El 14 de octubre de 2005, Áurea Vázquez Rijos, llegó hasta el Hospital Auxilio Mutuo en Hato Rey, utilizando andador, con hematomas en el rostro y dificultad para caminar, pero alerta y orientada.

Así se desprende del informe medico de la doctora Beatriz Del Valle Negrón, quien atendió a la hoy acusada de conspirar para el asesinato de su entonces esposo canadiense Adam Anhang, exactamente 22 días despues del brutal ataque.

Del Valle Negrón se sentó ante el panel del jurado como testigo de la defensa y ofreció escasos detalles de la condición de la acusada a su llegada al hospital. Sin embargo, desde un principio estableció que no recordaba detalles exactos del momento en que atendió a Áurea y que se debía suscribir a la copia del expediente medico que tenía consigo.

'La paciente llegó alerta, orientada, tenía todavía signos de equimosis en el área de la cara… Equimosis es el área que se queda ennegrecida despues de un golpe donde la sangre todavía está presente en el área (hematoma)…', dijo la testigo, despues de que el juez federal Daniel Domínguez le solicitara que detallara a que se refería con la palabra.

Del Valle manifestó que Áurea 'llegó a la oficina medica para recibir tratamiento, luego de un trauma en la cabeza'. Despues de que se le realizaran los exámenes medicos de rigor, dijo, se le brindó un plan de tratamiento para terapia física.

'Estaba en varios medicamentos, entre ellos Dilantin (anti convulsivo), Cleocin (antibiótico), Zantac y Ultracet (analgesico para el dolor) y no recuerdo más ninguno', señaló.

'Tenía dolor en el área alta de su espalda, estaba caminando con dificultad y llegó con un andador, tenía disminución de la fuerza en las extremidades del lado derecho y había un poco de aumento en el tono muscular… Que cuando se le pide que mueva las articulaciones y las extremidades, uno siente un poco de dificultad para hacer el movimiento porque está más rígida la articulación', detalló.

Del Valle Negrón apuntó que ese día se le dio una orden de terapia física con 10 sesiones, más un referido al neurólogo y al psiquiatra.

A preguntas del fiscal Jose Ruiz, la doctora señaló que Áurea no requirió más de sus servicios a partir de ese día, y que solo regresó el 26 de octubre para buscar unas órdenes medicas. Ruiz indagó sobre la hospitalización de Áurea y la medico respondió que solo tenía conocimiento de que había estado recluida en el Centro Medico de Río Piedras, y que había sido dada de alta el 6 de octubre de 2005, 14 días despues de la fatídica noche en la que su esposo fue asesinado. Aseguró, además, que Áurea había llegado a recibir sus servicios cuando solo tenía un trauma en la cabeza.

'¿En algún momento le dijo que además del trauma en la cabeza recibió golpes en el cuerpo?', insistió Ruiz.

'En ningún momento', respondió la testigo.

Previo al interrogatorio a este testigo, el juez Domínguez informó su decisión relacionada a las mociones que solicitó en la tarde de ayer a ambas partes, para decidir si se aceptaría a Jose Ferrer Colón, padre de uno de los acusados, como testigo de la defensa. El juez determinó que permitirá que el testigo se presente en corte, pero durante su contra interrogatorio, la Fiscalía alertará a los miembros del jurado que este estuvo presente en sala durante casi todo el juicio.

El desacuerdo de la Fiscalía con permitir al testigo inició ayer cuando se percataron de que Ferrer Colón había estado en sala alrededor de 13 días y había estado en contacto con toda la evidencia.

El abogado Ovidio Zayas, quien representa a uno de los acusados de conspiración, Jose Ferrer, quiso traer al testigo para validar la versión de que un dinero que el acusado estaba cobrando a Marcia Vázquez y a Áurea mediante correos electrónicos era el de una herencia que se llevó de parte de su abuelo y que se lo había prestado a la madre de las acusadas.