Más pelea y menos conversa en secuela de John Wick
Esta semana estrenó en los cines la secuela 'John Wick: Chapter 2'. Nuevamente, el novato director Chad Stahelski, principalmente reconocido por su carrera como coordinador de acrobacias ('stunts') en películas como 'V for Vendetta', nos trae la continuación de la exitosa 'John Wick'.
El filme retoma la trama de John Wick (Keanu Reeves), quien continúa su lucha para retirarse de su vida como máquina letal internacional y así poder disfrutar de su viudez en paz. Pero como todo, el precio a pagar por el retiro del bajo mundo de mafias es impagable y atormentador. John Wick se ve forzado nuevamente a matar para saldar la deuda de sangre que le permitió retirarse para casarse con Helen (Bridget Moynahan). Es entonces que John se encuentra en medio de una guerra por la silla de un gremio secreto de mafiosos internacionales llamado 'High Table' y a la vez que es cazado por todos los que lo componen.
En esta película del género 'neo-noir' se unen elementos modernos con una trama extraña y cruel, y una cinematografía de colores oscuros con altos contrastes entre blanco y negro. Además contiene una secuencia de eventos intensos e imparables de acción y suspenso que logran entretener y mantener al espectador interesado.
Entre tanta violencia, podemos ver la triste historia de un hombre que solo intenta dejar atrás el mundo del crimen para poder disfrutar su vida en paz.Las secuencias de acción son intensas y bien coreografeadas como en la primera. Esta vez, en lugar de ser exclusivamente ubicada en Nueva York, la misión de John Wick lo lleva a la bella capital italiana de Roma. Es un gran contraste entre una ciudad moderna y bien iluminada con otra antigua y oscura. El filme parece apoyarse más en los combates que en el diálogo y desarrollo de los personajes.
Es una lástima que con un elenco tan diverso y reconocido, el guión es limitante, pues hay más escenas de pelea que conversaciones. No obstante, las actuaciones de Laurence Fishburne, Ian McShane y Peter Stormare compensan el desempeño de los novatos Ruby Rose y Common. El elenco italiano compuesto principalmente por Riccardo Scamarcio, Claudia Gerini y Franco Nerono no deja de sorprender y ser refrescante.
Otra falla de este filme está en la selección de música, pues carece del toque divertido de canciones de Marylin Manson, The Candy Shop Boys y KALEIDA que aparecieron en la original. Al menos la música esta nuevamente compuesta por canciones del reconocido compositor Tyler Bates (Sucker Punch, 300, Guardians of the Galaxy) y vuelven los sonidos electrónicos de Le Castle Vania y el pop oscuro de Ciscandra Nostalghia.
La película es mucho más intensa que la anterior. Hay tomas y detalles claves difíciles de seguir pues todo ocurre muy rápido. Nuevamente, Keanu Reeves se posiciona como actor idóneo para papeles de hombre cuasi-sobrehumano. No hay duda que es una película de alto rendimiento y de bastante violencia entrelazada con una historia de venganza y profunda soledad. La pregunta que vale la pena hacer es: valió la espera de 3 años para ver esta secuela? Solo hay una forma de saberlo.
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