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Vida

Las virtudes de una maternidad con papá

Cuando se habla de crianza, automáticamente se piensa en mamá, ya que se le adjudica al padre la única función de proveedor. Sin embargo, son muchos los estudios que han demostrado la importancia de papá en el desarrollo de los niños.

Los tiempos han cambiado y, aunque cada día los padres asumen un rol más activo, lo hacen sin conocer las virtudes de su participación en la crianza, que influye grandemente en el desarrollo de sus hijos.

Algunas estadísticas apuntan a que los niños que crecen sin papá o alguien que cumpla el rol de figura paterna están más propensos a tener desórdenes de conducta, ser desafiantes con la autoridad o ser más vulnerables al abuso de sustancias químicas o drogas, pues no solo se trata de un abandono físico, sino también emocional. Esto se debe a que papá y mamá tienen un rol diferente en la construcción del desarrollo del niño: el padre juega un papel importante en la identidad y autoestima.

Un reciente estudio del sociólogo W. Jean Yeung, de la Universidad de Pensilvania concluyó que 'la participación del padre genera un efecto singular en los resultados de los niños, entre ellos: el desarrollo cognoscitivo, los logros, los puntajes de matemáticas y la lectura, como también los problemas conductuales. El hecho de que contemos con este beneficio debiera producir inquietud en aquellos que no cuentan con estos recursos'.

Las niñas y los niños que crecen con la figura de su padre se sienten más familiarizados y seguros con el mundo de los hombres. Las niñas que tienen padres que participan en su vida tienen más probabilidades de cultivar relaciones más saludables y de mayor confianza con jóvenes en la adolescencia y, posteriormente, con hombres en la edad adulta. Esto se debe primordialmente a que ellas tienen una mayor oportunidad de aprender de su padre, cómo deben actuar los hombres hacia las mujeres; es decir, entienden por experiencia qué comportamientos son inadecuados, según agrega el estudio.

La participación de papá en la vida de su hijo debe comenzar, incluso, desde el embarazo. De hecho, estudios han demostrado que incluir al padre durante los nueve meses de embarazo es una etapa fundamental para la futura relación entre él y su hijo. Su participación puede incluir acompañar a su pareja al ginecólogo y plantear también sus dudas o preocupaciones al médico, hablarle al bebé mientras está en la barriga para que vaya reconociendo su voz, participar en las clases de parto y buscar información sobre el alumbramiento y cómo ayudar a su pareja en ese momento.

Una vez el niño nazca, el padre puede ayudar mucho a mamá en esta etapa tan difícil con el cambio de pañales, dar el biberón o bañar al pequeño. Las tareas del cuidado del infante pueden ser distribuidas antes del nacimiento para que se logre mayor organización en el hogar en una etapa tan difícil.

(www.escuelainternacionaldecocina.com)
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