Análisis: A todo vapor el ?tanking? en la NBA
Año tras año, la NBA le entrega a su fanaticada una de las faltas de respeto más extravagantes en los deportes profesionales.
Mientras jugadores en los equipos élite de la liga, como los Bulls, Thunders, Spurs y Heat, dejan el pellejo en el tabloncillo para posicionarse lo mejor posible en una larga carrera en la postemporada, la catacumba de la liga hace lo imposible para perder adrede y de manera deshonrosa los más juegos que puedan, ya sea dándole muchos minutos a jugadores que no lo merecen o simplemente sentando sus jugadores estelares.
A esto se le conoce en los círculos de la liga como ‘Tanking'. El fin principal es tener la mayor probabilidad de recibir uno de los primeros turnos en el sorteo de novatos en la siguiente campaña. Por años, y a pesar de cientos de críticas, tanto de periodistas como de gerenciales de equipos en la liga, la administración de David Stern ha premiado a los equipos con peor número de victorias con un porciento mayor en el sorteo, que se desarrolla tipo LOTO, donde una máquina decide la posición de selección y el posible futuro de las franquicias que no cualifican para la postemporada. El equipo con menos victorias tiene un 25 porciento de probabilidad de ese primer turno, el segundo peor récord con un 19.9 y así sucesivamente. Esto no asegura el primer ‘pick' pero sí ofrece más posibilidades.
El equipo con el peor récord actualmente son los Bobcats de Charlotte, donde su dueño, el estelar y tacaño Michael Jordan, están al borde de terminar con el peor porciento de victorias en la historia de la NBA. En días recientes, esta escuadra de la vergüenza perdió en su cancha contra los Celtics de Boston a pesar de que jugaban sin sus tres futuros miembros del salón de la fama: Paul Pierce, Ray Allen y Kevin Garnett.
Escritores de ESPN tienen un ‘tank watch' en el cual resaltan juegos donde equipos se dejan ganar. También llenan sus twitter de burlas cuando hay dos equipos jugando sin ningún interés de victoria.
En el 2003, los Cavaliers de Clevland y los Nuggets de Denver terminaron con un mismo récord de 17 y 65, de las peores marcas en la historia de la NBA, todo con el fin de seleccionar a LeBron James con el primer turno del próximo sorteo de novatos. Los Cavs ganaron el sorteo, cambiando de manera inmediata el futuro de su franquicia.
En el año 1984, cuando no existía la lotería y el primer turno se le daba al equipo con el peor récord en la liga, equipos como los Houston Rockets y los Chicago Bulls le dieron una fuerte bofetada a su fanaticada perdiendo de manera desmedida para obtener los premios del NCAA. Ese año, las gerencias se babeaban por el premio mayor, un joven centro de la universidad de Houston y de descendencia africana llamado Hakeem Olajuwon. Este pasó a tener una carrera estelar, obteniendo dos campeonatos. Claro está, es muy probable que hubiese ganado unos cuantos más de no ser por el tercer jugador seleccionado en el mismo ‘draft', un atlético jugador de perímetro llamado Michael Jordan.
El malestar de la fanaticada se dejó sentir, obligando al comisionado a establecer el famoso ‘Lottery', que en sus primeros años consistía de sobres en una tómbola.
En esta campaña 2011-2012, muchos jugadores de gran calibre y hasta participantes del juego de estrellas han perdido minutos en cancha por 'lesiones' que no significarían mucho si su equipo estaría compitiendo para los playoff.
Estrellas como Kevin Love de los Timberwolves, LaMarcus Aldridge de los Trail Blazers y David Lee y Stephen Curry de los Warriors han perdido juegos en las últimas semanas por lesiones que su misma gerencia ha aceptado que podrían seguir jugando de ser 'necesario'. También se han sometido a operaciones que se podrían posponer al verano.
No cabe duda que el ‘tanking' es una estrategia más que válida cuando el premio lo es un LeBron, Duncan o Shaq. En el próximo DRAFT, el premio mayor vendría siendo el súper prospecto Anthony Davis, quien puede ser el pilar de un equipo campeón en un futuro. El problema está en que la entrada a las canchas no baja de precio cuando las estrellas no juegan y en una liga donde los asientos fluctúan entre los cientos y los miles de dólares, sí es una falta de respeto no poner el mejor producto posible a competir por su fiel fanaticada.