.

Muchas veces la cultura y sus artistas acuden contribuyen al desahogo de la gente. La protesta se convierte en instrumento. Agotada la paciencia pueden ocurrir excesos colectivos e individuales.

Son muchos quienes han perdido la paciencia.

Los estadistas que se han convencido que no hay forma de que “los americanos” consideren la estadidad para Puerto Rico, menos de que la den y mucho menos de que llegue sintiéndose abandonados por Estados Unidos y por los líderes locales del PNP.

Los electores que han votado por el PNP frustrados de que se les manipule y prometa una estadidad imposible, mientras zozobra ese sueño y se utiliza el control del gobierno para favorecer a una claque de privilegiados, mientras se asfixia al resto de la gente.

Las familias que ven desgajarse a su núcleo y dejar al país, muchos para no volver por la falta de oportunidades y el retroceso económico y social que se vive.

Los pensionados quienes ven encogerse cada vez más su capacidad adquisitiva y que apenas pueden pagar los costos inflados de la electricidad, el agua, otros servicios y sus medicamentos.

Los jóvenes a quienes encontrando trabajo se les condena a un salario mínimo que no dará para buscar su propio techo, ni levantar una familia, ni desarrollarse plenamente.

Todas las víctimas de delitos, para quienes el gobierno arrastra los pies y actúa torpemente, tornando el aparato de justicia inútil.

Sabe la gente que aparte de la implacable naturaleza con huracanes y temblores de tierra, el verdadero desastre colonial se ha agravado por la incompetencia y la deshonestidad rampantes.

No hacía falta Trump con la masacre que se acerca para conducirnos a la ruina a la que el partido de la dependencia PNP-PPD nos ha llevado. Tampoco fue la naturaleza. Fue el cúmulo de males salidos de esa Caja de Pandora.

La impotencia se siente, no solo colectivamente, también individualmente. Lo que no significa que la respuesta individualizada esté libre de los controles que naturalmente demanda la convivencia.

Wanda Vázquez Garced, exgobernadora por relevo y relleno constitucional, saldrá luego de tres años por una puerta no tan ancha. La otrora “apolítica”, toallera ---al menos no procedió contra el golpista Pedro Pierluisi--- acomodadora de grandes intereses y coautora de la ley electoral que se comprometió a nunca firmar, si no era un proyecto de consenso, va a tener que acudir al Tribunal a responder por un delito electoral. Fruto de la negociación y de las conexiones los acusados han conseguido que las tres acusaciones graves se reduzcan a un “Information” y alegación de culpabilidad por un delito menos grave.

Según había sido imputada, a cambio de $300,000 la también exsecretaria de Justicia y exfiscal removería a un fiscalizador incisivo contra un banco, a petición de su dueño, por otro escogido o de la predilección de este último. Feísima corrupción esa la de remover al regulador que fiscaliza para poner y escoger a otro que le simpatice al fiscalizado.

No se sabe si solo la multarán como parte de la negociación en Washington DC a la que fue incorporado un abogado de Trump para la defensa del banquero. Palas tengas… para que ganes.

Lo cierto es que entre los aumentos a la luz y el caso de Arecibo del padre imputado de matar del yerno, por poco consigue irse a la clandestinidad por ZOOM, para no dar cara presencial en corte ahora que recaerá la leniente consecuencia de su traición al país. Falta saber si habrá alguna consecuencia ético-profesional de esta admisión de culpa.

Algunos ---muchos, quizás demasiados--- en un desbordamiento de ay bendito con el supuesto perpetrador, felicitan al suegro que en Arecibo, alegadamente, ultimó a su yerno. Critican que haya sido imputado de asesinato y de apuntar y disparar un arma bajo seudo argumentos.

La ley del “Ojo por ojo, diente por diente” es una aberración en nuestro mundo y más en un país que se precia que reiteradamente ha rechazado la pena de muerte, al punto que ni la ley federal tratan de imponerla. Peor aún, si se tratase de una venganza proporcional, el asunto no debería parar en muerte. Hay instrumentos adecuados en el derecho penal para admitir gradaciones o el delito del asesinato atenuado si se dan los elementos.

Cierto es que desde una visión talibana del mundo difícilmente un jurado podrá encontrar culpable por unanimidad a un imputado en estas circunstancias, aunque sea por vengar la paliza recibida por su hija. El acto de venganza no ocurrió ni coetáneamente, ni en el lugar de los hechos, ni existiendo un peligro inminente. Aún así, ay bendito aflorará.

Hay que tener cuidado con los mensajes que se envían a través de los actos u omisiones gubernamentales, particularmente los judiciales.

Además de fomentar la impunidad ---como en la leniencia obtenida por la mano negociadora de grandes intereses--- en el caso de Wanda Vázquez; se podría estar estimulando una violenta eficiencia punitiva privatizada de manos de cualquier víctima, su familiar o allegado.

Tal degradación de la correcta noción de ley y orden ---que no es la de los fascistas, ni la de los inversionistas políticos, nin la del populismo barre campo--- presenta un peligro mucho mayor. Si se propaga que cada quien pueda tomarse la Justicia en sus manos, con la cantidad de enfermedad mental y violencias que abundan tanto como las armas, no podrá Ciencias Forenses ni siquiera atender el recogido de los cadáveres, ni en centro Médico atenderse a los traumados.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).