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Vida

Una vida clave

Para estar entre los grandes de la música no hace falta treparse en escenarios. Cuarenta años poniendo en contacto a la gente con la fortuna musical del país han convertido a Wito Morales en uno de los mayores gestores que tiene nuestra cultura.

El viernes, Wito, a quien los radio escuchas conocen como Mr. Jazz, conmemora los 25 años de transmitir ininterrumpidamente su programa 'En Clave de Jazz', celebrando con un exiquisito junte artístico el primer Día Nacional del Latin Jazz.

Su programa, escencial en lo que llama fue la 'masificación' de este género en Puerto Rico, es sólo una de sus innumerables aportaciones. Para saber más del hombre que ha vivido detrás de las tarimas, lo visité ala emisora Radio Oro, donde todos los sábados, lleva fiel su público la mejor selección musical.

Con boina , gafas y el ánimo inquieto del que lleva la clave por dentro, me recibió. Le pedí que me contara cómo empezó su pasión por el Jazz y me confesó una fechoría:

'El hermano de un amigo mío vino del ejército y trajo unos discos de Cal Tjader, un vibrafonísta que entonces estaba bien 'pegao'. Eran unos discos bien distintivos porque eran de colores, y tu sabes que los discos de acetato suelen ser de vinil negro, pero los discos de Tjader eran color frambuesa, amarillo y turquesa. Y cuando yo vi ese disco amarillo bien subido me quedé loco. Cuando me puso el disco de Tjader me encantó tanto la música que le dije: 'coño, regalame uno'. Él me dijo 'no, no, esos tres discos es lo único que tengo y yo me voy para Alemania y eso es lo último (en la música). Pero qué pasa, que ese día él se fué de compras para Ponce y yo le robé el disco. Tenía tensión pero me sentía feliz. Me había robado eso pero sabía que era necesario'.

La vida se lo confirmó. Esa mañana entre risas, Wito me contó que hoy, entre su colección de más de 30 mil discos, tiene todos los discos de Tjader. Sin embargo, antes del Jazz, fueron las grandes orquestas en el Club Recreativo de Coamo y en el teatro Thaona, las que cuando aùn era un niño, despertaron su interés musical.

'Allí ví las mejores orquestas. Esa fue la mejor época de la mùsica en Puerto Rico. Cuando el Gran Combo tocó por primera vez, yo estaba ahí. Lo ví con sus cantantes originales. Yo vi al Gran Combo nacer en Coamo y le pagaron quinientos pesos por la actividad. Donde tocaron en Coamo estaba a pasos de mis casa. La entrada era a tres pesitos pero yo entraba de cachete porque Cabuco, el que estaba en la puerta era del vecindario.Ellos tocaban una o dos veces al mes. Ahí empecé a relacionarme con las grandes bandas; vi a Tito Puente con la Lupe, a Santos Colón, a Tito Rodríguez con su orquesta. Coamo era bien bailable, tenía un sitio que se llamaba la Thaona y ahí cabían docientas mil personas. Eso fue en los años cincuenta, sesenta, setenta. En los ochenta en Coamo hubo el primer baile de 24 horas, tocando sin parar. Siempre iba a ver todas las bandas y me sabía los nombres de los mùsicos', recordó el productor.

Su conocimiento de la industria lo llevó luego a ser el promotor más joven del sello disquero La Fania. Nada màs y nada menos que Jerry Masucci y Tite Curet Alonso fueron quienes le dieron el trabajo.

'Allí empecé a tener una relación directa con los músicos. Esos discos de la Sonora Ponceña yo los pegué. Por ejempo, eso que dice 'con el pío, pio, pío, el zoom, zoom de los mosquitos', eso yo lo pegué en la radio.Yo fui el que lleve 'El periódico de ayer' a KQ pa que lo tocara', y así seguían las anécdotas.

Su cara sonreía y como si fuera ayer describía que se montaba en el carro con Ismael Rivera y Héctor Lavoe para ir de estación en estación a promocionar la música.

'Era bien romántico. Era una salsa bien pesá' y dura. Era interesante porque habían muchas orquestas y todas sonaban diferente. El orgullo era sonar diferente. Jerry se cuidaba de que cada orquesta sonara diferente; Willie sonaba con su estilo, el Apollo Sound tocaba distinto, Rey Barreto tocaba distinto, Miguel Conde con Pacheco era distinto...'.

Pero La Fania fue vendida a una compañía venezolana, segùn relató Wito, por 20 millones de dólares, y fue entonces que manejando la carrera de Ismael Miranda su carrera dio un giro al conocer al bajista santurcino Eddie Gómez.

'En el 1987 fui a un concierto de Jazz en el Colegio de Abogados y Eddie Goméz, el bajista más importante en la historia de Puerto Rico, tocaba allí con su trío. Yo me acerqué a él porque él hizo unos solos, tipo Cachao, puntiando el instrumento con el arco, y a mí me impresionó tanto que le dije 'yo voy a hacer dos cosas: un programa de radio y un festival de Jazz', narró Mr. Jazz.

Del encuentro surgió el programa en 'En Clave de Jazz' , el San Juan Jazz Fest, el Chivas Regall Jazz Festival y las Noches de Jazz que amenizaban las plazas de los pueblos arlededor de la isla. La conversación se tornó algo melancólica pues en su empeño por sacar al género de una elite y darle Latin Jazz a todos, Heineken aprovechó su poder de mercadeo para apropiarse del festival y nombrarlo el Heineken Jazz Fest.

Esa y la muerte de Shakira, su única hija, son sus grandes penas. Entre sus estilizadas gafas vi cómo se le aguaban los ojos al hablar de su 'negrita'. El auto que conducía 'se fue por un puente de Arecibo en una noche tenebrosa', lamentaba.El sábado que enterró a su nena no hubo Jazz. La fe, me dijo, es la que lo ha ayudado a entender la pérdida.

Y fue desde el cielo que Wito asegura haber recibido la idea de hacer el día nacional del Latin Jazz. En su gestión, las preguntas guías para determinar su próxima movida son 'cuáles son la raíces culturales y hacia dónde se dirige el Jazz desde la perspectiva de nosotros los puertorriqueños'.

Enérgico opinaba que 'si tu eres puertorriqueño tu deber principal como músico tiene que ser tocar los de tu país y llevarlo al Jazz. Esa debe ser tu responsabilidad para el mundo musical; no tocar lo americano, tocar tus raíces'. Mencionó, cómo la fusión de la bomba y la plena con lo otro la inició Cortijo, y luego el trombonista Papo Vásquez, y William Cepeda, y que quien le había puesto la 'tapa al pomo, como decía Justo Betancourt' había sido Miguel Zenón con su jíbaro Jazz.

Hablamos de la rivalidad musical entre Cuba y Puerto Rico y como buen historiador me narró hasta que Tito Puente decía que la única salsa es el ketchup, y que lo demás, el guaguancó, el son, el chachachá, los boleros... los cubanos se los habían inventado.

En fin, de música, el disco de Wito Morales puede sonar con historias por años. Me prometió que terminaría una libro autobiográfico que tiene a la mitad.

Lleno de orgullo me dijo que el Senado ha institucionalizado el 31 de agosto como el Día Nacional del Latin Jazz, lo que convertirá a Puerto Rico en anfitrión y en la 'vitrina del Latin Jazz del mundo'. El evento se llevará a cabo este viernes desde las 7 pm en el Centro de Conveciones de San Juan y contarà con la participación del 'All Stars Tito Puente's Big Band' , José Lugo Guasábara Big Band, Mambo Legend Orchestra yel junte entre Richie Flores, Paoli Mejías y José Febres.

Mr. Jazz me habló de música. En su conversación exaltaba la importancia de crear desde lo propio, de fusionar desde adentro. Entendí que como promotor musical era también un promotor de la patria.

Wito Morales. (Nindi Méndez/NotiCel)
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