Favela
Por Miguel Rodríguez Casellas/La invención de la perspectiva en pleno Renacimiento viabilizó la convergencia de lo real y lo fantástico dentro de un mismo espacio normalizador. Desde entonces, este revolucionario sistema de representación se equipara a la opinión parcializada, sobresaliendo el 'punto de vista' como sinónimo de subjetividad, en menoscabo de la verdad empírica.
Nuevos avances en materia de representación virtual han llevado los recursos subjetivizadores de la perspectiva a límites insospechados. Ahora el proceso mismo de generar la imagen se expone al ojo embelesado de la audiencia, que es vulnerable a confundir la capacidad ejecutora del artista digital con la del político que se sirve de él para venderse como mago.
La tecnología para transformar la realidad a través de la representación está hoy en manos de funcionarios desgastados como Jorge Santini. En su reciente infomercial televisivo, veloces secuencias animadas invisibilizan eficazmente la enraizada arrabalización de la Ciudad Capital.
Que la campaña del alcalde Santini desplace su hinchado rostro con un reino mágico de realidad virtual, es un gesto de indiscutible desesperación. Si algún valor tuviera el San Juan del presente, no habría necesidad de distraer al elector con futuros post-producidos.
San Juan tendría que atajar su deterioro urbano antes que entregarse a un innecesario proyecto de expansión. Pero eso no cuadra con el déficit de atención del puertorriqueño promedio, que antes que terminar lo que empieza, escapa a cualquier embeleco con olor a nuevo.
San Juan vive hoy un estado de violencia institucional. La gestualidad mafiosa del alcalde, que ya cansa, le habla directamente a los sectores que lo encumbran. La oposición política responde con un contrincante de análogo exceso testosterón. Sobresale así Héctor Ferrer entre los populares como lo más cercano a la figura envalentonada que reclaman las turbas sanjuaneras.
El problema de San Juan, como puede verse, no es Santini ni Ferrer. El problema de San Juan es su base electoral, que se ha auto-constituido en un vertedero humano de infantilidad y enajenación.
El futuro que se ve desde San Juan es su presente: una descomunal favela en negación.
*El autor es profesor de Arquitectura. Tomado de 80 Grados.