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Cómo se investigó el asesinato del niño Lorenzo (vídeo)

El Departamento de Justicia de Puerto Rico detalló hoy, martes, una cronología de la investigación que culminó con la acusación y causa para juicio contra Luis G. 'El Manco' Rivera Seijo por el asesinato del niño Lorenzo González Cacho.

A continuación reproducimos la misma, a un día de que se cumpla el sexto aniversario de su muerte.

8 de marzo de 2010: Luis Gustavo Rivera Seijo es excarcelado por error de la cárcel de Sabana Hoyos de Arecibo, en la que se le había ingresado por el asesinato de Oscar Pacheco García. Este llega al pueblo de Dorado mediante transportación provista por familiares de otro reo excarcelado.

9 de marzo de 2010: Lorenzo Ahmed González Cacho es llevado al Centreo de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Dorado donde fue declarada su muerte. Por lo que narra la señora Ana Cacho, su hija menor (Ana Cristina) la despierta a gritos diciéndole que Lorenzo la había mojado con sangre. La madre infiere que el niño se cayó de la cama. Desde el CDT se llama a la Policía.

El agente Jaime Cruz del Cuartel de la Policía de Dorado llega a la residencia de Lorenzo, ubicada en la urbanización Dorado del Mar, a las 6:00 a. m. para custodiarla, en espera del Instituto de Ciencias Forenses y la fiscal de turno, Mariela Santini quienes llegan al lugar a eso de las 9:00 a. m. Se levanta evidencia, incluyendo fotos, vídeos y ropa de cama donde durmió Lorenzo. Se entrevista a Cacho y a una hermana de Lorenzo.

El doctor Carlos Cháves del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) practica autopsia y comunica a Fiscalía la causa de muerte, indicativa de homicidio. Agente policíaco asignado al caso le comunica a la señora Cacho que la muerte no fue accidental.

10 de marzo de 2010: ICF regresa a la escena en compañía de la fiscal Wanda Casiano, directora de la Unidad Especializada de Violencia Doméstica, Delitos Sexuales y Maltrato a Menores, la fiscal Santini y los agentes Maldonado y Elías. Se documenta la escena mediante informe, fotos y vídeos y se localiza en el patio de la residencia una bolsa que contiene los documentos de excarcelación de Luis Gustavo Rivera Seijo, un cepillo de dientes y pasta dental.

15 de marzo de 2010: Ana Cacho fue citada a la Fiscalía de Bayamón para entrevista con la fiscal Wanda Casiano. Cacho estuvo acompañada de dos abogados y la fiscal Casiano le hizo advertencias de ley. La señora Cacho se negó a declarar por recomendación de sus abogados. En ese momento fue oficialmente declarada como sospechosa. Explicó posteriormente que se negó a declarar porque ya en la prensa se le había señalado como tal.

23 de marzo de 2010: Rivera Seijo fue arrestado nuevamente y devuelto a prisión, 14 días luego de la muerte del niño Lorenzo. Fue entrevistado en la División de Homicidios de Bayamón.

8 de abril de 2010: Rivera Seijo es entrevistado nuevamente por agentes de la Policía e indica haber estado alrededor de las 2:30 a. m. en el establecimiento Burger King cercano a la residencia de Lorenzo, versión que se corrobora con el testimonio del gerente del lugar.

Finales de marzo de 2010: el entonces superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, solicita la cooperación del Negociado de Investigaciones Federales (FBI) en la investigación.

6 de junio de 2010: Cacho asiste a las oficinas del FBI para solicitar asistencia en la investigación y el agente John Morales, junto a su supervisor Amado Vega, la entrevistan. Cacho provee su versión de los hechos y establece no haber participado del asesinato del niño, desconocer quién perpetró el acto o estar protegiendo a persona alguna.

6 de agosto de 2010: Rivera Seijo es llevado por oficiales del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) a las oficinas del FBI. Allí es entrevistado por dos agentes de la agencia federal. Luego de firmar las advertencias de ley que se le proveyeron por escrito y al ser confrontado con incongruencias con su testimonio, este comienza a admitir su participación en el asesinato de Lorenzo, narra con lujo de detalle el móvil de escalamiento, describe la escena y la utilización de un arma punzante. Admite que a su salida de la residencia salta sobre un muro y es cuando se percata que se le cae la bolsa que llevaba con sus documentos. Realizó una declaración de su puño y letra aceptando la responsabilidad de la muerte de Lorenzo.

Como parte de la investigación, los agentes del FBI trasladan a Rivera Seijo a la urbanización Dorado del Mar y la descripción de la casa y su contenido validan la confesión, así como otra residencia cercana en la que alega haberse ocultado luego de los hechos.

FBI comunica a Justicia los hallazgos y ofrecen la tecnología de triangulación de celulares. Indican por igual que no hubo reacción de las autoridades locales. La agencia federal sale de la investigación.

Entre 2011 y 2012: la Fiscalía local y los agentes asignados al caso investigan otras teorías y ángulos que sugieren participación de otras personas en la muerte del menor. Se deja de considerar sospechoso a Rivera Seijo.

Marzo 2013: por pedido del entonces secretario de Justicia, Luis Sánchez Betances, se reanuda la cooperación del FBI con la investigación. El 13 de noviembre se entrevista a Rivera Seijo en el hospital de siquiatría forense por agentes y un poligrafista del FBI, el agente Simón Rosa, en presencia del sicólogo del hospital, Ángel Luis Fontán Ortiz y la trabajadora social, María Isabel Pereira Calderón. Se le hacen las advertencias en ley y admite haber entrado a la casa, pero nada dice sobre el asesinato de Lorenzo.

26 de enero de 2014: Rivera Seijo es entrevistado por agentes del FBI en la urbanización Dorado del Mar en la que también participa el agente Simón Rosa. El sospechoso narra lo sucedido, demuestra a los agentes sus movimientos por la residencia e indica que no se debe culpar a otras personas inocentes. La entrevista se hizo dentro de la residencia de Cacho.

15 de octubre de 2014: por petición del secretario de Justicia, César R. Miranda, Rivera Seijo es entrevistado nuevamente por el FBI, con la participación del agente Simón Rosa, la fiscal federal María Domínguez y otros agentes de la agencia federal. Se le hicieron las advertencias de ley y Rivera Seijo renunció a su derecho a no auto incriminarse. Indica haber asesinado a Lorenzo con un cuchillo que extrajo de la cocina de la residencia, al percibir que este había despertado y se había percatado de su presencia.

Diciembre 2014: se crea un grupo de trabajo en diciembre de 2014 integrado por los fiscales María Christine Amy, Jan Mangual, Aracelis Pérez, Mari Carmen Rodríguez y Mario Rivera Géigel.

Hubo un año completo de reinvestigación. Se comenzó de base cero, reconstruyéndolo todo. Se tomaron nuevas muestras; se hicieron pruebas periciales de ADN, se reconstruyó el esquema de salida del agresor de la casa a base de las fotografías de manchas de sangre. También, se entrevistaron a alrededor de 120 personas en este caso -algunas en más de una ocasión- participaron unos 36 agentes del FBI en Puerto Rico y en Estados Unidos, los agentes de Homicidios (Policía), y unos 10 fiscales.

Finales 2015: No se radicaron cargos contra Rivera Seijo por las pruebas mitocondriales de cabellos levantados que fueron realizadas en Estados Unidos que tomaron largo tiempo en completarse.

8 de marzo de 2016: un magistrado del Tribunal de Bayamón encuentra causa contra Luis Gustavo Rivera Seijo por el asesinato del niño Lorenzo.

(Juan Costa/NotiCel)
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