La trayectoria del Abayarde se celebra de pie en casa llena (galería)
Casi a las diez de la noche, con un estruendo rojo, Tego Calderón sale a escena. Ese estruendo rojo de luces se arroja contra el público, que abandona sus asientos, aplaude, grita con los primeros sonidos del 'Abayarde', el mismo tema que hace diez años catapultara a Tego al mundo del rap y el reggeaton, de la letra afilada y el ritmo de los barrios.
'Entré a rapear porque no tengo la voz del mejor cantante, pero quería emular los pasos de uno de mis ídolos, Ismael', dice un Tego más joven en la pantalla. 'Elegí el rap porque se asemejaba a mí, que viene de los barrios, de la gente sufrida', recogen otra memoria para calentar los motores para el esperado concierto del Abayarde, que regresa a los escenarios luego de años de ausencia. Y precisamente a uno de los escenarios más imponentes de la isla.
'No quería hacer el Choli, el Choli es muy serio pa' mí, [pero] lo vamos a halar pa' acá, le vamos a quitar un poco la seriedad, la corbata y el lazo', decía Tego en su conferencia de prensa, celebrada en un chinchorro de Santurce. Y el Choliseo cobra un nuevo matiz con el estilo particular de Tego, con su lengua suelta, su irreverencia, su trato cercano al público, como si se tratara de una multitud de vecinos.
'Acho yo estaba bien cagao por venir aquí, porque yo respeto mucho a mi pueblo. Pero me siento súper cómodo, gracias, puñeta, gracias', dice, con su camisa de los Cangrejeros de Santurce y sus gafas oscuras. Cada palabra suya provoca el estruendoso aplauso del público.
Una pantalla redonda gigante corona el escenario, acompañada por dos pantallas cuadradas. A veces, se enfoca en la figura de Tego, haciendo su imagen agrandada más cercana a la gente en los balcones, su figura que camina de un lado a otro del escenario, con su 'flow' habitual, con sus gestos sencillos, con sus dreadlocks colgándole de la espalda. En otras, las pantallas adoptan imágenes: de paredes de ladrillos, de cadenas, de cintas de escenas de crimen, de las playas del país, de los barrios y la gente.
Con el contagioso estribillo de 'Métele sazón, batería y reggeaton', el público baila de un lado a otro. Suben las manos al ritmo de la música. El Choliseo está lleno de gente.
En el público, gorras con viceras anchas, cadenas, guayaberas, camisas a cuadros, faldas cortas de mahón, vestidos largos, pelos azules con uñas negras, cabellos planchados y revueltos, dreadlocks, barbas, una masa diversa ocupa la mayoría de los asientos del Choliseo, que está repleto, salvo por escasas sillas vacías. La energía del público vibra, igual que las bocinas con el sonsonete del reggeaton.
'El Abayarde sacándote a pata's de tu casa', dice la letra de 'Guasa guasa', que se junta con 'Los mate'. Y así se van conectando las canciones, como si fuera un gran popurrí de temas que se convierten en uno, de éxitos, de ritmos que han sonado en todos los barrios de Puerto Rico. 'Pero cómo me llamo yo?', canta Tego desde el escenario. 'Tego, Tego', responde el público en una sola voz.
'Yo siempre he tratado de mantener mi cultura, la música de mi país fusionarla. Con mucho respeto con la gente que no está de acuerdo, pero que se joda', dice. Así presenta el tema 'Ni fu ni fa', que se fusiona con el ritmo eterno de la bomba. En la pantalla, se narra la historia muda de unos niños en un barrio pobre, de la ropa tendida, de los barriles en las calles estrechas.
Entra una mujer de la mano de una niña de tres años, para bailar bomba, ambas con las faldas anchas, los pañuelos en el pelo, los pasos de baile tradicionales. Se trata de su hija Paz Esperanza. 'Ya puedo morir tranquilo', dice conmovido El Abayarde.
Con 'Cambumbo' y 'Sopa de Letras', comienzan los invitados a salir a escena. René Pérez, el Residente Calle 13, provoca con su salida el estruendo del público. Rapean en un junte esperado los dos íconos actuales de la música urbana y la letra pensada. Las pantallas muestran candados, rejas, la imagen metálica de lo aprisionado. Rapean y la gente se queda con ganas.
Con 'Quitate tú' y 'El bueno, el malo y el feo', Tego se reúne con Eddie D y Vico C, dos de sus grandes cómplices. A Eddie incluso lo llama 'el señor que me sacó de los taxis'. 'Eddie papá, me sacaste del hoyo, nunca me voy a olvidar de eso', le dice para despedirlo. El junte en el escenario, de alto voltaje, hace vibrar el suelo metálico de las gradas del Choli.
Con 'Secreto' y 'Zapatito', sale Plan B a escena. En las pantallas, salen copias de las letras de las canciones, tachadas, borradores de palabras y palabras dedicadas a Puerto Rico, a la cotidianeidad escondida del país. La potencia se traslada a los asientos, que tiemblan. 'Gracias Tego Calderón por la invitación, es un honor', dice uno de los integrantes de Plan B.
Suenan las primeras notas de 'El bandolero', que grabó Tego a dueto con Don Omar. La masa de gente en el público abandona nuevamente sus asientos para cantar el estribillo: 'Aunque digan que soy un bandolero donde voy, le doy gracias a Dios por hoy estar donde estoy. Y yo sigo con mi tumbao y mis ojos coloraos'. Pero Don Omar es el primer ausente de la noche. 'El impredecible', lo ha llamado Tego.
Yandel sale con 'Al Natural' y abraza a Tego. Son pocas las parejas bailando juntas. La mayoría de los cuerpos del público bailan solos, de un lado a otro, el contoneo característico del perreo. Jowell y Randy llegan con el ritmo de 'Las nenas lindas', y le gritan a Puerto Rico. Son esos los nombres que durante años han .
Mackie hace su dueto con 'Mamita ven' y Nejo es el último 'amigo' de la noche, que canta con Tego la popular letra de 'No quiere novio, quiere vacilar na' más, no quiere a nadie que le esté diciendo na''
'Alegría y agradecimiento a mi pueblo por el apoyo, y en la crisis hay que tirar pa' alante. Hay pueblos que están peor que nosotros y están tirando pa' alante. Lo que hay que hacer es unirnos', exhorta. Y canta 'gracias a los barrios y a los caseríos por apoyar lo que hago, por ser de los míos', la letra de 'Gracias' que está precisamente dedicada al público que lo ha apoyado, a esa masa frente a él.
Después de varias falsas salidas, el concierto termina con'Pa que retocen'. De esas canciones reconocidas por casi todo Puerto Rico, aunque sean ajenos al mundo del reggeaton y de la música urbana. Canciones que se han repetido durante años en la radio, en las fiestas de fines de semana, en el diario de los barrios, de las calles. 'Esto es pa' ustedes pa' que se lo gocen', canta Tego, y la gente se lo goza, le canta. Y el Tego con afro de hace unos años aparece en pantalla.
Y así termina el show, con un Tego sin gafas ni gorra, con la palabra 'respeto' en los labios, tirándose al suelo y besándolo. Y entonces 'Naki Naki', una canción más ante los pedidos del público. 'Y si pudiera, mi música no tendría barrera', canta. Y se despide.
Tego Calderón, El Abayarde, el ícono de la música urbana, con su concierto, titulado 'La trayectoria', termina así un recorrido por su discografía, que le ha valido desde su primera aparición en el 2005, el apoyo incondicional de una gran masa que se volvió cómplice de sus ritmos distintivos, sus rimas y su 'flow'.
Cuatro discos después, mantiene vivo el apoyo de esas primeras generaciones, de la que muchos son niños que crecieron con su música y hoy se encuentran en la audiencia, con unos años arriba, pero quizás con el mismo sabor, el mismo entusiasmo.
Tego además celebra su regreso a la música, con su propio estudio, con su propio salón de ensayo, donde se encierra durante horas a jugar con los sonidos, generar nuevos sabores, con un pie en el reggeaton, en el hip hop, en la bomba, en la salsa, en toda esa herencia de ritmos africanos y caribeños combinadas con la experiencia sonora urbana.
Antes que entrara Tego, ya el público se empezaba a activar, bailando desde sus asientos, de un lado a otro, gritando hacia el Choliseo, haciéndole eco a los ritmos electrónicos del Triumvirato compuesto por DJ Velcro, DJ Adam y DJ Davey, quienes abrieron el concierto. Bailaban al sonido del hip hop, el rap, hasta de una canción de blues o de un ritmo salseado.
El concierto termina como un tributo a la música urbana del país, un junte de artistas que durante años han puesto a vociferar o a mover el esqueleto de las grandes masas. Atrás quedan los comentarios políticos y sociales de Tego entre canción y canción, con alguna que otra alusión a la lejanía del Estado 51, a Héctor Ferrer - un gesto corporal dedicado - y con las letras que ya vienen en el paquete de sus temas. Pero todo queda más bien como un homenaje entre artistas a los diez años de trayectoria artística de El Abayarde, puesto en las voces y el baile de su público.