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Más allá del disparo: Confesión de un sicario

Su temple lucía tranquilo, nadie pensaría que entre sus manos en muchas ocasiones hubieran modelado las armas, y que controlando su nerviosismo fueran varias las veces las que había halado el gatillo. Me miraba fijamente y me hizo un par de preguntas antes de acceder a darme una entrevista, claro está, con la petición de que le protegiera su identidad.

Quizás tanteaba el terreno, pero sus cuestionamientos sobre el propósito de la historia, no lograban desalentarme. Tras varios minutos, aquí les narro lo que me explicó aquel joven de apenas 27 años, un sábado en la noche en alguna parte de Puerto Rico.

Este afirmó que efectivamente ha ocurrido un cambio generacional en el mundo del narcotráfico, donde jóvenes desde los 12 años se ven involucrados en actividades delictivas por búsqueda de dinero, posición entre sus pares y hasta por sentirse los más bravos.

De hecho, abundó que un tirador, quien es el que vende la droga en los puntos, puede ganar fácilmente $600 al día. Lo mismo ocurre con el runner, quien es el que distribuye la droga al punto.

Sostiene que estos jovencitos que en algunos casos no llegan a los 18 años, se han logrado posicionar en las altas jerarquías de las organizaciones criminales, al fallecer las cabecillas, o estos ser arrestados o el bichote estar ya cansado y toma la decisión de rentarle sus puntos por entre $1,500 a $10,000 semanales, dependiendo de la importancia del punto de droga dentro del llamado 'bajo mundo'.

Son individuos que campean por la libre, sin dirección, que han creado sus propias organizaciones compuesta por otros jóvenes.

'Para campear por el respeto, tienes que tirar', asegura.

Muchos logran esa valentía para sembrar el terror entre sus pares y la ciudadanía, al consumir algún tipo de sustancia controlada, como Percocet o Xanax, 'y se creen Dios'.

Estos jóvenes buscan la ayuda de hasta santeros para tener protección.Desconfían de miembros de su propio grupo, pues, asegura el entrevistado, que es mucha la envidia dentro del 'bajo mundo'. Ni siquiera de las mujeres confían, ya que indicó que muchas veces son utilizada como carnada para atacar a cabecillas.

De otro lado, el hombre explicó que han sido varias veces las que ha soñado sobre la guerra en las calles, pero no le da mucho casco. Al tiempo que reconoció que al final del camino quizás no tenga mucha salida, pues la muerte o la cárcel están siempre a la vuelta de la esquina.

Dice que desde el velador hasta el runner tiene que ir a la guerra en la calle, si así lo ha ordenado el bichote, si se niegan a ir o disparar, saben que su muerte será algo seguro, 'porque para eso le pagan también'. Un gatillero puede ganar alrededor de $2 mil semanales con la única encomienda de ir tras su presa las veces que se le ordene hacerlo.

Vea también:

'Yo me sentí morir' (vídeo)

Una violencia nueva, impune ante la ley

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*Con la serie 'Más allá del disparo', nuestro equipo de periodistas le trae una exposición de las muchas ramificaciones que tiene el problema de la criminalidad en Puerto Rico. Espere testimonios de víctimas y victimarios, análisis del efecto económico, fiscalización de las actuaciones gubernamentales y más. Toda esta semana en NotiCel.com

Los nuevos sicarios se involucran en el bajo mundo desde los 12 años y en muchas bandas de gatilleros casi todos los miembros están por debajo de los 18 años. (iexposednews.com)
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