Terapia viral o asesino en serie
Hace siete años me extirparon un tumor cerebral del tamaño de una cereza, un Oligodendroglioma Who 3 alojado en el lóbulo temporal izquierdo que controla el lenguaje. Hacía más de una decada que la Clínica Mayo había logrado extirpar estos tumores con el paciente despierto para que la remoción se llevara a cabo sin dañar ninguna porción del cerebro que pudiera comprometer la posibilidad de hablar y comprender el lenguaje. Fui operada en el hospital MD Anderson (Houston, Texas), donde además de realizarse una patología con un pedacito del tumor, se me preguntó si quería donarlo para la experimentación. Sin tener demasiada idea de que tipo de experimentos estuvieran ellos realizando en ese momento, y segura de que mi tumor no sería pieza de ningún hermoso museo, done mi pedazo de 'cereza' cancerosa para el fructífero cultivo de la ciencia.
El resultado de la patología fue alentador pues hacía apenas tres o cuatro años que a partir de experimentos realizados con tumores donados por otros pacientes de cáncer, se había descubierto que el oligodendroglioma era causado por elisiones en el cromosoma 1p o el 19q, siendo el único glioma que podía ser tratado con cirugía y quimioterapia sin necesidad de seguimiento con un tratamiento de radioterapia. Mi tumor canceroso mostraba elisión en el cromosoma 1p y 19q. Sería tratada con quimioterapia por el espacio de un año, con examen de Resonancia Magnética del cerebro (MRI) cada tres meses para corroborar que no se desarrollara otro tumor y con el aviso cauteloso de que de darse una recidiva, no tendría mas remedio que someterme a un tratamiento de radioterapia pues ya se había empleado en mi tratamiento la única quimioterapia disponible: Temozolomide (Temodal).
El problema de los tumores en el cerebro es que están enraizados de tal manera que a veces son inoperables. De ser probable la extirpación mediante cirugías, se requiere sumo cuidado para evitar dañar conexiones cerebrales. La quimioterapia y la radioterapia ayudan a lidiar con restos cancerosos post cirugía. No hay que imaginar un tumor cerebral como si fuera un objeto independiente o autónomo, sino como un rizoma con difícil separación entre el adentro y el afuera. El Temozolomide (Temodal) es sumamente costoso y la radioterapia, como la quimioterapia, tiene la desventaja de fulminar a veces células cancerosas y células sanas, lo cual no es nada alentador para una profesora de literatura para quien un rayito fuera de sitio pueda dejarla sin habla o peor aún, sin comprensión de las palabras.
Después de haber padecido de afasia y recuperar el español y el inglés con la ayuda de diccionarios y 'pictionaries' para niños de tres años dándole la vuelta al francés aprendido a los 19 años en la UPR-RP, la radioterapia no era para mí la opción más alentadora del mundo. Quien sabe que otra conexión desaparecería para siempre de mi cerebro y que contorsión neurológica volvería a reinventar mi lengua materna y segunda lengua (español e inglés, respectivamente), quizás a partir del rudimentario conocimiento del latín, el portugués o el italiano! Ni hablar de las frustraciones sufridas por pacientes monolingües con tumores cancerosos en el lóbulo temporal izquierdo que controla el lenguaje! Su recuperación del habla y la comprensión del lenguaje implican volver prácticamente a la infancia, aunque con la intensa ayuda de terapistas del habla y sicólogos pueden salir de la depresión profunda que provoca sentirse verbalmente incomunicado con el mundo.
Afortunadamente, existen en este momento 'pruebas clínicas' o tratamientos experimentales para tumores inoperables y recidivas (aquellos casos en que vuelven a salir tumores después de la operación a pesar del tratamiento de quimioterapia y radioterapia). Estas pruebas clínicas experimentales conllevan inyectar un virus sometido a reingeniería genética para que ataque exclusivamente las células cancerosas. El glioblastoma, uno de los tipos de tumor cerebral más difícil de controlar mediante la combinación de cirugía, quimioterapia y radioterapia, parece funcionar muy bien mediante esta terapia viral inyectándose el virus directamente al tumor; pero existe también un caso en que se erradicó el tumor con una simple inyección por vena del virus modificado de sarampión a la paciente Stacey cuyo tumor había roto ya el hueso de la parte frontal de su cabeza.
'Update on the measles therapy for glioblastoma', presenta una breve historia del surgimiento de esta terapia contra el cáncer. En los años setenta se reportaron casos de niños africanos que tuvieron regresiones de cánceres hematológicos (cáncer en la sangre) al sufrir el virus del sarampión, lo cual llevó a la comunidad científica a estudiar el potencial de emplear el MV (virus del sarampión) y otros virus en el tratamiento contra el cáncer. Con el auspicio de una beca del Programa especializado de investigación de excelencia de la Clínica Mayo (SPORE), el oncólogo Evanthia Galanis, M.D., con el Departamento de Oncología y Oncología Ortopédica de la Clínica Mayo (Rochester, Minn,), en colaboración con Jann N. Sarkaria, M.D., jefe del grupo del programa de experimentación con animales, se comenzó a utilizar el virus de sarampión como terapia contra el cáncer en ratones. Como los ratones no son susceptibles al sarampión, se requirió de reingeniería genética para producir receptores de este virus a imitación de los seres humanos. A partir del estudio y adaptación de tumores humanos mediante reingeniería genética, se les insertó a los ratones tumores que fueron exitosamente curados al inyectárseles el virus del sarampión.
Del resultado positivo de la experimentación en animales se pasó a una primera fase de pruebas clínicas en seres humanos llevadas a cabo por Ian F. Parney, M.D., Ph.D. y el Departamento de Neurocirugía de la Clínica Mayo. Los resultados demuestran que el virus de sarampión sometido a reingeniería genética es capaz de dejar solo huellas vacías donde existía un glioblastoma, sin ocasionar daño en células sanas. Aunque la terapia viral es empleada en países asiáticos, no ha sido todavía aprobada por la FDA en Estados Unidos. Sin embargo, la terapia con el virus del sarampión está al alcance de aquellos pacientes que puedan participar del protocolo de Pruebas Clínicas en la Clínica Mayo.
La terapia viral no es exclusividad de la Clínica Mayo pues en 'Smart Virus Eliminates Brain Cancer in Animal Experiments', MD Anderson había anunciado desde el 6 de mayo de 2003 los resultados del empleo de un virus de la gripe como tratamiento del cáncer de gliomas en ratones logrando erradicar los tumores cerebrales más mortíferos. La terapia viral Delta-24-RGD, primero lograda mediante la reingeniería genética de un virus de la gripe para que solo atacara las células cancerosas de gliomas insertados en los cerebros de ratones, fue financiada por la Fundación Pediátrica de Tumores Cerebrales de MD Anderson y la Fundación Anthony III Bullock. Los resultados fueron publicados al día siguiente en Journal of the National Cancer Institute con la coautoría de científicos de MD Anderson (Candelaria Gomez-Manzano, M.D.; Gregory Fuller, M.D., Ph.D.; Charles Conrad, M.D.; Ta-Jen Liu, Ph.D.; Hong Jiang, Ph.D.; Asadullah Khan, M.D.; Michael Lemoine, Raymond Sawaya, M.D.; W. K. Alfred Yung, M.D.), del Institut Catalá d'Oncologia en Barcelona, España (Ramon Alemany, Ph.D) y de la Universidad de Alabama en Birmingham (Kaori Suzuki y David Curiel, Ph D).
En el 'Vice Special Report: Killing Cancer' bajo la producción de Bill Maher y presentado por primera vez en HBO el 27 de febrero de 2015, se muestra el ejemplo de una de las pruebas clínicas realizadas en MD Anderson a un paciente que sufría de un glioblastoma en el lóbulo temporal izquierdo que controla el lenguaje. Similar al procedimiento que me realizaran el 18 de marzo de 2008, se le efectuó al paciente un MRI antes de la operación con el propósito de producir un mapa tridimensional del cerebro que lograra identificar el área específica del tumor y las zonas en y alrededor del mismo asociadas a la comprensión del lenguaje. Al paciente despierto no se le llevó a cabo una cirugía sino una biopsia, empleando el mapa tridimensional de su cerebro para identificar el lugar específico en el cual se realizaría una pequeña incisión para extraer un pedacito del tumor sin afectar la posibilidad del paciente de identificar verbalmente imágenes durante el procedimiento. El pedacito del tumor fue llevado a patología para confirmar que se realizara la inyección del virus de la gripe genéticamente modificado en el lugar preciso, iniciando un ataque viral dirigido exclusivamente a las células con la composición genética del tumor del paciente. El virus atacó el glioblastoma sin dañar las conexiones necesarias para la comunicación verbal dejando solo una huella vacía en la zona donde antes estaba alojado el glioma más mortífero que pueda atacar el lóbulo temporal izquierdo que controla el lenguaje. La terapia viral es una de las Pruebas Clínicas que ofrece MD Anderson a pacientes con recidivas, glioblastomas mortíferos 'inoperables', o resistencia al tratamiento de quimioterapia o radioterapia después de la cirugía.
Siete meses después de publicado el artículo de MD Anderson sobre el empleo de un virus de la gripe para tratar el cáncer cerebral en ratones, la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke publica 'Researchers Use Crippled Poliovirus to Attack Brain Cancer' (4 de diciembre de 2003) anunciando la publicación científica en Proceedings of the National Academy of Sciences pautada para el 9 de diciembre de 2003. Matthias Gromeier, M.D., Catedrático Auxiliar de genética molecular y microbiología del Duke Comprehensive Cancer Center; Darrell Bigner, M.D., Henry Friedman, M.D., Allan Friedman, M.D., y John Sampson, M.D., del Brain Tumor Center de Duke lograron emplear un virus del polio modificado mediante reingeniería genética para tratar tumores cerebrales mortíferos tales como el glioblastoma. El 31 de julio de 2012 Duke Today anunció el procedimiento exitoso mediante el cual las pruebas clínicas habían demostrado el resultado del empleo del virus modificado del polio para tratar el glioblastoma recurrente de la paciente Stephanie Lipscomb. El Preston Robert Tisch Brain Tumor Center del Centro Médico de la Universidad de Duke ofrece a participantes de Pruebas Clínicas la posibilidad de tratar tumores cerebrales mortíferos con una inyección del virus del polio modificado para atacar específicamente células cancerosas mediante reingeniería genética.
El reportaje presentado en HBO el 9 de febrero de 2015 bajo la producción de Bill Maher (repetido el 27 de abril del mismo año), muestra también el uso exitoso de terapia viral contra la leucemia crónica recurrente. 'Genetically Modified ‘Serial Killer' T Cells Obliterate Tumors in Patients with Chronic Lymphocytic Leukemia, Penn Researchers Report' anunció el 10 de agosto de 2011 que tras veinte años de investigación Carl June, MD,director del Translational Research y profesor del Pathology and Laboratory Medicine del Abramson Cancer Center de la Universidad de Pennsylvania había empleado un virus inhabilitado del SIDA para reproducir T Cells que funcionaran como 'asesinos en serie' de tumores cancerosos. La reingeniería genética del virus del SIDA no consiguió inicialmente el apoyo económico de la comunidad científica, pero tras la aparición en el New York Times de 'In Girl's Last Hope, Altered Immune Cells Beat Leukemia', publicado por Denise Grady el 9 de diciembre de 2012, el tratamiento de la niña Emma Whitehead logró la expectativa de captar un mayor interés por el empleo del virus del SIDA para tratar la leucemia crónica reincidente. Las compañías farmacéuticas no se habían interesado en la inhabilitación del virus del SIDA para tratar casos de leucemia debido a que cada virus tiene que ser inhabilitado y reprogramado para funcionar dentro de la estructura genética de cada paciente, con un costo aproximado de $20,000.00 por persona. Sin embargo, tras el artículo sobre el caso de Emma Whitehead, el Hospital de la Universidad de Pennsylvania ha logrado mayor financiamiento para continuar su protocolo de Pruebas Clínicas para el tratamiento de leucemia crónica reincidente con el virus modificado del SIDA.
Si bien la terapia contra el cáncer ha partido literalmente de una transformación viral de reingeniería genética, mi cerebro no cesa de imaginar hasta qué punto las vacunas contra virus que determinarían, según Charles Darwin, la 'supervivencia del más apto' han democratizado la supervivencia de más personas disminuyendo, a su vez, la inmunidad viral capaz de defender naturalmente la multiplicación excesiva de células que llamamos cáncer. La vacunación, y también el pharmacom, son como la lengua del sofista, capaz del argumento utramque partem: persuasivo a ambos lados del argumento. Lo mismo que da vida, también mata. La vacuna viral es, sin embargo, la única terapia disponible en este momento para combatir tumores cerebrales mortíferos y leucemia crónica recurrente. No cesa mi crónico cerebro de preguntarse tampoco la posibilidad de que el SIDA, ahora modificado para actuar como asesino en serie contra células cancerosas, se hubiese inicialmente escapado de un laboratorio para el asesinato en serie de tantos seres humanos. En todo caso, es mi opinión personal que si bien la terapia viral es en este momento la única posibilidad de supervivencia para muchos pacientes de cáncer, será algún día sustituida por la terapia con células madres. Los cordones umbilicales de los niños, la placenta y los restos de circuncisión de recién nacidos serán congelados para combatir futuras enfermedades de los niños mediante la reingeniería de las propias células del paciente. La producción farmacéutica masiva de pastillas será sustituida por la reingeniería específica de células madres para tratamientos individuales. Esta no será una terapia viral ni asesinato en serie, sino un tratamiento de raíz lingüística mucho más humana, sanación con células madres. Quién sabe dónde haya ido a parar el tumor congelado de mi Oligodendroglioma Who 3. Quiero imaginarlo en un experimento de reingeniería genética a partir de una célula madre.
*La autora es catedrática en el Departamento de Literatura Comparada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Tomado de 80 Grados.