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Ñetas lloran a su 'madre' Doña Trina

Los miembros de la población penal en Puerto Rico afiliados a la Asociación Pro Derechos y Rehabilitación del Confinado (Ñeta) calificaron de 'nuestra madre' a Trina Rivera de Ríos, fallecida ayer, domingo.

En una comunicación escrita, Carlos Báez Figueroa, presidente de la Asociación Ñeta, señaló que 'ella nos enseñó a creer en nosotros mismos, en que la rehabilitación era posible si poníamos de nuestra parte, a perdonarnos por los errores y a levantar la cabeza para seguir adelante y no sentirnos muertos en vida'.

Agregó que 'los confinados nos unimos a la pena que embarga la familia de doña Trina y afirmamos que jamás olvidaremos que hasta el último día de su vida defendió con vehemencia y pasión los derechos de todos los confinados'.

La organización reconoció que gracias al trabajo de Rivera de Ríos 'logramos ejercer el derecho al voto y nos ayudó a recibir un trato justo y digno mientras cumplimos nuestra deuda con la sociedad, porque no toleraba la injusticia y el abuso'.

La agrupación adelantó que desde ayer, domingo, y todos 26 de cada mes, 'se honrará la memoria de doña Trina con una oración en cada institución carcelaria y tres gritos ñetas'.

Rivera de Ríos murió ayer, domingo, a los 93 años y en su hogar, y deja dos hijos, ambos abogados: Carmen Amparo Ríos Rivera y Miguel Román Calderón.

La mujer fue portavoz del Comité de Amigos y Familiares de Confinados, que fundó en 1981, desde donde por décadas luchó por los derechos de los reclusos.

Los miembros de la población penal en Puerto Rico afiliados a la Asociación Pro Derechos y Rehabilitación del Confinado (ÑETA) calificaron de 'nuestra madre' a Trina Rivera de Ríos, fallecida ayer, domingo.