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Oszlak: 'Gobierno abierto' requiere cambios en los empleados públicos

El investigador argentino, Oscar Oszlak, reconoció el miercoles que el modelo de Gobierno Abierto, que prioriza la transparencia y la participación ciudadana, aún permanece como una utopía a nivel mundial. Los avances en esa dirección requieren de modificaciones profundas en las estructuras burocráticas gubernamentales, lo cual incluye una reforma de la labor del sector público.

El también catedrático comentó a NotiCel, durante su visita a la isla esta semana, que el modelo de democracia delegativa no está obsoleto pese a los fracasos que ha demostrado en la falta de inclusión y representatividad ciudadana. Más bien se trata de ampliar el radio de acción para que la ciudadanía se empodere como coproductores de política pública, así como coproductores de bienes y servicios.

'Las políticas públicas se benefician del conocimiento colectivo. Lo que pasa es que hay que organizarse para eso', comentó quien se ha dedicado a estudiar las relaciones entre el Estado y la sociedad civil desde la academia.

El nivel de organización implica toda una reformación de la gestión pública. La estrategia consiste en crear nuevas reglas de juego en la relación gobierno-ciudadanía para que los empleados puedan, no sólo escuchar a los ciudadanos, sino responder a sus propuestas, rendirles cuenta y aceptarlos como coproductores.

El concepto pudiera parecer abstracto, pero ya otros gobiernos han tomado rutas en esa dirección.

En Brasil, por ejemplo, el gobernador de Río Grande del Sur implementó una iniciativa de democracia virtual denominada 'Gabinete Digital', donde las personas tienen la oportunidad de presentar y votar por sus propuestas favoritas, así como hacerle preguntas directamente a los funcionarios. La consulta más reciente sobre Seguridad en el Tránsito registró unas 2,000 propuestas y alrededor de 240,000 votos. De esas, el gobierno priorizódiez de entre las que más votos recibieron.

El gran reto del Gobierno Abierto, según Oszlak, debe ser encontrar formas eficientes para discriminar entre la gran masa de propuestas e información que puede estar circulando para así transformar un conjunto de datos en conocimiento valioso.

Para ello, existe programación que permite la detección de anomalías, la asociación, clasificación y síntesis de la información.

No necesariamente se requiere de una expansión del sector público, sino de una modificación en el contenido de su labor.

En 2011 se creó la Alianza de Gobiernos Abiertos para comprometer a los gobiernos con la promoción de la transparencia, la capacitación de la ciudadanía, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de la gobernabilidad.

Ya 63 países han adoptado la declaración. En total, se han presentado sobre 1,000 compromisos para hacer que sus gobiernos sean más transparentes y responsables, según lo establecen en su portal electrónico.

La participación en la alianza resulta atractiva para los gobiernos que se quieren proyectar con credibilidad ante la ciudadanía, pero los avances se empezarán a notar solamente si se emplean los mecanismos para obligarlos a cumplir con sus planes de acción.

'Tal vez se están metiendo en un caballo de Troya porque si la alianza empieza a forzar a los gobiernos a que cumplan con los compromisos va a hacer otro cantar. Tendrán no solamente que escuchar, sino también que responder', comentó Oszlak.

Lamentablemente, a juicio del profesor, 'el secreto sigue dominando la burocracia estatal'. Nadie quiere desprenderse de la información porque la información es poder. Las autoridades resienten las exigencias de transparencia y acceso a la información porque creen que al compartirla están debilitando su poder. Esta contraposición de visiones - entre un gobierno abierto y un gobierno receloso con la información - trae repercusiones a nivel civil. 'El estado es fundamentalmente el factor que modifica conciencias a través de su accionar. Por eso hablo del gobierno como un espejo'.

El cambio de mentalidad no se consigue, según Oszlak, a través de una política pública, sino a través de una acción permanente.

“Las políticas públicas se benefician del conocimiento colectivo. Lo que pasa es que hay que organizarse para eso”, dijo Oscar Oszlak. (Josian Bruno Gómez/NotiCel)
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