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Messi sella el pase del Barça a 8vos. de Liga Campeones

No marcaba desde que lograra el tanto del empate en San Siro, curiosamente tambien ante el Milan y, cuatro partidos despues, Leo Messi resucitó para hacerle un doblete al conjunto italiano (3-1) y sellar el pase del Barcelona a octavos de final de la Liga de Campeones.

Y eso que el encuentro de los azulgranas estuvo en la línea de lo que habíamos visto últimamente. En pleno debate sobre el estilo, el Barça demostró una vez más que su problema no es de identidad futbolística, sino de intensidad en su juego.

Más efectivo que efectista, volvió a arrancar al ralentí, a atacar sin convicción y a especular cuando se adelantó en el marcador. Los mismo síntomas que evidenció, por ejemplo, ante el Real Madrid y el Espanyol.

Neymar, una vez más, pareció la excepción. El brasileño fue de nuevo la chispa que prendió el choque. Esta vez, al inventarse, a la media hora, un penalti por un leve agarrón de Abate.

El azulgrana exageró la caída y el árbitro le creyó. Messi se reencontró con el gol fusilando con rabia a Abbiati desde el punto fatídico.

Sergio Busquets haría el segundo poco después al cabecear solo dentro del área una falta botada por Xavi. Y Adriano puso a prueba a Abbiati con un disparo seco desde la frontal en la jugada siguiente.

Parecía que el Barça tenía el partido prácticamente resuelto. El Milan no había olido el balón hasta entonces ni tampoco había tenido la velocidad y el arrojo necesarios para amenazar a su rival a la contra.

Pero el equipo italiano se desperezó en los minutos finales de esta primer mitad. Primero, con un disparo bienintencionado pero algo desviado de Montolivo, y justo antes de llegar al descanso, con una incursión de Kaká por la izquierda.

El brasileño superó en velocidad a Alves y centró el balón desde la línea de fondo con tanta fortuna que pegó en la bota de Piqué para alojarse dentro de la portería ante un ya vencido Valdés.

El conjunto visitante, casi sin quererlo, volvía a estar dentro del partido. Allegri dio entrada a Balotelli por Robinho en el descanso. Martino, en cambio, siguió confiando en su once, curiosamente el mismo que había empatado en San Siro en la anterior jornada de Champions.

Balotelli, tan imprevisible dentro de un terreno de juego con fuera de él, dio esta vez más prestancia al ataque milanista. El internacional italiano tuvo la primera ocasión de la segunda mitad, en un disparo cruzado que atajó Valdés, y regaló la segunda a Kaká, que remató desviado en boca de gol.

A estas alturas del choque, el Barça ya había dado otro paso atrás para ceder más protagonismo al rival, en busca de esa combinación a tres toques que su técnico defiende que puede ser igual de bella que una triangulación de dos minutos si finalmente acaba en gol.

Busquets aguantaba él solo el centro del campo, mientras Messi calentaba motores para la recta final.

Mientras tanto, Neymar parecía el único con ganas de entretener al público del Camp Nou. El brasileño protagonizó la jugada del partido al sentar a cuatro jugadores milanistas antes de hacer lo más difícil: enviar el balón a la grada cuando se había plantado solo ante Abbiati.

Poco después, una combinación entre el propio Neymar y Messi acabaría con una remate de Alexis y una nueva intervención del portero visitante.

En los últimos minutos, salió Cesc y el de Rosario se entonó definitivamente. Una doble combinación con Fàbregas acabó con el tercero del Barça y con el partido. Fue el resucitado Messi, que volvió a definir con la habilidad y sutileza que le ha hecho el más grande.

En crack argentino, aun atravesando por un bache que parece más físico que anímico, ya ha firmado media docena de goles en la Champions, y el Barça, pese a su crisis de identidad y de juego, ya está en octavos de final de la máxima competición continental.