Contaminado y decepcionante. Así describió Carmen Rijos el procedimiento que se llevó a cabo en el Tribunal Federal del Viejo San Juan contra sus hijas, Áurea y Marcia Vázquez Rijos, quienes fueron sentenciadas a cadena perpetua por ser conspiradoras del asesinato del empresario canadiense, Adam Anhang.

En el proceso de juicio de las hermanas, el tercer hijo de Rijos, Charbel Vázquez Rijos, tambien fue imputado y próximamente enfrentará cargos por obstrucción a la justicia, intervención indebida con un testigo, y encubrimiento de fugitivo debido a acciones que tomó mientras su hermana Áurea estaba en Europa, prófuga de las autoridades federales.

'Yo crie a mis hijos de muy buenas costumbres, ¿para que vengan a parar a esto?', lamentó Rijos al salir del tribunal.

Según Rijos, el trato recibido por sus hijas por parte de la justicia --en este caso las autoridades federales-- fue decepcionante y constitutivo de una 'persecución familiar'. Incluso, repitió parte de lo que su hija Áurea dijo en corte referente al padre de Anhang, al llamarle acosador y le acusó de valerse de publicistas para destruir su imagen.

'Para mí ha sido bien decepcionante que la justicia haya actuado de esa forma. Ella tuvo un juicio mediático, eso está hecho, pero quien hizo esto fue Abraham Anghan, ese señor fue quien lo hizo porque el fue un delincuente. Él a cada uno de nosotros preparó un caso, no me cogió a mi de milagro', exclamó Rijos a la prensa luego de la vista.

La muerte violenta de Anhang ocurrió en las calles de la ciudad amurallada en septiembre de 2005, cuando el hombre y Áurea, su entonces esposa, salieron de una cena para cuadrar su divorcio. Luego, fueron interceptados por un hombre que acuchilló a Anhang hasta matarlo. En octubre de 2018, un gran jurado encontró culpables a las hermanas Vázquez Rijos y a Jose Ferrer Sosa, exnovio de Marcia, por conspiración para asesinar al empresario y cobrar una fortuna de ocho millones de dólares.

'Para mí mis hijas son inocentes. Estoy segura que son inocentes. Que se pongan a investigar, ¿o que pasa aquí? Aquí hay justicia para algunas personas con mucho dinero, pero para otras no. El pobre de la calle se lo lleva quien lo trajo. A Fulano y Sutano, olvídese', añadió Rijos.

De acuerdo a la madre, el juez Daniel Domínguez estuvo 'contaminado'. 'El juez está contaminado totalmente, en la actitud del juez se ve clara. El que no tiene ojo, pues que no vea', aseguró.

Durante la vista, Áurea leyó un mensaje escrito desde el pasado lunes, en el cual apuntó hacia su suegro y se reafirmó en su inocencia. En su alocución, manifestó en un tono alto y lloroso que estaba cansada de la opinión pública, porque si lloraba estaba mal, y si no lo hacía, le decían fría.

'Yo soy inocente y el tiempo lo dirá', finalizó Áurea.

Tras escucharla, el juez Domínguez le dijo que le creía a la decisión del jurado, la cual la encontró culpable, y no a ella.