Los múltiples operativos que han llevado a cabo las autoridades en la urbanización Tierra Alta III donde fue asesinada Carmen Paredes, la atención de los medios noticioso en el espacio y la incertidumbre de lo ocurrido, han alterado la paz de los residentes del lugar a tal punto que desde hace días se coordina un círculo de oración para nivelar los ánimos.

El ambiente sereno y suburbano que antes rodeaba la urbanización se ha transformado en uno turbulento luego de que el cadaver de Paredes fuera encontrado baleado en la terraza de su hogar el pasado 14 de julio. Su viudo, Pablo Casellas, fue el que informó a las autoridades del hallazgo y figura como sospechoso del delito.

El monseñor Leonardo Rodríguez Jiménes, cura en la parroquia María Madre de la Misericordia, contigua a la urbanización, relató que desde hace varias semanas se pone de acuerdo con una de las vecinas la familia Casellas- Paredes para llevar a cabo un ritual de oración.

'Hemos intentado coordinar un circulo de oración con los vecinos pero no se ha podido...Todos están muy tensos, ayer esto estaba repleto de policías...Se ha hecho difícil coordinar porque muchos de ellos se van de fin de semana...', dijo el cura, quien además indicó que la reunión espiritual estaba pautada para hoy en la tarde pero se canceló.

Un familiar de uno de los residentes de Tierra Alta III, le comentó a NotiCel que su ser querido ni siquiera se atreve a hablar del tema del asesinato por teléfono y que está agobiado por los varios interrogatorios que le ha realizado la policía.

El Padre Leo, como le conocen los feligreses, aseguró que la familia Casellas- Paredes no asistía a esa iglesia y que el cura que dirigió la ceremonia durante el funeral de la víctima, vive y tiene su congregación en Mayagüez.

En la iglesia San Juan Evangelista, donde se celebró la misa de despedida de Paredes, confirmaron dicha información. El padre Walter Gómez aseguró que la familia tampoco era miembro de esa parroquia pero que como a cualquier otra persona, se le prestó el lugar para los servicios religiosos porque se les solicitó.

El domingo, horas después de que las autoridades sitiaran la casa de Casellas y de que el fiscal general Obdulio Meléndez señalar a éste como el principal sospechoso del crimen, en la casa no se percibía movimiento alguno. En el área de la piscina, no ladraban ni los perritos que antes se veían por el área.