Más allá de una audaz misión para electrificar el casco urbano de Adjuntas completamente con energía solar, la organización ambientalista Casa Pueblo realmente persigue algo aún más atrevido: poner en manos de la sociedad civil el control de la energía que se genera y se consume con el fin de reducir el costo de la luz.

Este movimiento que impulsa Casa Pueblo mediante la autogestión y la responsabilidad social no procura apoyo alguno desde el gobierno y tampoco reconoce las metas consignadas en un marco regulatorio energetico recien aprobado que promete el 100% de la energía generada será renovable para el 2050.

'A eso nos aprestamos, hacer un reclamo por una transición a fuentes de energía renovables ahora. No en el 2050, ahora. Y si no lo hace el gobierno lo vamos a hacer nosotros, estamos marcando el tempo', manifestó el director asociado de Casa Pueblo, Arturo Massol Deyá, durante una rueda de prensa desde los estudios de la emisora Radio Casa Pueblo.

Ese marcar del tiempo comenzó a martillear con la Marcha del Sol en Adjuntas, una actividad convocada por Casa Pueblo para comenzar a mover el interes entre ciudadanos por la transición individual hacía la energía solar. Como primeras movidas, dieron a conocer la creación de lo que sería la primera red virtual de energía en la isla -generación, almacenamiento y distribución de energía- en el casco urbano del pueblo.

Unos 40 comerciantes ya están a bordo con la iniciativa con el fin de hacer una inversión que reduzca los costos de energía de los negocios para dar nueva vida económica al casco urbano. A traves de la propuesta Cooperativa Energetica Adjunteña, estos negocios podrían estar en posición de pagar una tarifa de entre 12 y 17 centavos el kilovatio hora y cuyo pago iría dirigido al mantenimiento de la red y para un fondo dirigido a sufragar instalaciones de equipos solares en hogares de escasos recursos.

'Somos un componente amplio. Somos pequeños comerciantes, pero somos el corazón económico de este pueblo de Adjuntas. Más del 50% de la empleomanía de este pueblo la controlamos nosotros y a base de eso queremos hacer la diferencia', explicó Gustavo Irizarry, presidente del comite timón de comerciantes que impulsa la creación de la cooperativa energetica. Para principios del próximo mes, Irizarry confía tener toda la documentación requerida para establecer esta nueva institución energetica.

Durante ese compás de espera, el plan de Casa Pueblo para el casco urbano sigue en moción con el apoyo de un trio de organizaciones beneficas con roles definidos y que comparten las mismas aspiraciones energeticas. La Fundación Honnold, que apoya esfuerzos solares como los de Casa Pueblo mediante subvenciones; la empresa californiana Rivian, que suplirá baterías de última generación; y la fundación Empowered by Light que provee los recursos para la instalación de equipo y el diseño de la minired.

Según Massol, para finales de este año podrían estar en posición de comenzar a operar la minired en el casco urbano. Lo que resulte a partir de ese momento podría llegar a servir como inspiración para esfuerzos similares en otros municipios del centro de la Isla, reduciendo costos energeticos para comerciantes y posibilitarles un divorcio de las facturas de la Autoridad de Energía Electrica (AEE) o su futura sucesora.

'Si los comerciantes, si la comunidad se organiza y decide tomar control de su destino energetico, aquí hay un modelo. Aquí hay un referente que se puede repetir en otras partes del país para que entonces, desde abajo hacia arriba, impulsemos la transformación energetica que necesita este pueblo', argumentó Massol Deyá.

En el caso de la minired de Adjuntas, según explicó el director asociado de Casa Pueblo, todos los componentes de ese sistema serían completamente ajenos a los de la AEE. Dado a que es la corporación pública quien mantiene y mantendrá la titularidad de las líneas de distribución y transmisión, Massol Deyá explicó que la cercanía física entre negocios les facilitará una conexión entre ellos, por lo que no utilizarían los cables de la AEE.

La AEE no tiene rol alguno dentro el propuesto movimiento impulsado por Casa Pueblo. Para Massol Deyá, los esfuerzos recientes para introducir el gas natural en las centrales generatrices con el fin de privatizarlas distan con la propuesta meta de renovables a largo plazo y plantea una narrativa insostenible el decir que se trata de una transición temporera y no permanente.

'Pero como ya estamos cansados de promesas, de mentiras, de que el gobierno monte y establezca metas que jamás cumple para inmovilizar la transformación y los cambios, nosotros no nos vamos a dormir. Nosotros estamos haciendo y esto que está ocurriendo en el día de hoy y ese reclamo colectivo es precisamente que el país ya no confía en sus políticos', sostuvo Massol Deyá.

'Nosotros tenemos que tomar control propio de nuestro destino y lo estamos haciendo desde la escala comunitaria, ahora en escala de municipio y esperamos que siga expandiendose esa onda', añadió.