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SAN JUAN WEATHER
80 Grados

Discreción con lxs homofóbicxs

a ESE. por insistir en las agendas.

Hay tristeza en lo que digo, pero hasta

esta tristeza es una repetición que

cansa.

-Eduardo Lalo en Los países invisibles

Ahí va, tiene hambre y sed.

Sus militantes son muchxs, no descansan, día y noche se reafirman, lo reafirman. Lo sostienen, se sostienen en su ansiedad de control. Necesitan reafirmarse, necesitan exigir que se reafirme. Tiene hambre y sed el heteropatriarcado, sus militantes lo alimentan. Para el hambre cabildean en el capitolio, les alimenta que sus fundamentalismos religiosos contribuyan a la continua precarización de otros cuerpos. Cuerpos a los que le exigen, a los que vigilan, que reconocen como vulnerables y exigen que tienen que adecuarse. Es maleable el heteropatriarcado, mantiene su hambre y su sed, bebe de proyectos desangrados para la comunidad LGBTTI, se toma una siesta en el código penal con un ojo abierto.

Ahí va, sus técnicas y estrategias políticas penetran la cotidianidad. Respira con las prácticas culturales, un apretón de mano entre sus militantes y legisladorxs y senadorxs. Sigue con su siesta, siempre con un ojo abierto.

No pierden oportunidad, pero no es mero oportunismo. Al contrario, cada oportunidad se le presenta como un momento para refinar sus técnicas y estrategias políticas en cuanto al control de los cuerpos. Basta un pequeño indicio de placer y goce de los cuerpos para apuntar a su control, la vigilancia del ojo abierto mantiene a sus militantes activxs.

Ahí va, tiene hambre y sed. El sensacionalismo de la heteroprensa del país lo alimenta y le da de beber.

Última hora: 'Hasta mujeres besándose son grabadas en Sanse 2015'

Discreción con los (lxs) menores (homofóbicxs).

Y esto… otro ejemplo de la urgencia de incluir la perspectiva de género en los currículos de estudio. No hay que huirle a este punto, la sexualidad también es central en el debate sobre perspectiva de género. Es decir, sin incluir temas de sexualidad en la propuesta que busca implementar la perspectiva de género, esta resultaría incompleta. Un supuesto punto medio, donde se excluya los temas de sexualidad, no es otra cosa que un platillo a la carta para las militantes del heteropatriarcado.

Aquí lo que busco traer a consideración para la discusión, no es sólo el privilegio del ojo masculino en la sociedad y las construcciones sociales que se mantienen desde el mismo, sino que también hay un privilegio de la heterosexualidad que cruza transversalmente el debate. En este sentido es que hablo de un régimen heteropatriarcal en la Isla, que en la negativa a la perspectiva de género, aflora su hambre, mantiene la sed:

'Hombre incendia la casa de su pareja en Guánica'

'Buscan a menor de 17 años que baleó a su pareja de 28 en Carolina'

'Mujer es herida de bala en incidente de violencia de género'

'Buscan pistas para arrestar fugitivo por violencia de género'

'Buscan al reguetonero Angel Doze por violencia de género'

'A prisión dos hombres acusados de violencia de género'

'No causa para juicio contra hombre por violar orden de protección'

'Acusado de matar a esposa con machete se declarará culpable'

'A prisión acusado de agredir a su pareja en presencia de una menor'

'No causa contra mujer policía por violencia doméstica'

'Despiden los restos de mujer policía asesinada por su pareja'

Estos son algunos titulares de noticias de uno de los rotativos del país sólo del 30 de enero del 2015 hasta el 8 de febrero cuando escribo este breve texto. Estas son las noticias que lxs militantes del heteropatriarcado desde su trinchera del fundamentalismo religioso invisibilizan, para el hambre y la sed. Casos como estos, de violencia cotidiana, son los que una educación con perspectiva de género busca disminuir. Una educación liberadora con base en la equidad y el respeto. Ahora bien, lo que se hace interesante aquí es lo que visibilizan: sus discursos van dirigidos a una constitutiva desinformación desde aspectos de la sexualidad.

No es un simple dualismo entre qué visibilizan y qué no, sino que, es su agenda política. Agenda que no está aislada del resto de la política del país. La misma agenda que desangró los proyectos de la comunidad lgbtti, la misma que toma una siesta sobre el código penal, la misma que se reúne a clamar a dios frente al capitolio con lxs listxs políticxs del patio. Sí, lxs listxs políticxs del patio, esto no lxs libera de su mediocridad, pero reconocen el potencial político de lxs militantes del heteropatriarcado en las urnas.

Desde hace varios meses, uno de los discursos recurrente, ha sido llamar ignorantes a las personas, sectores religiosos y políticxs que se oponen a la perspectiva de género. Esto me parece una trampa lógica. Los discursos fundamentalistas y sus vínculos con la politiquería por votos, no es mera ignorancia. Es un discurso privilegiado, vestido de saber, una de las manifestaciones del poder. Estos vínculos del fundamentalismo con lxs políticxs crean sujetos políticos, sujetos de lo cotidiano y del derecho. El estado también tienen un carácter performativo (lo cual implica que tiene sus contingencias), necesita recitarse para sostenerse continuamente. Son matrices identitarias, que desde sus vínculos alimentan la vigilancia sobre los cuerpos. Vínculos que van a defender lxs sujetxs políticxs que crean. No es ignorancia. Es su forma de sostener la jerarquía de la diferencia como desigualdad. Ahí también va el debate de la droga. El control de los cuerpos y sus usos. En este caso, la sexualidad.

Su agenda se ha encargado de generar una masiva red de desinformación, una política de la enunciación directa frente a quienes le parecemos cuerpos peligrosos para su heteropatriarcado, ya que nuestra sexualidad no comulga con sus exigencias. Es decir, para quienes cuestionamos cotidianamente los privilegios y subordinaciones de las ficciones de la masculinidad y la feminidad. Para quienes cuestionamos las exigencias de ese régimen heteronomativo que considera prácticas culturales y sociales como bienes y pasos a seguir que se privilegian. Para quienes habitamos otras familias y que encontramos encantadora la diversidad de otras familias que nos rodean. Para quienes somos precarizadxs, negrxs, ceropositivo, raritx, locas, buchas, trans y en la diversidad de los afectos construimos otras vidas posibles, otras maneras de vivir.

Hace unos años, varios compañeros decidimos comenzar a usar falda una vez por semana en la Universidad de Puerto Rico como parte de una enunciación política. Lo político se tragó mi cotidianidad. La falda me gustó más de lo que esperaba y se volvió parte de mi vestimenta habitual. Creo que era el jueves 14 de enero de 2013, era mi primer día de trabajo y así llegué. Luego salí y al bajar las escaleras de la estación del tren en Río Piedras recordé que era el primer día de las fiestas de la calle de San Sebastián. Muchas miradas se clavaron en mi falda y en mi barba desde que me monté, hasta que me bajé en Hato Rey. Más allá de las risas y burlas nerviosas, nadie dijo nada, al menos no a mí. Ahora bien, cuando caminaba de la estación del tren a mi apartamento escuché que el carro que se acercaba reducía la velocidad, que poco a poco escuchaba con mayor claridad una gruesa voz que iba dando una orden: 'sáquenle el dedo al maricón, sáquenle el dedo al maricón'. Recuerdo tres rostros y tres dedos apuntándome, los dos niños y la niña no podían tener más de 8 años, coreaban: 'pato, maricón, pato, maricón'.

No olvido esos rostros y sus manitas mientras coreaban. Es de los recuerdos más claros y recurrentes que tengo, porque también me hizo recordar muchos otros. Me hizo recordar cómo yo también me burlaba de compañeros de clase en la escuela y cómo siempre me reía de la marimacha del barrio. Me puso en perspectiva cómo desde muy pequeñxs reproducimos toda esa violencia que desemboca en cuerpos sospechosos más allá del género, vigilando muy de cerca cualquier atisbo de una sexualidad otra, no hetero para ser eje de discriminación. También trajo a mí un recuerdo que bloqueé por mucho tiempo, que creía olvidado y que esta es la primera vez que tiene un impacto sobre mis decisiones. La inocencia de un juego de niños con un familiar mayor que se convierte en un silencio cómplice porque te han enseñando que se le tiene miedo al cuerpo, que de esas cosas no se hablan y que se deben callar. Silencio que tantxs compartimos.

En este sentido, se necesita una perspectiva de género feminista, como esa que varias organizaciones feministas de la isla van trabajando día a día. Esa que va a pasos pequeños y que más allá de una perspectiva de género que busca el respeto y la equidad entre las personas, le apuesta al respeto y la equidad en la diversidad. Y que en esa diversidad busca ser un espacio educativo sin prejuicios, libre de discrimen, consciente de lo importante de que las diferencias no nos deben hacer desiguales y que esto también implica la diversidad sexual, una educación dónde se trate el tema de la sexualidad y sus prácticas responsablemente. Pero también una educación que no le tiene miedo hablar sobre el cuerpo, a responder esas dudas que nos surgen sin discriminación ni argumentos religiosos, pero sobre todo a no volver al silencio por el miedo.

Hay algo de cansancio en estas palabras. Cansancio de ver los espacios privilegiados que los sectores fundamentalistas religiosos tienen en la política del país. Cansancio que también se va transformando en coraje para dar pasos acertados, pasos para darle sed y hambre a ese heteropatriarcado que tantas exigencias impone. Cansancio que se hace coraje para defender una educación con perspectiva de género feminista.

Lxs militantes del heteropatriarcado señalan que están en contra de la perspectiva de género en los currículos de estudio para defender la familia y la niñez. Pero quién los defiende de ellxs? Quién defiende a esxs niñxs diferentes, a esas familias otras? Beto Preciado se pregunta esto, 'quién defiende al niño queer?', pero en este caso creo que nos conviene preguntarnos quién defiende a tantos cuerpos diversos que habitan en la isla, a tantos cuerpos con prácticas diversas y afectos otros? Qué los defenderá de una militancia heteropatriarcal que busca mantener las desigualdades entre hombres y mujeres, que pretende negar una educación responsable sobre las prácticas de los cuerpos, que busca seguir desechando y precarizando tantas vidas ya vulnerables? Sin duda, una educación con perspectiva de género busca transgredir esta violenta cotidianidad para transformarla en espacios que no se basen en la tolerancia, sino en la aceptación. Una perspectiva de género feminista que nos hace poner en contexto qué hay de fondo en la agenda política de los fundamentalismo religiosos: quiénes tienen derecho a la niñez? quiénes tienen derecho a la familia? quiénes tienen derecho a vivir? Y aquí, desde un cuerpo masculino que desaprende los privilegios de su masculinidad gracias a una perspectiva de género feminista, apostándole a otros mundos posibles. Desde un cuerpo precarizado de otras maneras, que se une a otros cuerpos vulnerables que no importan para el heteropatriarcado por una educación liberadora. Una educación solidaria que nos lleve a poner en perspectiva que el problema no está en que las mujeres anden solas en la calle a cualquier hora; que no está en la ropa que utilizo, cómo actúo y con quién me acuesto, sino, en la violencia que se genera cuando estas diferencias se construyen como desigualdades.

Qué la educación con perspectiva de género feminista es una educación transgresora para el heteropatriarcado? Sí, porque en ella habita un reclamo de justicia que no volveremos a silenciar.

*El autor es activista contrasexual, estudiante de sociología, historia y estudios de género. Tomado de 80 Grados.