Costosa lucha contra la marihuana
Celebrando la tradicional Noche de San Juan, poco sabía que esa madrugada su vida cambiaría para siempre.
Rodeado de amistades y ante una ausente supervisión adulta, el preadolescente de 13 años de edad probó marihuana por primera vez cuando uno de sus amigos la ofreció a todos los presentes sin tapujo alguno. Dicha elección incidentalmente posicionó a Edgardo Perez (nombre ficticio) en el centro de un debate que actualmente se discute constantemente en Puerto Rico.
Como Pérez, quien a sus actuales 20 años de edad reconoce que comenzó a fumar en una etapa muy temprana de su adolescencia, miles de otros jóvenes y adultos consumen marihuana diariamente para uso tanto recreacional como medicinal. Ante la vigente visión punitiva del Estado, los consumidores del cannabis se exponen a fuertes sanciones criminales de ser encontrados culpables de poseer la sustancia controlada por un tribunal. Además, se enfrentan a un panorama precario de exclusión social al ser tildados de drogadictos y criminales.
Con la decadente situación económica que vive el país, el considerable aumento en las últimas dos décadas de la criminalidad, y la derrota del gobierno en la llamada 'Guerra contra las drogas', es meritorio continuar con las mismas políticas que castigan severamente al usuario de marihuana con encarcelamiento? Es necesaria la búsqueda de nuevas alternativas para lidiar con estos problemas?
Según dos expertos del tema, estamos tarde.
Costosa lucha económica y social
Al momento de ser procesado criminalmente un imputado de posesión simple y no violenta de marihuana, ya se ha puesto en marcha todo un andamiaje judicial cuyo costo aproximado fluctúa entre los $30 mil y $40 mil por persona imputada, según datos de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA).
Como explica el licenciado José A. Rivera Jiménez, la manera en la que se manejan los casos por posesión de marihuana son, en primera instancia, un mal gasto de fondos públicos por parte del gobierno. De igual forma, el también maestro y fundador del colectivo activista a favor de la legalización de la marihuana Free-Juana, enfatizó los últimos datos del Departamento de Corrección y Rehabilitación. Estos establecen que una persona confinada le cuesta al erario $40 mil por confinado, por año, adicionales al gasto incurrido para su procesamiento criminal.
'Una persona en la cárcel por un cinco de pasto nos puede costar a nosotros $120 mil (en un año), sin contar el factor social de la persona. Qué hacemos con esta persona? Lo sacamos de su casa. Le dañamos el récord penal. Le prohibimos ganar ingresos. Ese récord no le va a permitir conseguir empleo. (Además) lo exponemos a todas las drogas porque sabemos, y está documentado, que en todas las cárceles hay tráfico de todas las drogas', explicó Rivera Jiménez.
Esta opinión también la comparte el senador popular por el distrito de Guayama y autor de un proyecto legislativo que propone la despenalización de la marihuana en Puerto Rico, Miguel A. Pereira Castillo. Para el legislador, el costo monetario para combatir el trasiego y uso de drogas no se justifica ante el ahorro que significa un enfoque salubrista.
'Nosotros sabemos desde como el 1990 (según los datos de un estudio independiente) que perdemos más de la mitad de cada dólar que invertimos en ‘law-enforcement' [sic], en torno a las drogas, y generamos una ganancia de siete dólares por cada dólar que utilizamos en tratamiento y en mejoras social. Cómo es que nosotros insistimos en seguir botando nuestro poco dinero? Pues... miedo', dijo el reconocido servidor público.
'Lo que sí me aterroriza es la Policía'
Edgardo Pérez, estudiante universitario y usuario de marihuana, también siente miedo. Y mucho.
Pérez entiende la amenaza que representa para él la Policía mientras utilice la droga que, según relató, le causa relajación mental y física.
'Todos los días me expongo a ese peligro. Siempre estoy cargando con el material y mi peligro es que algún día un policía me pare, haya un olor peculiar en el carro y ahí me pueda chavar [sic]', explicó el también empleado a tiempo parcial de un negocio de San Juan.
'Lo que si me aterroriza (es) la Policía', recalcó.
Según el artículo 404 del Código Penal, es ilegal la posesión de una sustancia controlada. Toda persona que viole esta ley incurrirá en delito grave y será castigada con pena de reclusión por un término fijo de tres años.
El senador Pereira Castillo, quien fungió como fiscal estatal y federal, director de la Autoridad de Puertos, secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación y superintendente de la Policía previo a su llegada a la Legislatura, dijo que su cambio de postura sobre la marihuana responde a que 'llega un momento en la vida de una persona que se da cuenta que la estructura de castigo está fuera de proporción al daño que hace la conducta'.
Incluso, Pereira Castillo, ante la críticas que ha recibido por su oposición al actual estado de derecho, insistió que nunca ha usado marihuana.
'Yo no tengo interés en fumar marihuana... pero yo he metido un montón de gente presa por poseer marihuana. Esto no es justo, no es proporcional', destacó.
Por tal razón, el legislador presentó el pasado 16 de abril de 2013, el proyecto del Senado número 517. Dicha medida legislativa, de ser aprobada en la Cámara de Representantes y posteriormente firmada por el gobernador, enmendaría el artículo 404 del Código Penal para establecer que la posesión de 14 gramos o menos de marihuana, para uso recreacional, sea sancionable con una multa que no podrá exceder de $100.
El proyecto también especifica que una segunda infracción sería sancionada con una multa de $200 y el tribunal pudiera referir al imputado a ASSMCA, si lo entiende necesario. Una tercera o subsiguiente infracción sería castigada con multa de $300 y el tribunal deberá ordenar que la persona sea evaluada por ASSMCA a los fines de auscultar la necesidad de tratamiento.
La educación: factor determinante para el progreso
El licenciado Rivera Jiménez, quien ha estado directamente envuelto en el cabildeo a favor de la mencionada medida legislativa, aclaró que 'la decriminalización trabaja el aspecto social y económico de cómo nosotros enfrentamos el problema de la droga'.
'La prohibición no funciona. Funciona la educación', acotó.
Como ejemplo, Rivera Jiménez utilizó el cigarrillo. Siendo una sustancia sumamente perjudicial para la salud y altamente adictiva, es totalmente accesible para cualquier adulto.
'Aun bajo ese panorama tan abierto y tan expuesto, hemos logrado que menos del diez por ciento de la población mundial fume. Por qué? Porque nos hemos educado', sentenció.
'El (proyecto) 517 lo ganamos por un voto en el Senado. En la Cámara no tenemos los votos todavía. Pero seguimos educando. Si tu observas la opinión pública desde que comenzó la presentación del 517 el año pasado, te vas a dar cuenta de que hay una evolución radical en las posturas que tenemos sobre el tema de la marihuana', mencionó el letrado.
Igualmente, Edgardo Pérez manifestó que 'en la época que estamos, hemos estado siendo un poquito más liberales en el contexto no solo de la marihuana sino de otros temas, como la homosexualidad. Pienso que ahora más gente se está abriendo el tema. Son muchos los usuarios (unas 500 mil personas aproximadamente, según informó el diario Primera Hora el pasado mes de septiembre) que les favorecería que se comiencen a hacer pasos positivos con la marihuana, ya sea despenalizar, uso medicinal o legalizarla'.
A pesar de las posturas optimistas de los entrevistados, lo cierto es que aun existe gran resistencia al cambio en las leyes que rigen la marihuana. Una encuesta realizada el pasado mes de noviembre por el periódico El Nuevo Día mostró que sobre el 70 por ciento de la población aun rechaza cualquier tipo de medida que busque despenalizar, medicalizar o legalizar la planta pero, inclusive con la férrea oposición al tema, se han logrado importantes pasos a favor de las reformas.
'Hemos logrado mucho. El Gobernador dijo que la firmaba y lo primero que dijo era que jamás eso iba a pasar', dijo el senador Pereira Castillo.
'Gandhi dijo algo cómo: primero se van a burlar de ti. Luego se van a reír de ti. Y eventualmente, tu ganarás. Pero este no es mi triunfo. Ese no es mi empeño. Yo quiero que el país gane... que desarrolle una política social más a tono con la vida que vivimos y más justa con nuestros ciudadanos. Eso es todo', concluyó.