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Expareja de empresaria asesinada llevó su hijastra a la oficina de abogados de la imputada

Se le radicó una orden de protección.

Juan Pérez Colón, quien fuera pareja de la empresaria asesinada en Guaynabo, llevó a una de sus hijastras a la oficina del abogado de Keishla Pérez Bigio, a quien se le imputa junto a otros dos individuos la autoría del incidente violento.

Al hombre —quien no está imputado en el caso de asesinato— también se le señaló como agresor de Padilla Romero en al menos una ocasión y se expuso que sobre él pesa una orden de protección en relación a las hijas de la empresaria. Además, enfrenta una alegación de maltrato, bajo la Ley 246, y otra por impedir la comparecencia o persuadir la incomparecencia de la menor como testigo, asuntos radicados el pasado 3 de febrero.

Estas revelaciones surgieron en el marco de la vista preliminar contra Pérez Bigio y William Alexis Avilés González, en la cual testificó la joven de 17 años, hija de la víctima y quien se encontraba en el vehículo con su madre al momento de los hechos.

“Se solicitó una orden de protección para la menor, pero esa información creo que deben preguntarle a los fiscales de maltrato a menores”, indicó la fiscal Lisette Sánchez Vázquez.

La fiscal no quiso contestar si la menor de edad se encuentra bajo la custodia del Departamento de la Familia. La joven es la hija mayor de la empresaria y se encontraba junto a ella y su hermana, de ocho años, en el vehículo en que se reflejaron los hechos.

Mientras la empresaria conducía por la carretera PR-177 junto a sus dos hijas el pasado 30 de septiembre, un vehículo se le acercó y comenzó a dispararle a corta distancia. Según agentes del Negociado de la Policía, la víctima tenía varios impactos de bala en la cabeza y el brazo izquierdo, pero las niñas resultaron ilesas.

En horas de la mañana, familiares de la víctima presentes en el tribunal indicaron que notaban que las menores estaban distantes, lo cual era inusual y por lo que entendían que sucedía algo extraño. En una vista anterior, los familiares denunciaron que no habían tenido la oportunidad de hablar con las niñas.

En sala, la joven reiteró que desde los sucesos se encontraba en la misma vivienda con su padrastro y no mantenía comunicación constante con su padre biológico “porque yo no quería problemas con Juan”. Su padre biológico reside en Vieques y, desde el 30 de septiembre, lo ha visto en tres ocasiones y ha hablado con él por teléfono en igual cantidad de veces.

Pérez Colón es el padre de Pérez Bigio y dueño de las empresas que Padilla Romero administraba y fungía como “secretaria, archivaba, hacía los cheques y también hacía cosas de contable”, según el testimonio de la joven.

A preguntas de la también fiscal Jessika Correa, la testigo mencionó que estaba consciente de un rumor en la empresa, difundido por la imputada, de que Padilla Romero le era infiel a Pérez Colón con uno de los empleados del negocio. En una ocasión, según la testigo, su padrastro agredió a su madre. 

Por otra parte, la joven declaró que, luego de prestar su declaración jurada ante la fiscalía el 12 de noviembre, su padrastro la llevó al edificio de uno de los abogados de Pérez Bigio. 

La identidad del abogado no fue revelada, ya que la representación legal de la imputada se compone de cuatro licenciados. Al salir de sala, ninguno de los abogados —ni los que representan a Avilés González— quisieron comentar sobre el asunto.

La prensa les increpó en repetidas ocasiones sobre cuál era la oficina a la que se hizo referencia en sala, ubicada cerca del Tribunal de Primera Instancia de Bayamón y el restaurante Los Pollitos.

Durante la vista, que transcurrió desde la apertura del tribunal hasta su cierre, la joven afirmó que la imputada y su madrastra habían tenido al menos tres confrontaciones previo al incidente del 30 de septiembre, en gran medida porque Padilla Romero afirmaba que Pérez Bigio no era hija biológica de Pérez Colón.

A Pérez Bigio y a Avilés González se les imputan cargos por asesinato, tentativa de asesinato, violaciones a la Ley de Armas y riesgo a la seguridad u orden público al disparar un arma de fuego.

Relacionado a este caso también está implicado Luis González Martínez, quien había renunciado a su vista preliminar tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía. Como parte del acuerdo, se le archivarían algunos cargos y se le rebajaría la condena.

KeishlaPérez Bigio, acusada por el asesinato de su madrastra, la empresaria HildaPadilla Romero. (Juan R. Costa/NotiCel)

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