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‘Contact tracing’: ¿cómo funciona?

Conoce más del sistema de rastreo del COVID-19.

Los CDC recomiendan usar mascarillas o cubiertas de tela para taparse la boca y la nariz como una medida para evitar el contagio del coronavirus.
Foto: Nahira Montcourt

El término ‘contact tracing’ forma parte de una serie de términos que han ganado popularidad desde que comenzó la pandemia de COVID-19.

Casi de la mano con los términos “distanciamiento social” y “aplanar la curva”, el ‘contact tracing’ o rastreo de contactos es una expresión que ya forma parte de nuestro día a día y que se presenta como una estrategia indispensable en la batalla mundial que se lleva contra la virulenta enfermedad que arropó al mundo en un abrir y cerrar de ojos.

En Puerto Rico, particularmente, se ha debatido el deficiente manejo de este sistema de rastreo, así como la inconsistencia en los números reportados de contagiados, sospechosos y muertes a causa del coronavirus.

Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos consideran el seguimiento de contactos como parte del proceso de apoyo a pacientes que se sospecha que están contagiados o aquellos que ya están confirmados.

Pero, ¿qué es exactamente el ‘contact tracing’? y ¿cómo funciona ese método que ayuda a controlar la epidemia? Para decirlo de manera sencilla, es el proceso de identificación de posibles personas contagiadas. Exige algo de labor detectivesca. Requiere también de un equipo de personas encargadas de entrevistar a los hombres y mujeres que han sido diagnosticadas para averiguar con quién estuvieron en contacto durante el periodo infeccioso y para establecer comunicación con ellos. De esa forma, les advierten que pudieron haber estado expuestos al peligroso, y les alientan a ponerse en cuarentena durante 14 días para evitar la propagación de la enfermedad.

Sin embargo, no es un trabajo que cualquiera puede realizar. Las guías de los CDC establecen unos requisitos bastante específicos para las personas a cargo de este trabajo.

El ‘contact tracing’ requiere de personas adiestradas, que bajo supervisión, ofrezcan a pacientes y contactos acceso a herramientas de apoyo social y médico, según los CDC. Entre las capacidades que debe tener el personal a cargo de este rastreo, también destacan que deben ser muy conscientes de la importancia de la confidencialidad del paciente, comprender los términos y principios médicos de la enfermedad, contar con sensibilidad y habilidad interpersonal, así como ingenio para localizar pacientes y contactos que pueden ser difíciles de identificar o reacios a entablar conversación.

El número de integrantes del equipo de trabajo varía conforme a una serie de factores que incluyen, el número diario de casos y el número de contactos identificados. La rapidez con que se aíslan los pacientes, se notifica y se aconseja a los contactos que se queden en casa también incide en el tamaño de los equipos de rastreo.

Identificar contactos y garantizar que no interactúen con otros es fundamental para proteger a las comunidades de una mayor propagación. Si las comunidades no pueden aislar eficazmente a los pacientes y garantizar que los contactos puedan separarse de los demás, es probable que la propagación comunitaria de COVID-19 aumente hasta el punto de que se necesitarán nuevamente estrategias estrictas de mitigación para contener el virus, especifican los CDC.

Entre las prioridades del rastreo se deben encontrar los centros de atención y hogares de ancianos, o cualquier otro que reúna a muchas personas en una sola vivienda. Por ejemplo, refugios para desamparados, instalaciones correccionales o viviendas multigeneracionales. Además, es importante evaluar las interacciones entre los residentes y todo el personal, incluidos, entre otros, los coordinadores de actividades, el personal de servicio de alimentos y los de mantenimiento.

Entre los mayores desafíos de esta estrategia se encuentra separar a la persona contactada de su entorno familiar y el éxito dependerá, en gran medida, de las facilidades de vivienda con la que cuente. Es decir, requiere de una habitación separada, con baño y mantener esa distancia del resto de su gente.

Las agencias de salud pública deberán monitorear algunos componentes claves para mejorar el desempeño y uno de esos factores es el seguimiento de esos casos contactados, algo que hasta hace poco parecía no hacerse en Puerto Rico.

Otro gran reto que enfrenta la isla es que este sistema de monitoreo deberá estar vinculados con pruebas oportunas, servicios clínicos y sistemas de datos ágiles, para facilitar la transmisión electrónica en tiempo real de datos de laboratorio. Hasta hace unos días, el sistema de conteo de casos en Puerto Rico mostraba serias fallas, que llevaron a reajustes en el número de casos de personas contagiadas.

El Secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, aceptó recientemente que la agencia estaba contabilizando los casos de manera errónea, ya que contaban los números de pruebas realizadas con diagnóstico positivo y no los pacientes. Solo esta falla hizo que se contaran 383 casos de más.

Periodista con más de 20 años de experiencia en temas de espectáculos, arte y cultura, tanto para el mundo de los impresos y como para el digital. Egresada de la Universidad de Puerto Rico, fanática de las novelas y de los cuentos de su hija.